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Discurso de Christian Castillo en el Acto de las Juventudes del FIT

PTS

9 de junio 2011

Discurso de Christian Castillo en el Acto de las Juventudes del FIT

Extractos del discurso de Christian Castillo, dirigente del PTS y candidato a vicepresidetne por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores

"Compañeras y compañeros:

En primer lugar quiero saludar a los compañeros de la UJS del PO, de la juventud de Izquierda Socialista y a mis camaradas de la Juventud del PTS, que están protagonizando este acto lleno de entusiasmo. La campaña del Frente ha comenzado con todo. Como mencionó José Castillo, venimos también con Jorge Altamira de participar en el gran acto del cierre de la campaña del Frente de Izquierda en Neuquén, donde el frente está realizando una verdadera campaña de masas. Las calles de toda la provincia están empapeladas con los afiches del Frente. Artistas, músicos y docentes de todas las tendencias combativas de ATEN han grabado spots y sacado declaraciones en su apoyo. El Frente Darío Santillán adhirió al acto y llama públicamente a votar al frente. Las muestras de apoyo de la población son muy numerosas, como comprueban los compañeros en las recorridas por barrios y lugares de trabajo, o como ocurre en los llamados de apoyo de oyentes cada vez que va un miembro del frente a las radios. Esta simpatía que está generando la campaña del frente neuquino es sin duda producto del gran reconocimiento a diez años de lucha consecuente de los obreros de Zanon y del sindicato ceramista y a la expectativa despertada por la unidad de la izquierda clasista, con candidatos luchadores como Alejandro López y Raúl Godoy o reconocidas compañeras luchadoras como Patricia Jure, Graciela Frañol y Angélica Lagunas.

Quiero hacer una intervención más bien reflexiva, como si estuviéramos en una conferencia de la militancia juvenil aquí presente, esa militancia que ha tomado con gran entusiasmo la campaña del frente.

En el discurso que escribió para el acto realizado en Nueva York por la fundación de la Cuarta Internacional, que debió ser leído ya que no le permitieron la entrada a EE.UU., Trotsky decía que “el nuestro no es un partido como cualquier otro. Nuestra ambición no se limita a tener más miembros, más periódicos, más dinero, más diputados... Todo eso es necesario, pero no es más que un medio. Nuestro objetivo es la total liberación material y espiritual de los trabajadores y los explotados a través de la revolución socialista”. En momentos en que estamos participando con todas nuestras fuerzas en un escenario político moldeado por la burguesía y sus instituciones, sus medios de comunicación, sus partidos (…) me parece muy importante resaltar el objetivo que distingue la acción política de los revolucionarios de cualquier otro partido existente: ¡la lucha por el poder de los trabajadores y la revolución socialista!
Esto es cada vez más crucial por el agravamiento de las condiciones de la crisis capitalista en el mundo (…) Toda la experiencia histórica muestra que crisis de esta profundidad alientan enfrentamientos de clase de proporciones históricas. Ya algo hemos empezado a ver en los levantamientos que se desarrollan en el norte de África y otros países cercanos. Pero allí las fuerzas que se reivindican del marxismo revolucionario, como los que estamos acá, son inexistentes o muy débiles.
Quienes combaten en Libia (…) lo hacen (…) bajo direcciones que hacen creer a las masas que la libertad puede conquistarse de la mano de las bombas de la OTAN. La debilidad de las fuerzas revolucionarias a nivel internacional es la principal ventaja con la que cuentan el imperialismo y la burguesía para contener el embate de las masas.

Sin embargo, esto no puede verse evolutivamente. Crisis como las actuales son grandes oportunidades para el desarrollo de las organizaciones que nos reclamamos revolucionarias. Si somos consecuentes con la afirmación que la crisis que estamos viviendo abre cada vez más la puerta a situaciones revolucionarias y a guerras de distinto tipo, es decir, a la continuación de la política por medios violentos, según la famosa fórmula de Clausewitz que asumieron como propia todos los grandes del marxismo revolucionario, entonces la nueva generación revolucionaria que está aquí presente tiene que ser consciente de la relevancia que, más allá de la coyuntura, asume hoy para todos nosotros la reflexión sobre los problemas de la insurrección, incluyendo los que hacen al problema militar que toda revolución digna de ese nombre plantea (…)

No fue casual que Lenin realizara un estudio pormenorizado de la obra de Clausewitz durante la primera guerra mundial. Hay muchos que han considerado ese encuentro de Lenin con la obra de Clausewitz, y nosotros coincidimos con esta apreciación, como un acontecimiento de primera magnitud, que permitió un salto en el desarrollo del pensamiento marxista, no sólo en lo que hace a su relación con los enfrentamientos armados directos, algo que se vio en la apropiación teórica que hicieron de Clausewitz Lenin y Trotsky en la hazaña colosal que fue la formación y el triunfo del Ejército Rojo en la guerra civil, sino también incorporando muchas de las lúcidas observaciones del oficial prusiano para la intervención política revolucionaria en los más diversos planos de la lucha de clases que libra la clase obrera contra la burguesía.

Sin ir más lejos, la relación que mencionábamos entre intervenciones tácticas, es decir, el arte de conducir operaciones aisladas, como serían una huelga o una campaña electoral, con el objetivo estratégico, el arte de vencer, en nuestro caso la conquista del poder por parte del proletariado en base a sus organismos de democracia directa y su propio poder armado.

