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Mundo Obrero

EL CANDIDATO DE LA CTA, EXPERTO EN PRODUCTIVIDAD

El modelo de Wasiejko y Firestone

Durante el kirchnerismo, con el boom automotriz, las empresas multiplicaron sus ganancias. La conducción del dirigente de la CTA, Pedro Wasiejko, no sólo acordó el “modelo Firestone”, sino que permite la continuidad de la tercerización y los contratados, los topes salariales de las empresas y sus premios por productividad, los turnos americanos de 12 horas en Pirelli.

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16 de septiembre 2010

por Lucho Aguilar

La periodista estaba interesada en conocer “el caso testigo” del que todos hablan.

 Cuando hay ganancias superiores al 6 %, ¿este tercio para repartir, se hace significativo para ustedes?

El hombre suspira, demora la respuesta como si estuviera por contar una hazaña.

 Y... un año se sacó 10 mil pesos, el segundo 5 mil y después alrededor 2 mil pesos. Si la empresa incrementaría la facturación al doble, eso impactaría en el monto asignado a cada trabajador.

Por eso coincido con lo que decía Recalde. Uno puede estar más preocupado no por las críticas que puede haber por derecha, sino por izquierda, como que es una zanahoria para incentivar a los trabajadores e incrementar la productividad. Pero, en lo que es la actividad productiva en nuestro país, nosotros tenemos que pensar que los niveles de productividad son bajos con respecto a economías más avanzadas. Y es algo importante a resolver. Y en ese sentido la participación en las ganancias es un incentivo para que el trabajador tome mayor compromiso, y es un compromiso para que las empresas multinacionales inviertan a nivel local1.

Uno puede pensar que el que habla es el gerente de recursos humanos de la empresa. O un Ministro de Economía. No. Es el candidato de la Lista 10 en las próximas elecciones de la CTA, el dirigente del Sindicato del Neumático (SUTNA), Pedro Wasiejko.

La ‘zanahoria’ de Pedro

En 2001, Firestone y el sindicato acordaron una reducción salarial del 20 %, “a cambio de estabilidad laboral”. Para ambos, los trabajadores tenían que pagar los platos rotos de la crisis. Para que el acuerdo fuera aceptado, incluía una cláusula de ‘participación en las ganancias’. Según esta, “las partes coinciden que la garantía de crecimiento de la empresa se funda en la generación de utilidades, y que el cumplimiento del objetivo económico requiere la máxima colaboración de todos y cada uno de los trabajadores. Por tal motivo se establece a favor de todos los trabajadores un bono extraordinario no remunerativo de participación en las utilidades de la empresa”2. Los trabajadores participarían así de un tercio del excedente de la ganancia neta, cuando esta supere el 6 %. Los otros dos tercios serían para ‘desarrollo del mercado’ y maquinaria.
Tiempo después, en 2003, se desata un conflicto en la planta de Llavalol. Los trabajadores realizan quites de colaboraciones y paros, y la empresa despide a 94 compañeros. La burocracia de Wasiejko traiciona la lucha, y la mayoría de los despedidos queda en la calle.

Ese año las ganancias superaban los $ 43 millones: la reactivación de la industria automotriz auguraba buenos negocios. La gerencia busca “bajar la tensión” y garantizar la realización de horas extras, entonces paga por primera vez el bono anual de participación de ganancias.
Lo que no dice Pedro es que el bono se cobró en 2003, 2004 y 2005. Luego no se cobró más. “El cumplimiento del objetivo económico” ya estaba logrado.

El cuerpo de los trabajadores

Carlos trabajó hasta hace pocos meses en Firestone. Se agarra la cintura y se acuerda de la planta de Lavallol. Y de Pedro.

“Esa cláusula la pusieron para que nos quedemos. Se venía una reactivación, y necesitaban mano de obra más barata. Por eso nos dieron el premio durante 3 años. Ahora ya no lo dan. Todos los años, en mayo o junio, ponen un cartel donde están los supuestos balances de la empresa. La gente pasa y es como una carcajada generalizada... si no fuera un tema serio. Porque nosotros vemos cómo aumenta la producción, y que además venden en dólares, en euros, se exporta cada vez más. Y esos números no te los muestra nadie, los dibujan”.

El modelo Firestone buscó dividir entre los trabajadores que querían pelear por mejorar el salario en paritarias y quienes veían la solución en hacer horas extras para llegar a fin de año en la ‘participación de las ganancias’.

“Para que tengas una idea, los muchachos más viejos dicen que antes cobraban como los de una automotriz, y ahora cobran casi la mitad. Pero además, en estos años, fueron aplicando cambios en los turnos y aumentaron los ritmos de trabajo. Primero se suprimió un turno, después pasaron al 6x1: trabajás seis y descansás uno. Entonces los pibes tienen más problemas de salud. Tendinitis, hernia de disco, abombamientos. Este año llegó a haber más de 300 compañeros con tareas livianas, la mitad en forma permanente. ¿Qué puede sentir un armador que hace 110 cubiertas por día, que cada una se vende a 1500 pesos, que termina hecho bolsa y ve el balance que le muestra la empresa? Que es un chiste ¿Y cuando lo escucha a Wasiejko? Siente bronca. Porque adentro de la planta es una dictadura y en realidad las ganancias se las queda el patrón”.

Durante el kirchnerismo, con el boom automotriz, las empresas multiplicaron sus ganancias. La conducción del dirigente de la CTA, Pedro Wasiejko, no sólo acordó el “modelo Firestone”, sino que permite la continuidad de la tercerización y los contratados, los topes salariales de las empresas y sus premios por productividad, los turnos americanos de 12 horas en Pirelli.
Y encima lo cuenta.

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