Desde una perspectiva internacionalista, queremos destacar los sectores que comienzan a surgir en la clase trabajadora de distintos países del mundo que utilizan métodos de lucha y levantan demandas que desmienten con hechos el discurso dominante que quiere hacernos creer que la clase obrera ha muerto. Trabajadores del gas y la electricidad en Francia, postales en Inglaterra o del transporte en Italia, los mineros de Huanuni en Bolivia o los petroleros en Venezuela, son algunos de los ejemplos que anticipan una recomposición de la única fuerza social capaz de transformar la sociedad de raíz. Por otra parte, la heroica resistencia iraquí a la ocupación imperialista muestra que es posible hacerle frente a las Fuerzas Armadas norteamericanas, las más poderosas del planeta. Por supuesto que el camino estará plagado de dificultades y no menos derrotas, pero cada día es más necesario retomar el llamado que hiciera la III Internacional, y que es una de las banderas de los que luchamos por la reconstrucción de la IV Internacional: ¡Trabajadores y pueblos oprimidos del mundo, uníos!
En la tribuna de la Federación de Box diremos cómo construir una alternativa frente al gobierno de Kirchner y su falso “progresismo” que busca arreglar un régimen capitalista que a cada paso demuestra que está podrido hasta los huesos. A la mafia policial responsable de los asesinatos de Cisneros, Lucena y tantas otras víctimas del gatillo fácil –entre las cuales está nuestra compañera Carla Lacorte que hablará en el acto-, a sus instigadores y a la impunidad que los rodea, hay que enfrentarlos con la lucha y la organización de los trabajadores, no confiando en que “desde arriba” les van a parar la mano. A la entrega a los usureros de la plata para salarios, planes sociales, jubilaciones, salud y educación, que propone Kirchner, hay que enfrentarla con el no pago de la deuda externa, denunciando que esta hipoteca de por vida la están negociando a espaldas del pueblo y por eso llamamos a luchar para imponer un referéndum, plebiscito o consulta popular vinculante para que se exprese la voluntad popular.
Usted podrá escuchar a protagonistas de las actuales luchas. Hemos invitado a un compañero minero de Río Turbio que, a título personal, nos contará cómo el dolor por la muerte de los 14 mineros se transformó en bronca contra los empresarios y funcionarios responsables, y rebelión contra la dirigencia sindical cómplice. Mostraremos imágenes inéditas de los mineros y su actual lucha y organización. Hemos invitado a un dirigente piquetero para repudiar juntos la campaña del establishment contra las organizaciones de los desocupados, y levantar más que nunca la necesaria unidad de ocupados y desocupados para conquistar el trabajo para todos. Estarán presentes compañeros de San Luis que vienen de protagonizar movilizaciones masivas contra el gobierno de los Saá.
Raúl Godoy, como dirigente ceramista y miembro de la dirección nacional del PTS, mostrará cómo es posible no sólo poner a producir bajo gestión obrera una fábrica como Zanon, que ya cuenta con cerca de 400 trabajadores, sino también cómo se puede organizar un sindicato con democracia obrera, sin dirigentes millonarios atornillados en sus sillones, donde todos los trabajadores pesen en las decisiones, que pelee por la unidad con los piqueteros, docentes y estatales considerando a todos parte de una misma clase, y con los estudiantes y los sectores medios en defensa de los derechos democráticos, la salud y la educación. Como parte de esta experiencia, los dirigentes ceramistas vienen discutiendo que frente al PJ y todos los partidos de los explotadores, es necesario construir una herramienta política propia. Desde el PTS apoyamos esta iniciativa: contra las alianzas de colaboración de clases es necesario construir un gran movimiento político de trabajadores que una a todas las organizaciones que defienden la independencia política de la clase trabajadora.
Celia Martínez, Andrea D’Atri, Christian Castillo y José Montes, junto al saludo de dirigentes obreros de la Alimentación, estatales y de la juventud combativa, expresarán por qué nuestra organización encara todas las batallas cotidianas desde la perspectiva estratégica de la autoorganización de las masas para la lucha y la construcción de un gran partido de trabajadores revolucionario e internacionalista. Destinamos las mayores energías a construir una izquierda revolucionaria en las principales concentraciones del movimiento obrero como las empresas siderúrgicas, alimenticias, el transporte y las comunicaciones, porque ese es el corazón de la clase que, uniendo sus filas con los desocupados y el conjunto de los trabajadores, puede acaudillar a la juventud combativa y al conjunto de la nación explotada y oprimida en la lucha contra el poder de los explotadores. Para que esta lucha sea victoriosa, es necesario forjar desde ahora, antes que sea demasiado tarde, el estado mayor de los trabajadores, fusionando lo mejor de la vanguardia obrera y la intelectualidad marxista en un partido obrero revolucionario. Un partido que no ceda ante los golpes de la represión ni ante los “cantos de sirena” de la conciliación de clases. Un partido que luche por una perspectiva clasista y militante para el movimiento piquetero pero que no busque construirse administrando los planes de asistencia social del estado. Un partido que utilice la tribuna electoral pero no transforme en el centro de su política la obtención de cargos parlamentarios cayendo en el más febril electoralismo. A ese partido apunta el PTS, en el programa, en la teoría y en la práctica de todos los días, sin doble discurso.
Sabemos que ese partido no surgirá de la mera evolución del PTS, sino que podremos fusionarnos con corrientes con las que confluyamos en un programa y un método revolucionario. En el 2002 le planteamos al PO, al MAS y a todos los que reivindicaban la lucha por la revolución obrera y socialista, iniciar inmediatamente la discusión y práctica común tendiente a construir un partido de trabajadores revolucionario unificado. Al MST lo llamábamos a romper con Izquierda Unidad para ser parte de este debate. El PO y el MAS rechazaron sectariamente esta propuesta. Pero estamos seguros que los futuros acontecimientos y el franco debate político, sobre todo la emergencia de sectores del movimiento obrero que tiendan a posiciones revolucionarias, provocarán rupturas, fusiones y rápidos avances en el camino de poner en pie ese gran partido que necesita la clase obrera.
Venga con el PTS a construir ahora los cimientos de esa izquierda revolucionaria en la clase obrera y la juventud explotada y oprimida.