por Trabajadores aeronáuticos del PTS

De hecho, Cristina, cuando anunciaba en el Salón Blanco de la Casa Rosada el proyecto de re-estatización, reconocía que le “hubiera gustado que este acto nunca se hiciera”. Antes de recurrir al plan de re-estatización, el gobierno intentó mantener la gestión de Marsans, transfiriendo al grupo español unos 900 millones de dólares, según reconociera el entonces Secretario de Transporte Ricardo Jaime. Marsans no invirtió un solo dólar de ese subsidio (ni de otro millonario subsidio proveniente de España) y la empresa, ya al borde del cierre, fue ofrecida a varios empresarios. Todos ellos se negaron a hacerse cargo de una línea aérea que perdía 1 millón de dólares por día y que debía unos mil millones de dólares.

La intención del gobierno no era revertir la herencia noventista (de haber sido esa la intención habría re-estatizado los ferrocarriles). Como prueba está el proyecto de ley de re-estatización de Aerolíneas, donde una de sus cláusulas indicaba que luego de saneada, la compañía sería re-privatizada. Es decir que Marsans se retira de la gestión sin rendir cuenta del vaciamiento ni de la deuda, el estado interviene para pagar y hacer las inversiones para luego hacerla “viable” y repetir la historia re-privatizando. Si a eso le llaman defender el patrimonio nacional…

Si hoy la cosa no pasa de un rumor, es porque ese plan desencadenaría un fuerte rechazo de los mas de 10.000 trabajadores. Por otro lado el fantasma de la re-privatización es usado como extorsión para frenar los reclamos de los trabajadores, que como en tráfico y rampa sufren ritmos de trabajo completamente insalubres.

Dicen que el problema son los gremios…

Muchas veces escuchamos (lo dice la oposición y Clarín, pero también lo dio a entender Cristina en su discurso) que el problema de Aerolíneas son los gremios y que cuando tomamos medidas de fuerza estamos tomando de rehenes a los usuarios. Primero que nada, queremos denunciar esta maniobra que busca “demonizar” la participación sindical y apunta a limitar el derecho de protesta de los trabajadores. Los gremios, ante el rumor del plan privatizador, emitieron un comunicado conjunto, planteando el rechazo al mismo. Sin embargo, somos los trabajadores de base los que tenemos que organizarnos y estar preparados para frenar cualquier ataque de este tipo, ya que todos conocemos que muchos de los que hoy firmaron ese comunicado defendieron a capa y espada la gestión de Marsans (como APA-CTA de Llano o el gremio de aeronavegantes conducidos por Frecia) y siempre antepondrán sus intereses a las necesidades de los aeronáuticos. Queremos demostrar esto con un ejemplo: el año pasado la dirección del Sindicato APA se plegó a una medida de fuerza convocada por la AAA (Aeronavegantes) para exigir que se mantenga como Secretario General de esa organización a Fresia, que había perdido las elecciones a pesar de un fraude escandaloso. Todo esto lo hicieron porque Fresia “era su amigo”. Vale aclarar que para plegarse a esta medida no le preguntaron a un solo laburante. Ahora, nosotros le queremos preguntar a estos dirigentes sindicales: ¿por qué no convocaron a un paro por el pase a planta permanente de los compañeros tercerizados de Pertencer que cobran $1.600? ¿por qué no convocaron a una medida de fuerza para exigir en su momento la reincorporación de los trabajadores despedidos de HAS y su pase a convenio aeronáutico? Los trabajadores tenemos que exigir a los gremios que hagan asambleas y que sean las bases las que decidan cuáles son los verdaderos problemas que tienen los trabajadores y por qué queremos luchar.

La única solución para Aerolíneas está en sus propios trabajadores
Nosotros creemos que esa lucha, además de resolver prioritariamente el problema de los tercerizados, debe tener como eje poner a Aerolíneas Argentinas al servicio de los sectores populares que hoy no cuentan con tarifas accesibles. El transporte aéreo, sigue siendo casi exclusivamente usado por los sectores más acomodados de la población.

Para esto, además de luchar contra todo plan privatizador, los aeronáuticos debemos levantar la necesidad de que Aerolíneas y Austral sean controladas por los trabajadores y los usuarios populares para concretar un proyecto que rompa los criterios de rentabilidad turística y genere rutas de fomento y una todos los rincones del país con tarifas accesibles y diferenciadas para los sectores obreros y de menores recursos. Haciendo transparente el destino de las inversiones y los gastos. Con este programa los trabajadores volverán a contar con el apoyo de millones que en el 2001 se sumaron a la causa nacional contra el cierre de la empresa.