logo PTS

IPS

La Revolución Boliviana, 1952

20 de enero 2005

Antecedentes de la revolución: de la guerra del chaco al “Socialismo Militar”

El periodo de entreguerra es para Bolivia de inestabilidad política y económica. Sobre una estructura económica atrasada y arcaica se desarrolla, potenciada por la demanda de la industria militar de la Primer Guerra Mundial, una de las principales plazas de producción de estaño del mundo. La industria minera boliviana se concentraba en tres grandes compañías trasnacionalizadas. Uno sólo de sus propietarios, Simón Patiño abastecía al 10% del mercado mundial. El peso de los Barones del estaño dio forma al régimen conocido como La Rosca. Éste régimen pro imperialista y represivo intentará mantenerse en pie luego del crack del ’30 –con su consecuente caída de los precios primarios- recurriendo a una guerra fraticida con Paraguay; donde las FFAA bolivianas son derrotadas.

El fracaso divide al ejercito y surge un ala nacionalista con un discurso “antioligarquico” y populista que, en 1936, instaura el régimen conocido como el “socialismo militar”. Las FFAA ante la agitación popular contra La Rosca intentan arbitrar entre las clases sociales, disciplinando a la burguesía y procurando apoyarse en una alianza con los sectores populares para contrarrestar la presión del imperialismo y poner algunos límites a los Barones del Estaño. En 1937 estatiza los bienes de la Standard Oil, la Royal Dutch Shell y crea Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB), mientras funda la Confederación Nacional Sindical (CNT) como base de apoyo al gobierno. La oposición rosquera se une contra el “socialismo militar” y el presidente, el General Busch, se suicida en 1939.

El Gobierno de Villarroel

El nuevo gobierno apunta sus fusiles contra los mineros en la masacre de la mina de Catavi en 1942 y muestra que la crisis sigue abierta. Un golpe palaciego intenta destituir a La Rosca, la logia militar RADEPA (Razón de Patria), que reivindica al “socialismo militar”, acompañado por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), partido de políticos pequeñoburgueses nacionalista y antinorteamericano, aporta ministros al gobierno de Gualberto Villarroel que surge de la asonada. Este, sobre todo gracias a la fracción del MNR de Paz Estenssoro, establece vínculos con los sindicatos, apoyando la fundación, en 1944, de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB).

La politización y radicalización de las masas aumenta, el PIR -como sé llamaba el Partido Comunista en Bolivia- crece en numero e influencia. Su política esta teñida por la orientación dada por la URSS. Toma una postura opositora frente al nuevo Gobierno pero no posee una posición independiente, sino que se ubica del “bando” Aliado contra el “Eje”nazifascista. A mediados de 1946 se sucede una revuelta popular urbana que termina colgando al Presidente Villarroel de un farol de la plaza de La Paz. El PIR que se pone a la cabeza del movimiento le entrega inmediatamente el poder a La Rosca, ingresando como ministros del nuevo gobierno pro norteamericano.

Las Tesis de Pulacayo

En 1946 el Congreso de la FTSMB vota las Tesis de Pulacayo, programa que teñirá la tradición combativa y de acción directa de la clase obrera boliviana. Las tesis comienzan afirmando que “El proletariado, aún en Bolivia, constituye la clase social revolucionaria por excelencia. Los trabajadores de las minas, el sector más avanzado y combativo del proletariado nacional, define el sentido de la FSTMB”. Con una fuerte influencia de los trotskistas del POR, las Tesis (aunque teñidas de una concepción semi etapista, confusa, de la revolución permanente) (1) constituyen un programa transicional: escala móvil de salarios, reducción de la jornada de trabajo, ocupación de las minas, control obrero de la producción, apertura de las cuentas comerciales, y el armamento de los trabajadores. Dice así: “Toda huelga es el comienzo potencial de la guerra civil y a ella debemos ir debidamente armados. Nuestro objetivo es vencer y por ello no debemos olvidar que la burguesía cuenta con ejércitos, policías y bandas fascistas. Nos corresponde pues organizar las primeras células del ejercito proletario. Todos los sindicatos están obligados a formar piquetes armados con los elementos más jóvenes y combativos”.

Con el apoyo del PIR el gobierno descarga una fuerte represión sobre las organizaciones mineras con fusilamientos y limpiezas. El MNR es proscripto y el gobierno lleva adelante la conocida “masacre blanca” en la mina Siglo XX. Pierde todo apoyo popular y se ve obligado a llamar a elecciones. En 1951 se realizan elecciones presidenciales, ganando la fórmula del MNR con sus candidatos en el exilio; Paz Estenssoro y Siles Zuazo. El Ejército anula las elecciones y da un golpe.

La insurrección de abril

El 9 de abril de 1952, el MNR se levanta en armas junto a un sector de las FFAA y la policía. Como respuesta el ejército bombardea los barrios obreros de La Paz. Los militares, luego de un día de combate, tenían suficientes fuerzas para reducir la insurrección de La Paz, pero su posición se hizo insostenible cuando su línea de retirada es cortada por destacamentos armados de obreros de Milluni que habían capturado un tren de municiones y desencadenado un ataque sobre la base militar de El Alto (2). El ímpetu obrero aumenta cuando la ciudad de Oruro cae en manos de los insurgentes, pero el General al mando que apoyaba al MNR -tomando nota del verdadero “carácter” del movimiento- retrocede y dispara sobre las masas concentradas en la Plaza, las que responden tomando las comisarías, los cuarteles y apoderándose de la ciudad. En otros casos carabineros simpatizantes del MNR toman pacíficamente las ciudades y poblados. Las tropas huyen en desbandada dejando sus uniformes y armas esparcidas por toda La Paz por temor a la venganza popular: “Miles de mineros bajaban a las ciudades portando amenazadoramente cartuchos de dinamita. Los campesinos también se armaban. Y en las ciudades, cada uno escogía el arma que más le gustaba”. (3)

Como resultado de la insurrección triunfante, las Fuerzas Armadas y la Policía del estado burgués fueron completamente destruidos y su lugar lo ocuparon las milicias obreras y campesinas, con más de 40 mil hombres, organizadas en la Central Obrera Boliviana (COB). Como dice una crónica de un diario paceño el 1 de mayo de 1952: “las fuerzas rendidas del ejército desfilaron por la ciudad custodiadas por milicias revolucionarias que encabezaba el Comando Obrero”(4). No obstante, el aparato del estado burgués en su conjunto no fue destruido y las masas armadas terminaron depositando el poder en manos del MNR.

Doble poder vs cogobierno

La COB se funda el 17 de abril y va a ser el poder real en Bolivia, un organismo de frente único de las masas armadas. Con la COB la clase obrera tomaba en sus manos la resolución de sus problemas. A riesgo de ser destituidas, a las autoridades del Estado burgués no les quedaba más remedio que someterse a sus decisiones. Las minas son nacionalizadas y los sindicatos integrados a la dirección de la nueva empresa estatal con poder de veto. Los sindicatos se dotaron de atribuciones legislativas, ejecutivas e incluso facultades de impartir justicia. Su iniciativa prendió la mecha de la rebelión en las ciudades y en el campo planteándose que la COB tomara el poder y terminara de sepultar al Estado burgués, derrocando a Paz Estenssoro y estableciendo un gobierno obrero y campesino basado en las milicias obreras, la única fuerza militar existente por entonces. Sin embargo, la COB, dirigida por Lechín, sostuvo al “camarada presidente” y se integró al gobierno ocupando dos ministerios. El flamante ministro Lechín se encargó de transformar a la COB en un apéndice del Estado burgués. El POR con autoridad entre las masas obreras -llegando a tener 6 de los 13 integrantes del Comité Central de la COB- termina llamando a la izquierda del MNR a hacerse cargo del poder. De esta forma careció de una política independiente para que la Central sea realmente un organismo soviético que disputara el poder, funcionando con delegados revocables por la base, ante la cual tuvieran que rendir cuenta los dirigentes. El doble poder era concebido por el POR como una alianza con los sectores de “izquierda” del MNR en disputa con las alas “derecha”. La “izquierda” del MNR la formaban los “ministros obreros” del gabinete de Paz Estensoro a quien el POR le dio “apoyo crítico”; su estrategia fue pedir “más ministros obreros”, concibiendo que por esta vía se avanzaría a la dictadura del proletariado. 

Ruptura de la alianza obrero-campesina

Al no avanzar la clase obrera no pudo hacer efectiva la alianza obrera y campesina, quedando el poder en manos de la burguesía “nacionalista” que otorgó ciertas demandas democráticas -aunque degradadas- para sacar a las masas de la calle como el sufragio universal y una reforma agraria limitada (la mayoría de las tierras habían sido expropiadas ya por la acción directa de los campesinos armados). Estas medidas le sirvieron para ganar apoyo entre los campesinos, que luego utilizó para enfrentar la “prepotencia sindical” y sepultar una a una las conquistas del proletariado. En 1953, Estenssoro promulga un decreto para la reconstrucción de un ejército regular. Entre 1952 y 1956, Bolivia vive un período híperinflacionario, el MNR tiene que apelar cada vez más a prácticas clientelísticas y corruptas y termina firmando un Plan de Estabilización económica bajo asesoramiento de la embajada yanqui y el FMI.

La revolución al no completar su dinámica socialista concentrando el poder en manos de los trabajadores en alianza con los campesinos -por el peso de su dirección conciliadora encabezada por Lechin y la política centrista y seguidista del POR- no puede avanzar, siendo derrotada por el rearme y la iniciativa del nacionalismo burgués, que aprovecha la irresolución del doble poder que se va desgastando en el tiempo. Sus lecciones y la fuerte tradición independiente de su proletariado, con sus saberes insurreccionales, reviven en cada una de sus levantamientos.

 

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292