Con Kirchner y la Argentina capitalista: millones para los empresarios, migajas para los trabajadores

Los trabajadores y el pueblo venimos pagando con nuestros salarios y nuestro trabajo la mejora de los negocios capitalistas después de la crisis del 2001. Con la devaluación que bajó brutalmente los costos salariales y un “dólar alto” que les permite competir mejor en el mercado mundial, los capitalistas más concentrados están obteniendo superganancias, como los exportadores agroindustriales, las empresas petroleras como Repsol y las grandes siderúrgicas como Techint. La rentabilidad de los capitalistas es un 60% mayor que en la convertibilidad, y para las diez primeras empresas el aumento asciende a un 300%. Se demostró la estafa del discurso oficial que dice que con el crecimiento económico ganamos todos. Lejos de una “distribución de la riqueza” como prometían, la reactivación económica aumentó la desigualdad social: dos de cada tres puestos de trabajo creados en el 2004 son “en negro” con salarios promedio de $420, millones de desocupados son condenados a vivir con 150 pesos, el poder de compra de los salarios está por debajo de cuando gobernaba De la Rúa. La riqueza se concentró: sólo 8.000 personas, las más ricas del país, reciben lo mismo que los 20 millones más pobres. En este terreno Kirchner no cambió nada sustancial a los anteriores, sólo que en lugar de “un peso, un dólar”, ahora necesitan un dólar a 3 pesos para hacer mejores negocios. Es un neoliberalismo de 3 a 1.
El de Kirchner, al igual que otros gobiernos latinoamericanos como el de Brasil y Uruguay que asumieron con un discurso similar, demuestran que lo verdaderamente utópico es “humanizar el capitalismo”. El “capitalismo en serio” del que nos hablan es el que estamos viendo en los EE.UU. con la catástrofe de Katrina: miseria y opresión. Y en defensa del capitalismo están de acuerdos todos los candidatos patronales: sea Cristina Kirchner o Chiche Duhalde, López Murphy, Martha Maffei o la vieja UCR.

El PTS se opone al actual gobierno y su subordinación al imperialismo y a los grandes capitalistas. Llamamos a luchar por una salida de fondo. Por el no pago de la deuda externa, la ruptura con el FMI y por expropiar a los expropiadores. Por la expropiación y entrega a sus trabajadores de todas las empresas bajo control obrero como Zanon. Por la renacionalización bajo control de los trabajadores de Repsol-YPF y de todas las empresas privatizadas. Por la nacionalización de la banca y del comercio exterior. Por un gobierno de los trabajadores y el pueblo. Un gobierno producto de una gran movilización de la clase trabajadora que con el apoyo del conjunto del pueblo pobre, podrá doblegar el poder de los capitalistas y su Estado represor.

Cristina y Chiche son candidatas de los empresarios
Los trabajadores necesitamos nuestro propio partido

El Frente para la Victoria de Cristina Kirchner y Solá y el PJ de Chiche Duhalde (aliada a Patti), defienden los mismos intereses capitalistas contra la clase trabajadora y la mayoría popular. Son dos fracciones de un peronismo al servicio de los empresarios que defiende las privatizaciones, el pago de la deuda externa y la sumisión a Bush, a quien próximamente recibirán con honores en la Argentina. Ambos cobijan a distintos burócratas sindicales en los que se apoyan para maniatar a los trabajadores, y esto lo ve cualquier trabajador que sale a pelear por el salario.

La oposición patronal de López Murphy, UCR, ARI y las distintas variantes en que está fragmentada la centroizquierda, ya demostraron lo que son gobernando junto a De la Rúa y Cavallo.

Lo verdaderamente nuevo en el país es la fuerza que empezamos a mostrar los trabajadores que, después de décadas de derrotas, salimos a recuperar lo que nos robaron, como se vio en las grandes huelgas por el salario de los telefónicos, de los trabajadores del subterráneo, los docentes, los trabajadores de la salud o los metalúrgicos del Smata. Pero la lucha sindical no alcanza. Porque así como a la gran movilización de diciembre del 2001 nos respondieron con la devaluación, ahora la inflación se come las recuperaciones salariales que vamos consiguiendo. Necesitamos transformar el peso social que tenemos los trabajadores, la mayoría nacional, en fuerza política para cambiar la relación de fuerzas a nuestro favor definitivamente, porque de lo contrario siempre perdemos los trabajadores. Necesitamos un partido propio, construido en base a las organizaciones combativas, donde no haya lugar para burócratas sindicales ni arribistas que utilicen los puestos de lucha para hacer carrera. Un partido de trabajadores para luchar por nuestro propio gobierno y terminar con la Argentina capitalista y sometida a los centros imperialistas.

Recuperar los sindicatos para los trabajadores

Las listas de candidatos del Frente MAS-PTS están colmadas de luchadores obreros que no transan con la patronal, compañeros que luchan todos los días en sus lugares de trabajo y son parte de un nuevo sindicalismo que surge con profundo odio a las direcciones burocráticas de la CGT y en oposición a la CTA, que se expresa en los delegados del Garrahan que toman sus resoluciones en asambleas, en los cuerpos de delegados recuperados a la burocracia sindical en Astillero Río Santiago y en el subterráneo, en las comisiones internas de fábricas de la alimentación o metalúrgicas.

Luchamos por terminar con la burocracia sindical y transformar a los sindicatos en genuinas herramientas en manos de los trabajadores. El ejemplo a seguir es el que dan los obreros ceramistas de Zanon que revolucionaron los estatutos de su sindicato en Neuquén: los dirigentes trabajan y ganan lo mismo que un obrero del gremio. Se pueden revocar por mandato de asamblea, que es el órgano soberano. Las minorías tienen representación en las comisiones directivas proporcional a sus votos. La afiliación voluntaria, para que los trabajadores decidan si aportan la cuota sindical, o no. El sindicato se declara independiente del Estado, los empresarios y los partidos patronales; y promueve la formación de coordinadoras, mas allá de las fronteras gremiales, para la lucha en común entre trabajadores privados y estatales, ocupados y desocupados, y en las que las decisiones estén sujetas a los mandatos de las asambleas de base.

Vote una izquierda de los trabajadores

Somos la izquierda que llama a los trabajadores a confiar en sus propias fuerzas, su autoorganización y su lucha, y a tener una política independiente, propia de la clase trabajadora. Para mostrar esta perspectiva, el PTS en estas elecciones se presenta en un frente electoral junto al MAS (Movimiento al Socialismo), con candidatos trabajadores y socialistas. Un Frente 100% de izquierda. Hemos llamado también a otras organizaciones a unir fuerzas. El MST-UNITE se negó porque eligió, para encabezar su lista de senadores en la provincia de Buenos Aires, a Mario Cafiero quien fue funcionario en el menemismo de un Ente privatizador del Astillero Río Santiago. Por el contrario, nuestro candidato a senador por la provincia es José Montes, dirigente del PTS y delegado de los obreros del Astillero que derrotaron esa privatización.

El Partido Obrero, por su parte, tampoco quiso sumar fuerzas en este frente de trabajadores socialistas, y se quedó sin aliados porque hasta último momento buscó unirse al MST y al centroizquierdista Partido Comunista, que finalmente se presenta junto al gorila Partido Socialista en el Encuentro Amplio, aliado a su vez a los radiclaes en Córdoba y Santa Fe.

La centroizquierda muestra donde gobierna que es más de lo mismo. El PTS lucha por construir una izquierda de los trabajadores que gane la dirección política de la clase obrera para terminar con la explotación del hombre por el hombre.

