logo PTS

Internacional

EL “SOCIALISMO CON EMPRESARIOS” DE CHAVEZ

Venezuela ante los nuevos anuncios económicos

Reproducimos a continuación extractos de la declaración publicada por la Liga de Trabajadores por el Socialismo de Venezuela, organización hermana del PTS en ese país.

19 de junio 2008

Cada vez queda más al desnudo ante la clase trabajadora la falsedad del discurso “socialista” del gobierno de Chávez, como hemos venido denunciando consecuentemente (...) Con los recientes anuncios, viene a operarse una vuelta de tuerca en la búsqueda de alianzas de Chávez, no ya sólo con sectores pequeños y medios de la burguesía nacional, sino con los sectores más concentrados de los capitalistas nacionales. Trotsky señalaba que la política internacional de un gobierno venía a ser la extensión fuera de las fronteras nacionales de la política que se aplica en el propio país, hoy podemos ver cómo Chávez se suma a la campaña reaccionaria de Uribe de pedir la rendición incondicional de las FARC, y ensaya reacomodos frente al imperialismo norteamericano planteando que espera “trabajar conjuntamente” con el próximo presidente de los EE.UU., mientras aquí busca sellar un pacto estratégico de “desarrollo nacional” con la burguesía, otrora golpista.

“Reimpulso productivo”: beneficios para los capitalistas

Bajo el lema “Reimpulso productivo. La inversión es Venezuela” y frente a más de 500 empresarios, Chávez llamó a constituir una gran “Alianza Estratégica Nacional Productiva”. Esta vez no se dirigía apenas a los medianos y pequeños empresarios, sino a pesos pesados del sector privado nacional como Lorenzo Mendoza, Osvaldo Cisneros (...) entre otros. Tomando una frase de Velazco Alvarado, nacionalista burgués peruano de los años ’70, Chávez elogió “a los industriales y empresarios que contribuyen a forjar la riqueza de este país y que comprenden la necesidad de que el capital cumpla su responsabilidad social”.
Las medidas que anunció Chávez, aunque son celebradas públicamente por los representantes de la burguesía opositora -que desde la derrota del referéndum del 2/12 vienen exigiéndole al gobierno más y más, mientras éste les va cediendo-, son claramente favorables al conjunto del empresariado nacional (...) Entre las medidas se encuentran la eliminación de impuestos (ITF), flexibilización para otorgarles dólares, creación de un fondo de un 1.000 millones de dólares, condonación de la deuda a los empresarios del campo y más facilidades para otros. Vienen a completar un cuadro de aumentos contínuos de precios de los alimentos y liberación de otros, la exoneración del IVA para los “sectores productivos” así como reintegro de los impuestos por exportación.

La mentira burguesa de que la inflación es producto del “exceso de liquidez” (dinero circulante) y la baja producción que hacen desequilibrar la relación “demanda-oferta”, hace eco en el gobierno que opta por reducir la liquidez, “desestimular el consumo”, adelantar estos “incentivos” a los empresarios y, desacelerar el crecimiento económico, lo que ha implicado en lo que va del año importantes reducciones en la construcción y la manufactura, sectores claves en la generación de empleo. No es difícil adivinar a quién beneficia esta política y a quién perjudica en la realidad. Es que la economía capitalista en general, y particularmente la especulación de los empresarios y grandes comerciantes, condenan al pueblo trabajador a no poder satisfacer las necesidades básicas, y la respuesta “antiinflacionaria” del gobierno ha sido, más allá de la retórica contra la especulación, completamente favorable a los intereses de los capitalistas. Resulta que ahora los banqueros, los monopolios de la alimentación y los empresarios del campo van a salvarnos del desabastecimiento y la inflación. ¡Qué cinismo!

Chávez quiere un pacto duradero con la burguesía

En el último editorial de En Clave Obrera afirmábamos que “la renta petrolera le permite a Chávez seguir ensayando su política de ‘satisfacer a todos sin golpear a ninguno’. Por ‘arriba’ avanza en su política de negociación, garantizando que no hará políticas ‘extremas’ como le reclama la oposición empresarial, y por ‘abajo’ intenta reforzar sus políticas para recuperar el espacio entre las masa populares”. Pero esta vez se trata de un giro más decisivo de acuerdos con los más importantes grupos económicos del país, aunque no estamos hablando de un “pacto social” en el sentido más clásico del término, sino la búsqueda de un proyecto más estratégico de “desarrollo nacional” que reactive la economía nacional (satisfaciendo las necesidades patronales) y continúe mejorando los términos de intercambio de Venezuela en el mercado mundial.

