El sábado 23 de abril, en la 37° Feria del Libro, ante un auditorio colmado por más de doscientas personas, la agrupación de mujeres Pan y Rosas y Ediciones IPS presentaron la coedición en castellano de La mujer, el Estado y la revolución, de la historiadora norteamericana Wendy Z. Goldman.

Christian Castillo, director del Instituto del Pensamiento Socialista (IPS) y dirigente del PTS planteó que “al recrear el libro las medidas tomadas por los bolcheviques en los primeros años de la revolución y las ideas que defendían, y si las comparamos con los valores hoy prevalecientes, podríamos decir que el mundo atrasa cien años. No sólo en lo que hace al cuestionamiento de la opresión de la mujer en el seno de la familia burguesa sino en la forma de tratar a los niños, con métodos pedagógicos revolucionarios, completamente de avanzada”. Y luego agregó que “con la edición de este trabajo queremos colaborar a recuperar una historia que el burocratismo stalinista hizo que fuera dejada de lado. Su importancia no es sólo para reconstruir el pasado sino sobre todo por nuestra lucha presente y futura, que debe incluir la disputa contra los valores y costumbres impuestos por la clase dominante y su cultura”.

Desde una pantalla de video, Wendy Goldman destacó que en todos los momentos revolucionarios de la historia se pone en cuestionamiento el orden de la vida privada, tal como sucedió en la Revolución Rusa de 1917 y también en los años ’70, cuando siendo estudiante comenzó a reflexionar sobre el amor libre, la liberación sexual y la emancipación femenina, lo que más tarde, la llevó a reconocer como una experiencia de avanzada, la política del partido bolchevique de los años ’20, y a dedicarse al estudio de la Unión Soviética.

“Ideas que trastocaban todo el orden establecido”

Posteriormente, Andrea D’Atri –fundadora de Pan y Rosas y autora del prólogo a esta edición- se refirió a los cuatro pilares programáticos en los que se fundaba la emancipación de las mujeres para el bolchevismo: la incorporación de las mujeres al trabajo asalariado, la socialización del trabajo doméstico, la extinción de la familia y el amor o unión libre. “Estas ideas no cayeron del cielo, ni tampoco surgieron espontáneamente bajo el estímulo de la revolución social. El bolchevismo encarnaba la herencia libertaria de las rebeliones de esclavos de la Antigüedad, que había resucitado en las sectas igualitaristas y comunistas de los albores del capitalismo. Fue heredero del socialismo utópico y también de esa crítica implacable que Marx y Engels le habían propinado, con ironía, al matrimonio burgués y a la familia en el Manifiesto Comunista: una herencia revolucionaria que a principios del siglo XX podía tomar cuerpo, en uno de los países más atrasados del mundo, transformando la vida de millones de seres humanos. Los bolcheviques sostenían que la revolución era apenas un acto: el inicio de un proceso de cambios profundos en los valores y la cultura que se habían reproducido durante milenios. León Trotsky señalaba, en su reconocida teoría de la revolución permanente, que uno de los aspectos esenciales que caracteriza a una revolución socialista es, justamente, esa metamorfosis que, mediante una lucha interna constante, engloba al conjunto de las relaciones sociales. ¿Cómo podría imaginarse siquiera que el estalinismo, posteriormente, fuera la consecuencia inevitable de este espíritu universal y libertario?”

Después, planteó una reflexión sobre el tiempo presente, visto a la luz de lo que el libro de Wendy Goldman relata de las experiencias de la Revolución Rusa. Se refirió a los cambios producidos en la subjetividad y las relaciones interpersonales durante las últimas tres décadas, resucitando –junto a una supuesta mayor liberalización de las costumbres y la crisis del modelo familiar tradicional- una nueva utopía conservadora: “En este océano de individuos sin individualidad, las relaciones interpersonales se degradan para convertirse en una gran farsa en la cual, no hay más que la satisfacción del individualismo más grosero. En la era del trabajo flexibilizado y precario, toda la vida se somete al contrato temporario. La vida personal se ha despersonalizado; las relaciones subjetivas tienden a ser difusas, impersonales y mecánicamente determinadas. La aceleración del ritmo de los procesos económicos, aceleró los ritmos de la vida social. La volatilidad y transitoriedad de las técnicas de producción y los procesos laborales acentuó la fugacidad de las modas, los productos, las ideologías y los valores. Instantáneo y desechable son las cualidades más destacadas de las nuevas mercancías, pero también de los estilos de vida y de las relaciones interpersonales. Y esto implica profundas modificaciones en la subjetividad, incluyendo un renovado y conservador interés por los vínculos familiares que, contra un mundo tan cambiante, se imaginan más seguros y duraderos.”

Para finalizar, interpeló a la militancia de la izquierda marxista diciendo que, actualmente, “después de treinta años de restauración capitalista, estamos asistiendo a las primeras etapas de un nuevo período histórico en el que las masas están retornando a la escena, aunque con contornos y alcances todavía indefinidos. Las masas árabes y de Medio Oriente, la clase trabajadora de Grecia y España, jóvenes estudiantes de Italia e Inglaterra, enfrentan regímenes dictatoriales y pro-imperialistas o se niegan a aceptar pasivamente las consecuencias de la crisis económica mundial (…). Los acontecimientos que estamos viviendo no hacen más que reforzar nuestras energías en la lucha por restablecer lazos de continuidad con la herencia que nos ha dejado el marxismo revolucionario de las grandes experiencias históricas del siglo XX. Y eso es algo más que un arte minucioso y preciso para la toma del poder. Como vemos en el libro de Wendy Goldman, se trataba también del debate de ideas y de programas políticos que trastocaran todo el orden establecido, incluso en la vida íntima y las relaciones interpersonales. (…). Los militantes, especialmente los jóvenes, como también todas aquellas trabajadoras, trabajadores y estudiantes, hombres y mujeres que despiertan a la vida política, tienen el desafío de apropiarse de estas ideas libertarias que la revolución obrera despertó hace casi un siglo atrás, para atreverse, una vez más, a tomar el cielo por asalto.”

La mujer, el Estado y la Revolución y otros títulos

Stand 424 - Bibliodiversidad, Pabellón Azul, calle 7 - 37° Feria del libro

AVISO: Próximo viernes 20 de mayo

Presentación de “La mujer, el Estado y la revolución” en Neuquén

A las 19 horas en la Facultad de Psicologia de la UNR, en La Siberia