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CON MARCHAS Y LA OCUPACION DEL CAPITOLIO DE WISCONSIN

Trabajadores y estudiantes se movilizan en Estados Unidos

Por séptimo día consecutivo, docentes, enfermeras, trabajadoras y trabajadores del sector público mantienen ocupado el Capitolio (legislatura) del estado de Wisconsin en el noreste de EE.UU..

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24 de febrero 2011

Trabajadores y estudiantes se movilizan en Estados Unidos

Por séptimo día consecutivo, docentes, enfermeras, trabajadoras y trabajadores del sector público mantienen ocupado el Capitolio (legislatura) del estado de Wisconsin en el noreste de EE.UU.. La medida, en el marco de un paro general docente de 5 días y acompañada por manifestaciones multitudinarias en Madison (la capital), se ganó el respaldo de las y los estudiantes que apoyan a sus docentes, de trabajadores de la construcción, metalúrgicos y de la población en general.

Las y los trabajadores se movilizan contra la ley que impulsa el gobernador republicano Scott Walker que, además de recortar los salarios (ya congelados por la medida anunciada por Obama en noviembre de 2010), atenta directamente contra los sindicatos, eliminando su derecho a negociar colectivamente. Su excusa: el déficit presupuestario. Hasta ahora los representantes demócratas no han dado quórum, y la manifestación se mantiene firme contra la votación de la ley.

Esta importante movilización se da en un panorama signado por la crisis económica y las enormes consecuencias sociales que ha tenido en Estados Unidos. También surge en medio de una enorme polarización social y política, como lo demostraron las últimas elecciones y el surgimiento del movimiento derechista Tea Party, una de cuyas banderas es “achicar el Estado” (recortando planes sociales, bajando salarios).

Obama y los demócratas, que vienen de aplicar un ajuste en el presupuesto nacional, apoyan el movimiento contra Walker, no en defensa de los derechos de los trabajadores, sino más bien como una política “preventiva” para que esta incipiente movilización no se les vuelva en contra cuando tengan que aplicar los recortes en los estados que gobiernan. A pesar de la colaboración de la burocracia sindical no está dicho de antemano que esta política triunfe.

Esta batalla política, que empezó en Wisconsin y amenaza con extenderse a otros estados como ya sucede en Ohio e Indiana, ha puesto en movimiento muchos actores en el tablero político. Los sindicatos, el Partido Demócrata y hasta el propio Obama han movido sus fichas, ya que el ataque directo de Walker contra los sindicatos parece haber ido demasiado lejos.

La medida reaccionaria del gobernador Walker se apoya en una realidad de desempleo y pobreza, en la que los trabajadores del sector privado han sido duramente golpeados. Con el argumento derechista de que “los trabajadores públicos cobran buenos salarios y tienen demasiados beneficios” intentan dividir las filas de los trabajadores. Buscan así una base social reaccionaria para aplicar los planes de ajuste, que sólo afectarán a la clase trabajadora y el pueblo, con bajos salarios, recortes de presupuesto de salud, educación, y pobreza.

La burocracia sindical presta sus buenos servicios, acompañando y promoviendo los “sacrificios” necesarios, a cambio de mantener su poder. Las perspectivas del conflicto aún están abiertas. Aunque ya la burocracia llama a salidas negociadas y está dispuesta a conceder la reducción salarial, la movilización en Wisconsin muestra potencialmente la entrada de las y los trabajadores en defensa de sus derechos.

La Verdad Obrera entrevistó a Sara Jayne, maestra asistente, que viene participando de estas fuertes movilizaciones que han recibido el nombre de “Revolución Cheddar” en alusión a la fama que tiene Wisconsin por su producción de ese tipo de queso.

LVO: ¿Cómo surge la “cheddar revolution”?

SJ: La movilización surge como respuesta al ataque del gobernador Walker con su proyecto de ley. Dicha ley implica la quita de un abanico de históricas conquistas de los trabajadores estatales. La lista es casi interminable, incluye la negociación colectiva, que tal vez sea la más emblemática, la posibilidad de los sindicatos de cobrar mensualidades a sus miembros, un aumento de la contribución del salario estatal para la jubilación al 5,8%, que los salarios también cubran el 12,6% del seguro médico. Incluso llegan a proponer la venta de un sector de plantas energéticas del estado a un grupo económico afín al gobernador.

En sí, más allá de los detalles de esta ley, el sentido común de los que nos enfrentamos a estos ataques es que Walker está intentando quebrar a los sindicatos en uno de sus puntos más fuertes como es el estado de Wisconsin. Si logran avanzar con esta ley anti-sindical allí, dejarán un nefasto ejemplo para el resto del país donde los sindicatos tienen un peso menor.

LVO: ¿Cómo empezó la ocupación?