Trotsky insistía en “Lecciones de Octubre” en que la repetición de la afirmación de Marx de que “la insurrección es un arte” era una frase vacía si no se estudiaba a conciencia la experiencia acumulada de la guerra civil desarrollada en Rusia y en Europa en esos años. Decía “de seguro sufrirá un fracaso el partido que considere de modo superficial las cuestiones de la guerra civil, con la esperanza de que se arreglará todo por sí solo en el momento necesario”.

Desde entonces esta experiencia histórica se ha enriquecido con la multitud de procesos revolucionarios y contrarrevolucionarios que atravesaron el siglo XX, incluyendo el proceso revolucionario que se vivió en nuestro país entre 1969 y 1976 y que culminó con la derrota que significó el genocidio, donde miles de los mejores luchadores habían sido ganados para la concepción guerrillerista del problema militar de la revolución con resultados que fueron nefastos para los intereses de la clase obrera y su vanguardia.

A nivel mundial la magnitud del retroceso de la clase obrera vivido durante la restauración conservadora obraron como presión para que en las filas del marxismo los debates vinculados a la insurrección estuvieran directamente ausentes o quedaran en general en la superficialidad de “que todo se arreglará en el momento necesario”, como alertaba Trotsky. Lejos de un avance en el programa y la teoría revolucionaria, en la izquierda mundial lo que hemos visto fue un predominio de las pretendidas “nuevas izquierdas”, que tiraron por la borda el programa y la estrategia del marxismo revolucionario en pos de encontrar “nuevas fórmulas”, los “socialismos del siglo XXI” o las “unidades de la izquierda” sin clara delimitación de clase ni perspectiva de poder obrero. Veamos hoy sino los planteos desastrosos de los autonomistas españoles en el movimiento de “los indignados”, contra los que discuten nuestros compañeros de Clase contra Clase en las plazas de Cataluña y Zaragoza (…)

La nueva época que nos toca vivir plantea urgentemente un cambio de esta tendencia y aspiramos a que las definiciones programáticas de este frente, que se han enriquecido con la declaración que sacamos hace unos días, permitan un avance en este sentido.

Y esto hace a una serie de cuestiones que no tienen que ver solo con los momentos decisivos de la revolución. Si la izquierda obrera y revolucionaria gana fuerza, la burguesía, sus partidos y la burocracia sindical no se quedarán de brazos cruzados. Ya vimos a las patotas de la burocracia con la complicidad del gobierno y la policía asesinar a Mariano Ferreyra, a quien hemos recordado una y otra vez en este acto.

Y más recientemente la combinación de matonaje y represión estatal frente a las grandes luchas que recorren la provincia de Santa Cruz, el feudo de los Kirchner. (…)

Estos actos represivos son sólo anticipos de que para la burguesía y sus partidos, que se llenan la boca hablando de democracia, el recurso a la represión es una constante a la hora de preservar sus privilegios. La vanguardia obrera va a ser la primera víctima si el gobierno kirchnerista sale fortalecido de estas elecciones (…)

Pero compañeros, si ellos cuentan con medios de todo tipo para mantener a raya a la clase obrera, de los millonarios fondos estatales y el control de los medios de comunicación hasta el aparato judicial y las fuerzas armadas y de seguridad, siguiendo a Clausewitz también podemos decir que nuestras filas cuentan con algo que ellos no tienen y que es central para entender la relación de fuerzas entre dos contendientes, que es la fuerza moral (…) Una fuerza moral que combinada con un programa, una estrategia y un partido que luche por ellos y logre encabezar la acción de las masas, puede torcer el rumbo de la historia.

Para que podamos vencer esta juventud tiene en nuestro país el desafío central de organizar sus filas no sólo en el movimiento estudiantil sino fundamentalmente en la juventud trabajadora. Esta es una tarea clave para quebrar el centro de gravedad del peronismo, que es el control por parte de la burocracia sindical de la gran mayoría de los sindicatos y de las comisiones internas y cuerpos de delegados. Nadie puede desconocer los muy relevantes avances realizados desde el “sindicalismo de base” en estos años, no sólo entre los estatales y los docentes, sino en la industria y los servicios, donde la dictadura patronal es abierta y el trabajo revolucionario se enfrenta a múltiples dificultades. Tenemos el orgullo que hoy estén aquí varios de esos compañeros que día a día hacen un gran trabajo revolucionario en la alimentación, jaboneros, gráficos, ferroviarios, metalúrgicos, en el SMATA y tantos otros sectores. Pero sabemos que esto es sólo un comienzo. Vamos por mucho más.¡Viva la unidad revolucionaria de la juventud trabajadora y estudiantil!

Compañeros, vamos con todo entusiasmo en estos meses a una dura y desigual batalla política; a desenmascarar a Cristina y los candidatos del oficialismo; a denunciar la trampa del “progresismo sojero” de Binner, Juez, Stolbizer y Solanas; a enfrentar al menjunje derechista de Alfonsín con De Narváez, a los Macri y a los Duhalde. Vamos a difundir entre millones la alternativa obrera y socialista que expresan el Frente de Izquierda y su programa. El capitalismo no ofrece otra salida que la continuidad de la miseria, la explotación, las crisis y las guerras.
Pongamos todas nuestras energías en forjar la herramienta que permita echar este sistema al basurero de la historia.

¡Viva la juventud revolucionaria! ¡Viva el Frente de Izquierda!"

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