Muchos analistas internacionales comparan las últimas movilizaciones en el Estado Español con aquel ascenso revolucionario. En Mayo del ’68 los estudiantes universitarios franceses, que venían movilizándose contra la guerra de Vietnam, dieron el puntapié inicial para el desarrollo de un amplio movimiento dentro de la clase obrera. Los estudiantes de avanzada acudían a las fábricas, forjando una unidad que sólo pudo ser separada por la traición de las burocracias sindicales y el Partido Comunista francés, que contaba con una fuerte influencia en la época. El gobierno francés de De Gaulle dio concesiones económicas y electorales que dividieron a la vanguardia de las masas, al mismo tiempo que reprimió duramente a los obreros de avanzada, como los de la Renault, y a los estudiantes que se enfrentaron a la policía, con el saldo de varios muertos. Las movilizaciones españolas no han alcanzado aún tal magnitud. Sin embargo, ni el gobierno español, y menos la oposición del PP, piensan dar concesiones. Todo lo contrario: como dicen los manifestantes, quieren descargar la crisis sobre sus espaldas. El camino para que los jóvenes consigan sus reclamos, es el que marcaron los jóvenes en el Mayo Francés. El de la unidad con la clase trabajadora para enfrentar al gobierno, el régimen y el Estado, para imponer un gobierno a favor de sus propios intereses.

El libro Cuando obreros y estudiantes desafiaron al poder, Ediciones IPS, 2008, refleja con toda su profundidad el proceso del Mayo Francés, con investigaciones y artículos de autores franceses traducidos por primera vez al español, especialmente sobre las experiencias dentro del movimiento obrero y cómo lograron desviar el movimiento.