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FELIX DIAZ LEVANTO LA HUELGA DE HAMBRE Y PIDE POR SU INTEGRIDAD

Un pobre acuerdo (que poco cierra y nada de tierra da)

La semana pasada, un día antes de fin de año, Félix Díaz fue finalmente recibido por representantes del gobierno nacional del área de Interior, INADI, Desarrollo Social, Parques Nacionales y Seguridad. A las pocas horas, la huelga de hambre que venían realizando en Av. de Mayo y 9 de julio era levantada.

Hugo Echeverre

6 de enero 2011

Un pobre acuerdo (que poco cierra y nada de tierra da)

La semana pasada, un día antes de fin de año, Félix Díaz fue finalmente recibido por representantes del gobierno nacional del área de Interior, INADI, Desarrollo Social, Parques Nacionales y Seguridad. A las pocas horas, la huelga de hambre que venían realizando en Av. de Mayo y 9 de julio era levantada.

Poco y nada resuelve lo firmado

El acuerdo y compromiso alcanzado con el Estado nacional es realmente muy pobre, y apenas le otorga a La Comunidad (Toba) Qom cuestiones como los documentos de identidad (DNI), molinos para obtener agua y asistencia sanitaria, el acceso a un área de Parques Nacionales cercanas al río Pilcomayo y la promesa del Ministerio de Desarrollo Social de desplegar acciones en la comunidad “como ser un relevamiento territorial para evaluar la implementación de programas sociales”.

El problema central que son las tierras (el territorio) y las 2.000 hectáreas robadas, apenas es sugerido al final y vuelve a ser campo de maniobra por parte del Gobierno nacional, que dilata el tema para dentro de 60 días.

A la vez, ni una sola palabra trata ni dice el acuerdo sobre los responsables policiales que llevaron a cabo la violencia fascista al mando del gobernador kirchnerista Gildo Insfrán y menos de los terratenientes Celía, que acompañaron la represión y quema de casas de la Comunidad Qom, y el asesinato de Roberto López sobre la ruta nacional 86, y las muertes posteriores de niños y jóvenes indígenas, como Mario López, de la comunidad Pilagá.

Contradicciones y verdades

Sin duda el acuerdo (de mínima) resulta muy pobre para la Comunidad Qom y abre más interrogantes que buenos augurios. El propio Félix Díaz comentó a las pocas horas (no sin contradicciones) que no era lo mejor ni que estaba satisfecho con lo alcanzado.

Al otro día del acuerdo, desde Formosa (tras un silencio de más de 30 días), Gildo Insfrán se despachó por Radio Continental y contó las bondades de un “gobierno provincial mestizo y amigo de los pueblos indígenas”.

Resultaba (casi) obsceno escucharlo hablar: "en ningún momento -le dijo a Víctor Hugo- el gobierno de la provincia fue a desalojar ni a reprimir a quienes estaban en el corte sobre la Ruta 86, aparte es jurisdicción nacional y eso tenía que hacer Gendarmería de la nación".

Evidentemente el acuerdo firmado en Buenos Aires dio aire para que “las verdades” sojeras y los Insfrán y los terratenientes Celia sonaran con impunidad y respaldo político. El gobernador kirchnerista atacó además a Félix Díaz, a quien negó representatividad y la inexistencia de conflicto; aunque luego le garantizó su seguridad física.

Desde la Comunidad La Primavera, el periodista Gabriel Levinas, le recordó: “cuando un pequeño grupo policial junto a los Celia, armados, frente a la pasividad policial, entraron a constatar la rotura de un alambrado, por orden judicial, uno de los Celia amenazó de muerte a Félix Díaz y luego le disparó 5 tiros”.

Y continúa: “respecto de la representatividad de Félix Díaz, en el año 2008 se realizó una asamblea para elegir al líder de la comunidad de La Primavera, llegaron veedores de la Nación y Félix Díaz ganó por amplísima mayoría 400 representantes familiares contra apenas una decena para Sanabria. Esta asamblea fue anulada por Gildo Insfrán quien llamó a otra asamblea semanas más tarde donde votaron solo 30 representantes familiares eligiendo a su puntero Sanabria”. Este mismo viejo cacique Sanabria, es el que arrienda las tierras para los negocios sojeros.

Tierras y desilusiones

Mientras tanto, Félix Díaz sigue en Buenos Aires, a la espera que el flamante Ministerio de Seguridad le garantice su seguridad (valga la redundancia), y así volver a Formosa. Difícil será que suceda (aunque uno nunca sabe). Los “espejitos de colores” que ofrece el gobierno no parecen llegar a tanto, y Cristina como “La Cámpora” considera a Insfrán un importante aliado.

El “gobierno de los derechos humanos” no trata de la misma manera los derechos indígenas de los qom y de otros tantos pueblos originarios. Más que saber pedir (por lo tanto) habrá que aprender a armar alianzas de clase capaces de arrancar e imponerles nuestros derechos mediante movilizaciones populares, que al andar logren retumbar y sacudir sus cómodos pies capitalistas.

Las ilusiones “reformistas” que promueven instituciones como el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) para los pueblos originarios, chocan de lleno con una esencia capitalista de alianzas provinciales y grandes negociados, que se niegan desde el vamos.

Vale recordar que el Estado capitalista tiene un carácter de clase, y toda confianza "popular" en el mismo suele llevar a desilusiones (y otros tantos desastres). Las caras del gobierno, al fin de cuentas, no son dos sino una misma. Similar a la de los terratenientes y patrones, que es a quiénes representa y defiende.

El modelo kirchnerista es eso: expoliación y entrega de recursos naturales para las empresas imperialistas, desmontes y progreso para los agrotóxicos. Esta realidad (innegable a esta altura) se extiende sobre varias comunidades campesinas e indígenas del centro y norte del país.

Por eso, el problema central de la tierra en disputa en Formosa es una cuestión política compleja y sólo maniobras dilatorias e impunidad (junto a palos) ofrece el gobierno nacional. “Y sin la tierra -expresan los compañeros de la organización Lalacnaqom- los qom dejan de ser qom”.

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