por Lista Marrón

El 2 de Septiembre se realizaron en todo el país las elecciones de CTERA. Según los datos oficiales proporcionados por la Junta Electoral , votó el 40 % del padrón, lo que contrasta alevosamente con la bajísima participación que vimos todos los que fiscalizamos ese día, sobre todo en la provincia de Buenos Aires ( donde dicen que votó ¡el 45%!). Así, según “sus” resultados, la Lista Celeste sacó 91013 votos, 71,9%; la Lila 21005, 16,6%; la Rosa 7733, 6,1% y la Marrón 4318, 3,4%.

Este resultado está “inflado” a favor de la Celeste , que intenta mostrar un fortalecimiento de la actual conducción con el objetivo de terminar de convertir a la CTERA en un “ministerio” del gobierno nacional de CFK, y mostrar una fortaleza que no tiene para las elecciones de la CTA.

Distorsionaron los resultados de su lista a través de métodos fraudulentos, sobre todo en el escrutinio final. Por ejemplo, en Buenos Aires, recién el día martes -5 días después de las elecciones- la junta electoral compuesta sólo por miembros de la Celeste dio a conocer los resultados sin que los apoderados de las demás listas tuvieran la posibilidad de participar del escrutinio. Lo mismo ocurrió en Tucumán. Además, hubo urnas “volantes” que aparecían con centenares de votos, provincias donde la oposición no contaba casi con votos, escrutinios “finales” que duplicaban la cantidad de votos informados el primer día.

Muchos compañeros luchadores han visto con cierta sorpresa esta “recomposición” de la Celeste , que aumentó en votos con respecto a su propio escrutinio del 2007 en más de 6 puntos porcentuales. A lo que ya explicamos sobre los métodos fraudulentos para aumentar los votos propios, tenemos que agregar que esta recomposición no es general sino que se da en lugares precisos como Neuquén, donde recibieron los votos de la Azul y Blanca de Guagliardo (dirección de ATEN provincia), en La Rioja con los votos del PC y su candidato Rogelio de Leonardis y en las seccionales del Gran Bs. As, que hasta el año pasado dirigían sectores de oposición, que la Celeste ganó (o robó mediante un fraude escandaloso como en La Plata ) en las elecciones de SUTEBA en el 2009, y donde aumentó sus votos aprovechando la crisis de la oposición.

Si bien se expresó un sector de docentes que ahora vota a la Celeste por su ligazón con el kirchnerismo y sus medidas “progresistas”, la realidad es que esta montó un enorme operativo electoral basado en su aparato K, con prebendas, padrones inflados y votos de funcionarios acomodados. El “resultado” nacional de las elecciones no expresa la situación y la sensibilidad del conjunto de los trabajadores de la educación, ya que amplios sectores que están disconformes con el sindicato no están afiliados -centralmente los jóvenes que recién ingresan a la docencia- mientras que otro sector se ha desafiliado. En Buenos Aires por ejemplo el mismo día de las elecciones, un paro convocado por el minoritario gremio UDOCBA alcanzó una gran masividad, expresando la bronca y el descontento, no solo por el salario que no alcanza, sino también el mantenimiento de la paz social de los dirigentes celestes.

El divisionismo de la lista Rosa impidió la conformación de un frente clasista en CTERA

Dentro de la “oposición”, la Lista Lila (orientada principalmente por el PCR) encabezada por Pedro Muñoz de ADoSaC, retrocedió, ya que en el 2007 había sacado más del 22%[1] y en estas elecciones alcanzó un 16, 6 % según cómputos “oficiales”. Esta corriente que dirige sindicatos y seccionales no ha demostrado ser una alternativa de lucha a la conducción Celeste. Esto se vio en la huelga de Neuquén cuando desde la conducción de ATEN Capital impulsaron el levantamiento de la huelga. Además como lista nacional no realizaron una sola acción en solidaridad con la lucha neuquina. Firmaron la paz social en Santa Cruz y aceptaron un 7% de aumento en Entre Ríos. Políticamente se enrolaron detrás de la oposición patronal y se sumaron a la lista del otro sector burocrático de la CTA que encabezan Micheli-De Gennaro, la Lista 1. Esta ubicación y esta política llevaron a la Lila a tener un rol claudicante, no enfrentar las leyes educativas del gobierno K y no ser una alternativa de lucha y organización a la Celeste para los trabajadores de la educación.

