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Internacional

URUGUAY: LUEGO DE MAS DE 25 AÑOS DE SOSTENER LA IMPUNIDAD...

La última de las traiciones del Frente Amplio

El pasado 20 de mayo fracasó en el Parlamento la aprobación de la ley interpretativa de la Ley de Caducidad, la cual habilitaba a un posible juzgamiento de militares, al no obtener los votos necesarios a causa del retiro de sala del diputado Semproni (FA) luego de haber argumentado en contra.

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26 de mayo 2011

por Grupo simpatizante de la FT-CI en Uruguay

El pasado 20 de mayo fracasó en el Parlamento la aprobación de la ley interpretativa de la Ley de Caducidad, la cual habilitaba a un posible juzgamiento de militares, al no obtener los votos necesarios a causa del retiro de sala del diputado Semproni (FA) luego de haber argumentado en contra.

Ante la opinión pública, pero fundamentalmente ante su propia base (cuando muchos de sus militantes sufrieron directamente el accionar represivo) la dirigencia del FA mostró su intención reconciliadora.

Es que gobernando para la burguesía, es claro que hay que preservar el propio aparato armado con que los capitalistas como clase explotadora defienden sus privilegios. El golpe cívico militar fue la respuesta de una clase amenazada por el ascenso obrero, y por eso es vital que quede impune. Ahora el FA y la burguesía necesitan de unas fuerzas represivas con impunidad y legitimidad ante el conjunto de la sociedad para usarlas en la campaña de criminalización de la pobreza con razzias en los barrios pobres, y cuando los intereses de la burguesía se vean amenazados por los reclamos de la clase trabajadora y sectores populares.

Cuando Mujica, Astori, Vázquez y otros hablan sin tapujos de perdonar a los asesinos, olvidar y mirar hacia adelante, es porque quieren dejar intacta a una de las instituciones pilares del régimen democrático burgués (las FF.AA.). Así el FA sigue enviando muestras claras hacia la clase dominante de que como partido defiende cada vez más sus intereses y protege sus privilegios y a su Estado, sus instituciones y su fuerza de choque.

El gobierno hoy hace agua frente a la contradicción entre el reclamo histórico de juicio y castigo contra los crímenes de la última dictadura y el objetivo de una reconciliación y “unidad” nacional que sea una base sólida para continuar y profundizar la explotación, la pobreza y la desigualdad. Las idas y vueltas de estos últimos meses son también evidente expresión de su viraje y alejamiento de los intereses de su base popular.
Es necesario sacar las conclusiones

El FA en el tema de los DD.HH. impuso la falsa ilusión de que la simple presión institucional permitiría el juzgamiento. Primero legitimó la impunidad que se negoció en la transición pactada y luego llamó a confiar en las instituciones de la democracia burguesa y sus vías para resolver los conflictos, como la trampa del plebiscito. Llamaron a confiar en políticos burgueses (como en la dictadura nos hicieron confiar en W. Ferreira Aldunate que después votó la caducidad), trataron de dejar el tema en el pasado y ahora proponen la reconciliación.

Hoy es claro que la única política eficaz para conseguir elementales derechos democráticos es la movilización popular y la lucha en las calles por verdadero juicio y castigo a todos los culpables. Es necesario poner en pie un movimiento democrático independiente que imponga las demandas básicas de cárcel para todos los represores de todos los crímenes contra la clase obrera y el pueblo (la cárcel, la desaparición, la tortura, el exilio, los despidos, las persecuciones); así como para sus cómplices civiles.

A qué juega el PCU

Con superficiales roces el PCU sigue cerrando filas con Mujica y el FA, sosteniéndolo a éste y perpetuando el actual modelo económico. Son ejemplos recientes su votación en el Parlamento de la Ley de Participación Público-Privada-que habilita la privatización de las empresas públicas- y los ataques desde el gobierno municipal comunista contra las luchas sindicales, con militarización de los servicios incluida. Protagonista desde siempre de la política de reconciliación del FA, con su discurso de “conocer la verdad” y esporádicos llamados por “justicia” se cuida de no levantar realmente las banderas de lucha por el juicio y castigo a los represores.

El paro del 19 y la marcha de silencio del 20

El pasado 1° de mayo con el mismo Mujica en la tribuna, la burocracia sindical del PIT-CNT alineada con el FA llamó a un paro “festivo” para el día de la votación. Lo hacía confiando en el Parlamento y los diputados frenteamplistas, pero cuando vieron que el FA se daba vuelta, intentaron hacer del paro del 19 una presión in extremis. Con esto, la burocracia desvió todo el potencial de lucha obrera que se podría expresar en un paro general y depositó las energías de los trabajadores en la confianza en que la impunidad se terminaría por vía parlamentaria y confiando en las instituciones de este régimen.

Al día siguiente se realizó la tradicional marcha de silencio. La pasividad y la impotencia de decenas de miles de manifestantes expresaban también la bronca, pero también la confusión, por el avance de la impunidad producto de una política de confiar en los partidos del régimen.

Juicio y castigo a TODOS los responsables, civiles y militares, por TODOS los crímenes!

Cárcel común y efectiva!

No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos!

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