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TESTIMONIOS

Mujer que no calla

Le toca el turno a Islanda. Mujer, valerosa, mujer niña, mujer madre… Islanda tenia 19 años cuando fue secuestrada y trasladada a ‘La Escuelita’, para ser torturada, morderse la lengua en la tortura, vejada, picaneada. Islanda cuando es liberada es amenazada ‘si se junta con sus compañeros de militancia’. La mujer niña, de diecinueve años, la mujer madre, de diecinueve años, calla, se vuelve a morder la lengua para no gritar, para no contar… pero cuenta, sale del silencio… mujer.

PTS Neuquén

24 de octubre 2008

Le toca el turno a Islanda. Mujer, valerosa, mujer niña, mujer madre… Islanda tenia 19 años cuando fue secuestrada y trasladada a ‘La Escuelita’, para ser torturada, morderse la lengua en la tortura, vejada, picaneada. Islanda cuando es liberada es amenazada ‘si se junta con sus compañeros de militancia’. La mujer niña, de diecinueve años, la mujer madre, de diecinueve años, calla, se vuelve a morder la lengua para no gritar, para no contar… pero cuenta, sale del silencio… mujer.

Islanda Becerra, es una sobreviviente del Centro Clandestino de detención “La Escuelita”, Islanda, al igual que las anteriores mujeres ex detenidas desaparecidas de este centro clandestino, dió cuenta en forma pormenorizada y desgarradora, de la violencia específica que sufrieron las mujeres, el abuso sexual constante, el manoseo, las amenazas de violaciones masivas, etc. En este sentido Islanda nos decía:

“… venían los guardias, me manoseaban, yo tenía los pechos llenos de leche porque estaba dando de mamar, ese acoso, el abuso fue constante, era de los guardias, al rato me dieron agua, me llevaban vendada, me ponían las manos adelante, me bajaban la ropa y me manoseaban y tenía que orinar delante de ellos, siempre insultándome, decían que estaba buena que me iban a violar, paso una noche y me volvieron a llevar a la sala de tortura, me desnudaron, me pusieron la picana en las sienes, en los pechos, es indescriptible el dolor, la vejación, que significaba tener la picana en los pechos…”

Cuando se trata de mujeres, el genocidio incluye la violencia y el abuso sexual. Están las Madres de Plaza de Mayo, Lolín e Inés, la aplauden, mujeres valerosas. Mujer, se levanta, el público la aplaude, mira a los genocidas y en su mirada está claro: no pudieron.

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