Por supuesto que no es la primera vez que Chávez hace acuerdos económicos con sectores de la burguesía, pues como hemos planteado insistentemente, por más que se llame a sí mismo revolucionario, se trata de un gobierno burgués que tiene una concepción de desarrollo del capitalismo nacional con mayores niveles de autonomía del imperialismo, a diferencia del entreguismo proimperialista del puntofijismo (en referencia al Pacto de Punto Fijo de 1958 que permitió la alternancia en el poder de los partidos Acción Democrática y COPEI) y la actual oposición de derecha. Chávez buscaba con la reforma constitucional fortalecerse más, tanto para controlar mejor al movimiento de masas, como para poder forzar con más autoridad a sectores clave de la burguesía a incorporarse a su proyecto de “desarrollo nacional”. Hoy, luego de haber perdido el referéndum, lo hace “mostrando la chequera” e “incentivando” a los empresarios.

La clase trabajadora tiene que salirle al paso: ¡profundizando y unificando las luchas!

Aún no llega a consolidarse un verdadero pacto nacional con la gran burguesía, que no considera a Chávez como “su hombre” en Miraflores (casa de gobierno), sino que aprovecha su debilidad post 2/12 para presionarlo cada vez más. Además, el proyecto de Chávez se asienta sobre patas cortas pues depende centralmente de la inyección de recursos provenientes de la renta petrolera gracias a los altos precios del barril, mientras los capitalistas siguen sin grandes inversiones y no han detenido la fuga de capitales al exterior.

Sin embargo, los trabajadores debemos salirle al paso con todas nuestras fuerzas, pues Chávez viene haciendo evidente su proyecto de conciliación de clases, que busca convencernos de que es posible una unidad nacional de las distintas clases para “desarrollar al país” (...)

Los socialistas revolucionarios, aunque hemos estado consecuentemente en las luchas contra la reacción proimperialista en los días del golpe y del paro-sabotaje, nunca hemos depositado ninguna confianza en que Chávez avanzaría en resolver los problemas de fondo del pueblo (...) Pero muchos trabajadores aún confían en Chávez, y comienzan a preguntarse, ¿Chávez nos está diciendo que los enemigos con los que nos batimos ayer son hoy nuestros aliados? (...)

Frente a la “alianza estratégica nacional productiva” hay que contraponer la alianza estratégica de la clase obrera con todos los sectores explotados y oprimidos del país, luchando por imponer nuestras demandas más sentidas, como aumento general de sueldos y salarios igual al costo de la canasta básica, viviendas para el pueblo trabajador, empleo estable y con seguridad social para todos y todas, tierra para los campesinos, entre otras. Los trabajadores empiezan a luchar como clase en la arena sindical y económica a pesar de que aún guardan ilusiones en Chávez. Desde el año pasado varios sectores de trabajadores vienen peleando (...) y asistimos hoy a un salto en magnitud donde a través de numerosas y variadas luchas en todo el territorio nacional entran en escena muchos más sectores de trabajadores y trabajadoras a pelear por sus derechos y demandas de una manera como no se veía desde los últimos años del gobierno de Caldera y los primeros tiempos de Chávez (...)

Coordinar y unificar las luchas en curso es una tarea central del momento, para hacer pesar en la vida nacional la voz de los trabajadores de manera independiente contra los empresarios y su inflación, contra los pactos “antiinflacionarios” del gobierno con éstos, y por el cumplimiento de las demandas planteadas, para comenzar a arrancar a los capitalistas y el gobierno nuestras conquistas, en esta hora en que se empiezan a ejercitar los músculos, ya no sólo contra la oposición burguesa para parar sus intentos de hacerse del poder político, sino directamente por nuestros intereses como clase, que ninguno de los dos sectores en pugna garantiza.

Como venimos insistiendo, un Encuentro Nacional de trabajadores, con delegadas y delegados votados en asamblea en cada centro de trabajo y mandatados por la base, abierto tanto a los que están sindicalizados como a los que aún no lo están, es un paso importante en este camino, pudiendo unificar los reclamos y exigencias en un plan nacional de lucha y movilización (...)

Construir una alternativa obrera revolucionaria

Al tiempo que avanzamos, hay que dar pasos en la construcción de un verdadera alternativa socialista, un partido obrero revolucionario que se plantee la lucha por la independencia de clase de los trabajadores frente a todas las variantes burguesas, en la perspectiva por conquistar un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre, que expropie las empresas imperialistas, a la burguesía nacional, los banqueros y terratenientes, como única manera realista de comenzar a resolver los problemas de nuestro pueblo.

13 de junio de 2008

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: