logo PTS

NOTAS RELACIONADAS

Christian Castillo | "Una vida extraordinaria que nos habla del mañana"

Me toca a mí, nuevamente, estar en la presentación de las Obras Escogidas de Trotsky, como estuve con mi camarada Emilio Albamonte en la presentación de Stalin, el gran organizador de derrotas. Y ahora, en la presentación de un libro que estamos reeditando en una situación muy particular que puede ser vista desde dos ángulos.

PTS

6 de diciembre 2012

Christian Castillo | "Una vida extraordinaria que nos habla del mañana"

Me toca a mí, nuevamente, estar en la presentación de las Obras Escogidas de Trotsky, como estuve con mi camarada Emilio Albamonte en la presentación de Stalin, el gran organizador de derrotas. Y ahora, en la presentación de un libro que estamos reeditando en una situación muy particular que puede ser vista desde dos ángulos. Porque cuando empezaron las compañeras y compañeros del CEIP a trabajar en la reedición de Mi Vida todavía no estaba claro qué nivel iría asumiendo la lucha de clases en nuestro país. Ahora acabamos de vivir un hecho muy importante que es el primer paro general en mucho tiempo (11 años), donde la clase trabajadora ha tensado sus músculos. Y, además, este paro general tuvo otra peculiaridad, que la prensa no pudo ocultar el protagonismo muy relevante de la izquierda clasista, anticapitalista, en los piquetes y en el impulso a que el paro se dé aún en las fábricas donde los burócratas sindicales llamaban a que el paro no se haga. Entonces, la edición de Mi Vida cobra importancia porque en el país hay un nuevo clima obrero.

El segundo elemento importante es que efectivamente estamos editando las Obras Escogidas de Trotsky y Mi Vida cuando una nueva generación despunta a la lucha. Y esa generación es la de los jóvenes estudiantes que combaten en Chile,en México, de los trabajadores que luchan en Europa […] En ese sentido, es fundamental llegar a ellos con las ideas y la tradición del marxismo revolucionario porque, entre otras cosas, la época de restauración conservadora que vivimos ha pretendido borrar la tradición revolucionaria del movimiento obrero.

Trotsky tiene una cita en la autobiografía de un artículo que él había publicado en el periódico que editaba en Francia durante la Primera Guerra que, vista desde un ángulo, es muy arriesgada. Trotsky dice: “en Verdún se forja nuestro mañana”. Verdún fue el combate dado entre las tropas francesas y alemanas, uno de los más sangrientos de la Primera Guerra Mundial. Trotsky decía que Verdún iba a sacar todas las ilusiones patrioteras. Que los sufrimientos de la guerra irían forjando una nueva generación revolucionaria. Y Trotsky no se equivocaba. Las Verdún de aquel entonces, no sólo en esa batalla específica, sino los sufrimientos inauditos provocados por la Primera Guerra Mundial forjaron el temple suficiente de quienes pudieron mantenerse contra la corriente y dieron fuerza a quienes llevarían al triunfo de la Revolución de Octubre. De algún modo en medio de la crisis mundial actual, con la salvedad de que no estamos viviendo circunstancias tan tremendas como en la Primera o en la Segunda Guerra Mundial, las nuevas generaciones que empiezan a poblar las cárceles, que se enfrentan en las calles a los gases lacrimógenos, que van a las fábricas a compartir los piquetes con la clase obrera, que se enfrentan en las calles a la policía, que hacen el trabajo de acercarse políticamente a quienes empiezan a luchar y que a la vez ven cómo los gobiernos capitalistas resuelven atacar las condiciones de vida de las masas para intentar salvar por medios extraordinarios los negocios de los grandes capitalistas, ahí, en estos combates se está forjando también nuestro mañana. […]

Este libro es relevante porque el tiempo que nos toca vivir es posiblemente un tiempo bisagra en donde las nuevas generaciones se enfrenten mucho más a condiciones y situaciones como aquellas en las que se forjaron los Lenin, los Trotsky y también personalidades menos conocidas, pero que son muy bien tratadas en Mi Vida en toda su enormidad revolucionaria, aunque no lograron la misma trascendencia en cuanto a nombre y que para Trotsky son enormes símbolos de lo que fue una clase insurrecta, una clase que había protagonizado una experiencia revolucionaria. El marinero Markin, del cual Trotsky narra el papel que juega en la guerra civil […]. El estudiante Poznansky que dice que lo siguió por la calle cuando iba de mitín en mitín por Petrogrado y le dice “yo voy a estar con usted porque tiene muchos enemigos” y a partir de ahí no se separa y, de hecho, es uno de sus secretarios clave que solo los separan cuando lo envían al destierro. Skliansky a quien Trotsky señala como el Carnot de la revolución, un gran organizador del Ejército Rojo […]