SJ: En el día de San Valentín (día de los enamorados), el pasado 14/2, los estudiantes-maestros le entregaron al gobernador una carta, costumbre habitual en la festividad, que decía “No mate a nuestro Estado”. Y el sindicato de maestros organizó los “llamados de enfermedad” con un acatamiento del 40%, lo que obligó al estado a cancelar las clases. El sindicato organizó una marcha, y miles continúan haciendo llegar su solidaridad.

Lo que generó la toma del Capitolio en primera instancia parece ser una combinación de factores. El sindicato de maestros sin duda tuvo que ver y también el sindicato de maestros asistentes (estudiantes universitarios que trabajan como docentes). Pero también actuó un factor espontáneo que viene empujando la ocupación desde el día 14. La mayoría de los participantes son trabajadores sindicalizados y maestros, pero también hay un número importante de estudiantes secundarios y universitarios.
Madison es una ciudad universitaria, los estudiantes son alrededor de un cuarto de la población. El sindicato de maestros asistentes está jugando un rol clave en organizar la ocupación del Capitolio las 24 horas.

LVO: ¿Cuál es la actitud de otros sectores de trabajadores y de la población?

SJ: El espectro de sectores que están en contra de esta ley y apoyan el reclamo de los trabajadores es muy amplio. Se han hecho presentes en Madison todas las ramas estatales del estado, incluidos los bomberos y contradictoriamente la misma Policía de Wisconsin. También sectores privados como los teamsters (camioneros), SEIU (empleados de servicios) y UAW (automotrices).

Hace unos días el Capitolio de Indiana fue mira de protestas de sectores de la industria automotriz y de la metalurgia, acompañados por estudiantes, jóvenes y activistas, que se movilizaron por sus propios reclamos y en solidaridad con Wisconsin. Las protestas ya se extendieron también a Ohio y se han organizado otras acciones en 14 estados. No está de más mencionar que muchos artistas se han hecho presentes como Tom Morello de Rage Against The Machine, quien entre canción y canción leyó una carta de solidaridad desde un sindicato de Egipto.

LVO: ¿Qué posturas hay entre los trabajadores?

SJ: Algunos trabajadores están en contra de dar más concesiones y perder las conquistas logradas. Por otro lado, muchos de los trabajadores estatales están dispuestos a asumir recortes, lo cual implicaría una rebaja salarial del 15% con tal de mantener la negociación colectiva. Este parece ser el reflejo, fomentado por las direcciones sindicales, de las acusaciones sobre que el sector público está “sobre pago” y es “codicioso”. Y esto a pesar de que los números reales demuestran lo contrario: un estudio realizado por el Instituto de Políticas Económicas (EPI) revela que el sector público de Wisconsin cobra un 4,8% menos que el sector privado.

LVO: ¿Cómo te parece que puede continuar la lucha?

SJ: Lamentablemente el sindicato no tiene una respuesta a la medida del ataque desatado. Si bien las movilizaciones hasta ahora han sido masivas, llegando a movilizar 60.000 personas el sábado 19/2, este todavía no ha declarado una huelga, y solo planea una medida tal si la ley es consumada. A la vez que contiene al movimiento, lo condiciona con una política de que hay que hacer más concesiones. Lo que no parece estar dispuesto a negociar es el derecho a la negociación colectiva. Ante esta situación, las perspectivas hacia una rotunda victoria de los trabajadores parece difícil, y seguramente si el gobernador no puede pasar en un 100% su ley, intentará conseguir la mayor cantidad de concesiones de los sindicatos. Tampoco podemos descartar que de alguna forma la ley logre ser avalada, algo que implicaría otra abierta traición de los diputados demócratas que hasta ahora se han declarado en resistencia llegando a irse del estado para no dar quórum en el Parlamento.

Si esto sucediera, los sindicatos en Wisconsin han amenazado con una huelga general en el Estado. Lo cual abriría una perspectiva aún más impredecible, con variantes alarmantes como la efectiva movilización de la Guardia Nacional, recurso solo utilizado contadas veces en situaciones que terminaron siendo hitos del Movimiento Obrero norteamericano en los años ‘30 (como las huelgas de Minneapolis, Toledo o Flint). Si bien puede parecer un escenario casi imposible, vivimos un primer mes de un año 2011 donde ya hemos visto la caída revolucionaria de Ben Alí, Mubarak y el temblor de todos los regímenes del Magreb y Medio Oriente.

La situación en Madison es claramente otra, pero estos sucesos han estallado en la mente de miles y millones de trabajadores, estudiantes y jóvenes que sin duda los ha empujado a luchar en contra de estos planes del gobernador Walker. Su fuerza es capaz de hacer volar por el aire todos los elementos de contención y represión del sistema capitalista. La situación mundial nos invita a considerar nuevamente o finalmente esta perspectiva.

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