Fuera imperialistas de América Latina
Repudie la visita de Bush

Todos los políticos rendirán honores a George W Bush que desembarcará en Mar del Plata los primeros días de noviembre. Preparan un monumental operativo que costará 120 millones de pesos: se desplegarán más de 7.000 miembros de las fuerzas de seguridad (Policía Bonaerense, Federal, Prefectura, Gendarmería) y la SIDE, francotiradores y autos blindados, helicópteros, aviones de la Fuerza Aérea y dos buques de la Armada. Todo para proteger a Bush y su comitiva de más de 2.000 hombres. Todos se arrodillan ante sus amos del Norte, asesinos del pueblo de Irak. Estamos gobernados por una clase abiertamente antinacional. El “capitalismo nacional” está entregado a los centros imperialistas. La única clase capaz de defender a la nación de esa opresión somos los trabajadores que junto a nuestros hermanos de clase del continente podemos y debemos expulsar a los imperialistas.

El PTS llama a movilizarse en todo el país ante la venida del asesino Bush y plantea la necesidad de un paro nacional activo de protesta ante su visita.

Luchamos por el gobierno de los trabajadores

Esta democracia muestra cada vez más su carácter capitalista, con la mentira de que “todos somos iguales ante la ley”. Ellos gastan millones en la campaña electoral para dirimir las internas del poder, y a los desocupados sólo planes de 150 pesos que encima utilizan para el clientelismo político del PJ y el resto de los partidos patronales. Mientras Cristina, Chiche y el resto de los candidatos de los empresarios disponen de los medios masivos de comunicación, a los trabajadores y estudiantes se nos trata de impedir manifestarnos en Plaza de Mayo y se ataca a los que luchan por el salario, la salud, la educación, el trabajo. El presidente tiene poderes que le permiten gobernar por decreto, designar ministros a los que nadie votó, puestos en acuerdo con grupos empresarios que los apadrinan. Mientras a una enfermera del Garrahan se le niega los 1.800 pesos que necesita mínimamente para vivir, se trata de “honorable” a la Cámara de senadores coimeros, una oligarquía que defiende a las elites provinciales. Los diputados no pueden ser revocados y junto a los funcionarios del poder ejecutivo tienen todo tipo de prebendas y sueldos al nivel de gerentes de grandes empresas. Es una democracia para ricos.

El PTS lucha por un gobierno de los trabajadores que instaurará una democracia de la mayoría explotada. La democracia de los trabajadores sólo será posible si se disuelven las actuales fuerzas represivas, y se las reemplaza por milicias de trabajadores y el pueblo pobre que garanticen la autodefensa y la seguridad. No tendrá nada que ver con esta democracia que maneja una oligarquía de senadores y diputados, sino que funcionará una Asamblea Nacional de consejos como base del gobierno obrero y popular, con diputados revocables que ganen como un docente o una enfermera. Habrá que destituir la Corte Suprema y la casta de jueces y poner en su lugar tribunales populares, con la participación y control de los trabajadores en la justicia. No será un régimen de partido único, no existirá la dictadura de un partido sobre la clase obrera, sino que al interior de los consejos se podrán organizar distintos partidos de trabajadores. La reducción de la jornada laboral en forma generalizada, en base a expropiar a los capitalistas, permitirá más tiempo libre y que desde los lugares de trabajo bajo nuestro control, también se intervenga en las decisiones de la economía y la política. Ese poder de los trabajadores podrá planificar democráticamente los recursos económicos, científicos y tecnológicos, para terminar con las lacras del capitalismo, la desocupación, la miseria, y comenzar la construcción de la sociedad socialista.

-Por salarios y jubilaciones mínimos de $ 1.800.
-Trabajo para todos: reparto de las horas de trabajo. Por un subsidio universal de desempleo de $ 800. Plan de obras públicas controlado por las organizaciones obreras.
-Triplicación del presupuesto de salud y educación.
-No pago de la deuda externa. Reestatización bajo control de los trabajadores del petróleo y todas las empresas privatizadas.
-Que todo diputado y senador gane lo mismo que un docente y una enfermera.
-Derecho al aborto legal, seguro y gratuito.