En relación al voto de la oposición clasista, queda claro que si se hubiera logrado conformar una lista unitaria entre la Lista Rosa (PO) y la Marrón , hubiera sido un polo de atracción para los sectores más combativos. La política de la Rosa fue, hasta último momento, llamar a la Lila para hacer un frente como el que dirige la seccional Rosario de AMSaFe, es decir, un frente dirigido por agrupaciones enroladas en el sector burocrático de la CTA que se referencian con De Gennaro y Micheli, con la cual conducen la CTA Rosario desde hace 3 años. Al fracasar este intento, la lista Rosa quiso imponer a la Marrón que fuéramos diluidos en su lista, sin aceptar ninguna de las propuestas que les hicimos hasta último momento para intentar destrabar este planteo autoproclamatorio y burocrático de la Rosa-PO y llegar a concretar una lista clasista unitaria (nos proponían una relación de 6 a 1 en la conformación de la lista, cuando el resultado electoral –confirmado en todas las mesas donde hubo escrutinio “limpio”- mostró una relación de 1,8 a 1).

El resultado de las elecciones demuestra que su política aparatística de querer imponernos una relación de fuerzas donde los que conformamos la Lista Marrón nos diluyéramos en su lista estaba totalmente por fuera de la realidad. Lo que demuestra la elección es que la lista Rosa, que hace años se presenta a elecciones, ha retrocedido.En el 2007 obtuvo casi el 9%.En esta elección, la suma de los votos de la Rosa ( 6,1%) y la Marrón ( 3,4%) hubiera permitido superar aquel resultado. En provincias como Neuquén hubiéramos disputado el primer lugar ( 731 votos la Marrón , 688 la Rosa , frente a un 1461 de la Lila y 1280 de la Celeste ) y en Mendoza hubiéramos logrados un alto porcentaje ( 706 la Marrón , 551 la Rosa ).

En esta elección la Rosa no se planteó ser alternativa frente a la Lila , cuestión que propusimos desde la Marrón : un polo clasista, de independencia de clase, frente a los dos proyectos propatronales que encarnan la Celeste y la Lila.

Una lista en defensa de la educación pública y por un sindicato democrático, militante y clasista

Nuestra lista que se presentó por primera vez logró una muy buena elección, sobre todo en lugares en los cuales participamos activamente de las luchas más duras que dieron los trabajadores de la educación como en Neuquén (ver aparte) o en Córdoba Capital. También obtuvimos buenos resultados en Mendoza, Río Negro y La Pampa.

Para la 9 de Abril la experiencia de presentarnos a las elecciones de CTERA dejó un saldo muy positivo, ya que logramos presentar candidatos propios en las provincias más importantes y expresar el trabajo que venimos haciendo en las escuelas, con una lista que muestra una corriente en desarrollo, ligada a los sectores más combativos del movimiento obrero. Logramos poner en pie una campaña militante, sumando decenas de compañeras y compañeros, con quienes queda planteado seguir desarrollando el trabajo de base en la tarea de pelear por construir un sindicato distinto, verdaderamente democrático, militante y clasista.
Ahora, luego de las elecciones de CTERA, tomó dimensión nacional la lucha de los secundarios de la Ciudad de Buenos Aires. Con esta pelea se están retomando masivamente las banderas de la defensa de la educación pública, las mismas que la Celeste viene liquidando por su adaptación a las migajas del gobierno de CFK, sin cuestionar los millones que se destinan a subsidios al negocio de la educación privada. Desde la Lista Marrón nos proponemos poner todas nuestras fuerzas para que surja un gran movimiento de docentes, estudiantes y trabajadores que retomen esta bandera histórica confiando sólo en la fuerza de los trabajadores y sectores populares, en su lucha y organización, y llevar esta discusión y esta pelea a las elecciones de la CTA el próximo 23 de septiembre.