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NACIONAL

PÁGINA12, EL IMPUESTO AL SALARIO Y LAS ASIGNACIONES FAMILIARES

Relato progresista, política salarial neoliberal

Mientras la inflación se come el salario, los voceros oficiales K de Página 12 (Cash, “¿Quién paga?”, 17/06/12) volvieron a cargar, como ya lo hizo antes Verbitsky, contra los trabajadores.

Pablo Anino

21 de junio 2012

Relato progresista, política salarial neoliberal

Mientras la inflación se come el salario, los voceros oficiales K de Página 12 (Cash, “¿Quién paga?”, 17/06/12) volvieron a cargar, como ya lo hizo antes Verbitsky, contra los trabajadores. Reclamar la suba del piso del impuesto a las ganancias aplicado al salario implicaría según ellos la defensa de privilegios de los sectores de trabajadores mejor pagos contra los más rezagados del “modelo”. La famosa distribución del ingreso estaría en peligro, ya no porque los capitalistas la levantan con pala, sino por la puja entre los propios trabajadores. Aunque las críticas apuntan contra el ahora opositor Moyano en realidad significan un ataque para moderar las expectativas de la clase obrera.

Saqueo al salario

Los escribas K meten en una misma bolsa el rechazo de los capitalistas a pagar impuestos, tal como lo hicieron los terratenientes frente al mísero revalúo en la Provincia de Buenos Aires, con el genuino reclamo de que se elimine el impuesto al salario.

Hoy un trabajador soltero y sin hijos que tiene un ingreso mensual neto superior a los $5.782 o mayor a $7.998 si es casado con dos hijos, paga ganancias. Cuando los aumentos ubican el salario por encima de esos montos muchas veces termina cobrando menos que sin aumento. El impuesto a las ganancias aplicado sobre el salario ya estaría alcanzando a cerca del 20% de los trabajadores en blanco. Además, desde los $5.200 de salario bruto los trabajadores con hijos pierden las asignaciones familiares. En 2011 alrededor de un millón de trabajadores habrían perdido el derecho a percibir asignaciones familiares (Cifra – DT 12, mayo 2012) por el retraso en la actualización del régimen. Las asignaciones familiares aumentan tan poco que cada vez tienen menos relevancia en el ingreso de los trabajadores. Ya no es solo la inflación la que se come el salario sino también la exacción que practica el gobierno haciendo que cada vez más trabajadores paguen el impuesto a la ganancia y cada vez menos perciban las asignaciones familiares.

En lo que va del año los impuestos a las ganancias sobre los capitalistas (y que desde el gobierno de De la Rúa también se carga sobre los trabajadores) significaron el 19% de la recaudación, mientras que el IVA (impuesto al valor agregado) que afecta sustancialmente a los consumos populares aportó mucho más, el 28%. Las retenciones a las exportaciones apenas superan el 10% de la recaudación. No solo esta estructura impositiva beneficia a los capitalistas, sino que además los K gastan enormes cantidades de dinero en subsidiar ganancias empresarias y pagar la deuda. Los K reconocen que hay grandes capitalistas que tributan poco o nada, pero dicen que no es fácil atacar a los poderes fácticos. Eligen atacar el salario de los trabajadores con la colaboración de la mayoría de la burocracia sindical. Entre el IVA e impuesto a las ganancias una gran parte del salario se va en impuestos. Hay estimaciones que indican que los trabajadores trabajan mitad de año para sí mismos y mitad para pagar impuestos.

Distribuyendo para los capitalistas

La Revista Apuntes para el cambio (N° 3, Junio de 2012), que difunde ideas cercanas al relato K, acaba de confirmar que a pesar de que los salarios reales se recuperaron muy moderadamente, gracias a los aumentos de productividad los costos salariales por unidad producida son todavía menores que en 2001 para los empresarios. Desde 2007 se viene deteriorando la participación de los trabajadores en el ingreso y durante todo el período K en promedio nunca superaron la de los gobiernos de Menem.

El salario no es ganancia

Si ya es una utopía reformista la propuesta de que el estado sea la herramienta para una presunta mejor “redistribución de la riqueza”, más miserable es la disputa reaccionaria que alientan los K y sus escribas entre los propios trabajadores. La única salida verdadera es terminar con este verdadero fraude del impuesto al salario. En su relato, los K pretenden igualar a los gerentes de empresas que son parte de la clase capitalista con los trabajadores para justificar la aplicación de este impuesto al salario obrero. Pero esto está lejos de ser la realidad de la gran mayoría de la clase obrera sobre la que se aplica este impuesto, que apenas cubre la canasta familiar. Hay que imponer fuertes impuestos a la especulación financiera y a las mineras que no pagan casi nada, a las grandes riquezas y ganancias capitalistas, terminando con el impuesto al salario, extendiendo las asignaciones a todas las familias trabajadoras y partiendo de un mínimo igual a la canasta familiar.

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