Desde que empieza hasta que termina Mi Vida es un libro que va narrando un medio siglo extraordinario de la vida de Trotsky. El título que él le quería poner al libro era “Medio siglo”, sus primeros cincuenta años de vida. Y verdaderamente Trotsky pasa por sucesos impresionantes. Desde cuando va a tratar de convencer a los obreros en Nikolaiev en los primeros círculos, siendo un muy joven estudiante y tratando de acercarse a la clase obrera. Algo que lo va a marcar toda la vida. Y Trotsky dice: “enfrentando al populismo y enfrentando a la policía del Zar nos fuimos forjando como políticos proletarios”. Y esa es una definición que Trotsky va a mantener toda su vida. Dice: “¿Qué éramos Lenin y yo? Políticos revolucionarios del proletariado”. Y va a oponer esa categoría, con la que nos queremos identificar los que luchamos por la construcción de un partido revolucionario, la va a oponer a la figura de muchos de los personajes centrales de la socialdemocracia alemana y austríaca. […]

El libro pasa por estos aspectos y uno lo ve a Trotsky en 1905 cuando no estaba con los bolcheviques como señalaba Jorge, cuando estaba en el medio, en esos años en donde estaba separado de Lenin y desarrollando lo que él también denomina el instinto revolucionario para vincularse al soviet de Petrogrado y jugar ese papel central. […]

Trotsky se forja, dice él, como un marxista no dogmático. Y ese marxismo no dogmático le permite a Trotsky formular la Teoría de la Revolución Permanente y le permite plantear un marxismo que capta la discordancia de los tiempos entre la economía, la política, la guerra y la revolución […] Trotsky señala este elemento, se enfrenta, digamos, a un mecanicismo economicista en donde él dice algo así como: “uno de los primeros elementos con los que me formé fue ver que a veces la crisis causa la revolución y a veces no, depende de cómo esté el proletariado. A veces puede desorganizar las filas del proletariado y a veces impulsarlo a la revolución” […].

El otro aspecto que me interesa, muy importante que está en el libro es la relación con Lenin. Al final en uno de los últimos capítulos Trotsky sintetiza cuál es mi relación con Lenin […] Dice que llegaron a una síntesis después de haber trabajado juntos, de haberse enfrentado, y luego haber llegado a formar ese gran equipo revolucionario que pudo dirigir la revolución de Octubre, la guerra civil, y dado ese primer gran ejemplo al proletariado internacional y haber dirigido la III Internacional”.

Trotsky no trata de ocultar las diferencias que tuvo con Lenin. […] Es evidente que su vida está íntimamente relacionada con la lucha del proletariado por construir su propio partido, aun cuando Trotsky no estaba con Lenin era partidista, como lo era Rosa Luxemburgo. […] Para Trotsky como para Lenin, la lucha por el partido era no sólo por construir partidos revolucionarios nacionales sino una internacional revolucionaria […]. En este marco dice: Lenin tuvo razón central en la idea del enfrentamiento a los mencheviques, en la división bolcheviques mencheviques, y Trotsky revaloriza cómo Lenin jugó, en ese aspecto, el papel central.

Trotsky en el período posterior a la edición de Mi vida, piensa decenas de tácticas por las que podía surgir el partido revolucionario. Y no son tácticas abstractas. Trotsky toma en cuenta los momentos de evolución de cada una de las clases obreras con las cuales los revolucionarios tienen que actuar. Y toma también en consideración si esos revolucionarios son decenas, son cientos, son miles o decenas de miles. […] Muestra las distintas mil y una ideas de Trotsky para tratar de hacerse un camino hacia las masas: los entrismos en los partidos reformistas, las tácticas transicionales como las que le planteaba al proletariado norteamericano, un proletariado sin independencia de clase al cual le plantea transicionalmente la lucha por un Partido de Trabajadores, el Bloque de los Cuatro para tratar de confluir en la construcción de una nueva Internacional.

Nuestro tiempo tiene analogías con otros tiempos históricos, el proceso histórico no vuelve siempre al mismo punto ni se repite de la misma manera. Nosotros estamos viendo una historia particular, forjada también por triunfos, por derrotas, por experiencias históricas que no son iguales a las que tenía Trotsky al enfrentar ese momento. […] Entonces en estas nuevas condiciones, nosotros tenemos que enfrentar la construcción de partido revolucionario y de una internacional revolucionaria. Y creo que la edición de estos textos de Trotsky, la edición de las Obras Escogidas, tiene que estar justamente al servicio de todos los que de alguna manera queremos retomar su continuidad en las luchas contemporáneas, en nuestro país y a nivel mundial, al servicio de esa tarea en la cual tenemos que poner toda nuestra fuerza, y que la crisis mundial nos plantea redoblar nuestros esfuerzos en la lucha por la construcción de una internacional revolucionaria, la IV Internacional.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: