logo PTS

Internacionales

PUBLICACIÓN DE LA FRACCION TROTSKISTA - CUARTA INTERNACIONAL

Salió Estrategia Internacional N° 26

El inicio de 2010 puso de relieve que estamos asistiendo a una segunda ronda de la crisis económica internacional, que esta vez tiene su epicentro
en la Unión Europea y está poniendo en cuestionamiento la continuidad del
euro como moneda común.

PTS

24 de febrero 2010

El inicio de 2010 puso de relieve que estamos asistiendo a una segunda ronda de la crisis económica internacional, que esta vez tiene su epicentro
en la Unión Europea y está poniendo en cuestionamiento la continuidad del
euro como moneda común.

El 4 y 5 de febrero se desplomaron las bolsas europeas, arrastrando a los
principales mercados mundiales a la baja. Esta caída es atribuida centralmente al temor de que Grecia declare el default en su abultadísima
deuda, seguida por el Estado Español, Portugal y otros países de la eurozona, y a la persistencia del desempleo en Estados Unidos, a pesar del
crecimiento económico registrado en el último trimestre de 2009.

Esta situación es consecuencia directa de los millonarios planes de rescate
que implementaron los Estados capitalistas que si bien evitaron una caída
catastrófica de la economía, lo hicieron al precio de transformar la deuda
privada en deuda estatal, que se volvió un gran negocio especulativo.

El plan de la burguesía es que sean los trabajadores y los sectores populares los que paguen el salvataje de los grandes bancos, acreedores de los estados al borde del default, como Grecia. Las principales potencias de la Unión Europea, como Alemania, antes de aprobar cualquier medida de rescate, le exigen al gobierno griego que dé muestras de su capacidad para aplicar un plan de ajuste draconiano que implica la reducción salarial, el aumento de la edad jubilatoria, despidos, recortes en salud y educación,
privatizaciones y el aumento de impuestos al consumo popular.

En el mismo sentido, el gobierno español está intentando implementar una
reforma laboral que permita flexibilizar aún más la fuerza de trabajo y
postergar la edad de retiro, en el marco de un desempleo que ya ronda el
20%.

Esta receta de ajuste y la reducción del gasto público no tiene nada de
novedoso. Es la misma que aplicó el gobierno de De La Rúa en Argentina
en 2001, que terminó con la declaración del default, el hundimiento de la
economía y una crisis social que llevó a la caída del gobierno.

La huelga general en Turquía en solidaridad con la lucha de los
trabajadores despedidos de la empresa privatizada Tekel, el llamado a la
huelga general en Grecia precedido por acciones de los trabajadores del
sector público, la persistente resistencia de los trabajadores franceses
contra los cierres y despidos, que incluso apelan a métodos radicales como
la ocupación de fábrica y el secuestro de gerentes, las huelgas de los
obreros de la Fiat y otros establecimientos en Italia, son algunos de los
síntomas de que los trabajadores europeos van a resistir el intento patronal
de liquidar sus conquistas y ser quienes paguen con desocupación y
empobrecimiento el rescate de los capitalistas.

Pero aunque el epicentro de la crisis hoy esté en Europa, sus causas y sus
efectos tienen alcance internacional y abarcan a las principales potencias
imperialistas, sobre todo a Estados Unidos, cuyo déficit presupuestario
alcanzó una cifra récord, comparable a la Segunda Guerra Mundial.
El escenario que se perfila en este segundo año de la crisis es de mayores
tensiones y disputas capitalistas, anticipadas por los roces cada vez más
agresivos entre Estados Unidos y China, combinadas con crisis políticas y
situaciones sociales potencialmente explosivas.

En el artículo “La difícil vuelta a un equilibrio capitalista” de Juan Chingo,
se exponen las tendencias profundas actuantes en el desarrollo de la crisis
capitalista y los posibles escenarios que se abren. En la nota “El
imperialismo en la era Obama” de Claudia Cinatti, se analiza el desgaste del gobierno de Obama a un año de su asunción, la escalada guerrerista en
Afganistán y la continuidad con las políticas de Bush.

La sección dedicada a Europa incluye el artículo “La crisis española. Un
duro test para el régimen heredero de Franco” de Santiago Lupe, sobre la
crisis económica que está haciendo crujir al gobierno de Zapatero y su
intento de imponer medidas antipopulares; y la nota “Francia. Huelgas
obreras. Elementos para un primer balance y propuestas para un programa
de acción” de Dani˜éle Cobet, en el que se desarrollan las características de
las principales luchas de la clase obrera francesa contra los despidos y los
cierres de empresas y el programa necesario para que avancen hacia el
combate contra la patronal y su Estado.

El Dossier de este número está dedicado a la situación en Argentina,
caracterizada por la crisis política y la emergencia de un nuevo activismo
obrero, conocido como “sindicalismo de base”. En el artículo “El fin de
ciclo kirchnerista y las tareas de los revolucionarios” de Matías Maiello y
Manolo Romano, se analizan las condiciones estructurales que confluyen
en este “fin de ciclo”, entre ellas, las contradicciones económico-sociales
surgidas del estatus semicolonial del país, la crisis del Estado argentino y
del régimen político; la situación de la clase obrera para poder intervenir y
aprovechar esta crisis política de las clases dominantes; la fragmentación
entre los explotados impuesta por la ofensiva neoliberal, la recomposición
de la clase obrera en los años de crecimiento, la crisis de la burocracia
sindical y el surgimiento en diferentes conflictos de los últimos años del
“sindicalismo de base” hasta llegar a una de sus grandes acciones: la lucha
de Kraft. Por último, partiendo de la intervención del PTS en las luchas de
este nuevo movimiento obrero –desde la experiencia de control obrero en
Zanon hasta el conflicto de Kraft–, se plantea la necesidad de que los
revolucionarios peleemos por la recuperación de los sindicatos, la
hegemonía obrera en la alianza de clases de los explotados en su lucha
contra la patronal y su estado y la oportunidad histórica de avanzar en
forma cualitativa en la construcción de un partido obrero revolucionario de
vanguardia que pueda intervenir en los momentos decisivos.

En el segundo artículo del Dossier, “La lucha de Kraft Foods. La
emergencia del movimiento obrero argentino y la izquierda revolucionaria”
de Diego Lotito y Jonatan Ros, se desarrollan los hechos más importantes
de esta lucha, que sin dudas, es el conflicto obrero industrial más
importante del último período. El conflicto de Kraft, iniciado a partir del
despido de 160 trabajadores, entre ellos los miembros de su Comisión
interna y gran parte de los delegados por sector, se transformó en un gran
hecho nacional que se hizo contra la dirección del sindicato de la
alimentación, en manos de la burocracia sindical, y que llevó a la
intervención del gobierno nacional y provincial y llegó a involucrar hasta
la embajada norteamericana. En esta lucha los trabajadores de Kraft –una
de las principales multinacionales de la alimentación– hicieron una
experiencia acelerada no sólo con la burocracia sindical sino también con
la corriente que mantuvo el control de la Comisión Interna durante los
últimos dieciséis años (el PCR de orientación maoísta) y que en los
momentos decisivos del conflicto optó por el compromiso con la patronal.
Esta experiencia permitió que el ala combativa del conflicto que se opuso a
esta política conciliatoria, encabezado por Javier “Poke” Hermosilla de la
Agrupación “Desde Abajo” (impulsada por el PTS) ganara la conducción
de la Comisión Interna. En la nota pone de relieve el rol que jugó el PTS
como parte de la dirección del sector combativo del conflicto, que pudo
demostrar en la práctica aspectos de su estrategia política, entre ellos la
efectividad de la alianza de clase de los trabajadores y sectores
estudiantiles para enfrentar a la patronal y las perspectivas que se abren
para impulsar el desarrollo de una tendencia clasista, antiburocrática y
antipatronal en la vanguardia obrera.

Como parte de las conclusiones, el conflicto de Kraft Foods es un gran
ejemplo contra el escepticismo que ha invadido a la mayoría de las
corrientes de izquierda que se reclaman revolucionarias, al demostrar que
los marxistas podemos confluir con sectores avanzados de trabajadores.
La revista cuenta, además, con una extensa sección dedicada a analizar la
situación política y la lucha de clases en América Latina que contiene el
artículo “Brasil, ¿por qué se ufana Lula?” de Val Lisboa y Thiago Flamé,
en el que se analiza la estructura desigual y combinada de Brasil y su lugar
dependiente en la economía mundial, a pesar de la escala de su economía;
el artículo “Haití: entre la devastación y la ocupación imperialista” de Juan
Andrés Gallardo, en el que se denuncia la injerencia imperialista en Haití y
la virtual ocupación norteamericana luego del terremoto que asoló el país;
la nota “Centroamérica, el golpe de Estado en Honduras y el tablero
geopolítico latinoamericano”, de Brayan Brenes y Milton D’León, en la
que se analizan las causas políticas del golpe de Estado que derrocó a
Manuel Zelaya, la implicación del imperialismo, los límites de la
resistencia y las posibles consecuencias para la región; el análisis del
triunfo electoral de la derecha en Chile y sus repercusiones tanto
nacionales como latinoamericanas, por Pablo Torres y Juan Valenzuela; el
artículo “La transición al ‘Estado Plurinacional de Bolivia’” de Eduardo
Molina, en el que se analizan los cambios producidos a partir de la
transformación del Estado con la cooptación de los pueblos originarios, y
las perspectivas del segundo gobierno de Evo Morales; y por último la nota
“La lucha de los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas”, de
Pablo Oprinari y Mario Caballero, en el que se desarrolla la resistencia
obrera frente al ataque lanzado por el Estado mexicano y sus consecuencias para futuras luchas.

En la sección Teoría Marxista, presentamos el artículo “Bolivia. Entre la
hibridez del mundo agrario y la idealización populista” de Javo Ferreira, en
el que se analiza la relación entre las reivindicaciones estructurales de los
pueblos originarios y la revolución social, en polémica con corrientes
teóricas y políticas “indigenistas”.

En este período de crisis económica y emergencia de fenómenos de lucha y
organización en sectores de la vanguardia obrera, para los revolucionarios
están planteado no sólo tener un programa transicional correcto, que una
las luchas actuales con los intereses históricos de la clase obrera, sino
también tener una práctica política orientada hacia fusionarse con los
sectores más avanzados de los trabajadores, los jóvenes y los sectores
populares para avanzar en construir partidos obreros revolucionarios e
internacionalistas, que jueguen un rol decisivo en los enfrentamientos por
venir. Las organizaciones que integramos la Fracción Trotskista-Cuarta
Internacional, desde la lucha de Zanon y Kraft en Argentina, hasta la de la
USP en San Pablo y el apoyo a los trabajadores del SME en México, pone
todos sus esfuerzos para hacer concreta esa perspectiva.


Puede acceder al sumario en línea y todos los artículos en formato pdf haciendo click aquí

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: