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Lecciones de las jornadas del 13 de abril

Venezuela: a 5 años del golpe de 2002

Reproducimos una versión reducida del artículo publicado por la Juventud de Izquierda Revolucionaria –Fracción Pública del Partido Revolución y Socialismo (PRS)–, organización hermana del PTS en Venezuela y miembro de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional.

Juventud de Izquierda Revolucionaria

19 de abril 2007

El sistema político burgués venezolano que había garantizado la expoliación imperialista de los recursos, entró en franca crisis con la rebelión popular de 1989 (conocida como Caracazo), desmoronándose cada vez más en los años siguientes. Chávez se alza sobre ese fenómeno, postulándose como representante del repudio obrero, campesino y popular contra ese régimen.
Un gran temor del imperialismo y la gran burguesía nacional, es que el movimiento de masas, que a través de Chávez, aspiraba lograr sus demandas fundamentales, se desarrollara con más fuerza y desbordara los límites de reformas e instituciones mantenidas por éste luego de su llegada al gobierno en 1999. Este es el telón de fondo que alentará a la gran burguesía y el imperialismo en abril de 2002 con las asonadas golpistas para sacar a Chávez del gobierno. Por eso afirmamos que la reacción de la patronal y la burocracia sindical opositora, comandadas por el imperialismo yanqui, se debieron tal vez, al hecho más estructural de que Chávez se fijara como meta nuevas formas políticas en las que no entraba el personal político fiel al imperialismo, perdiendo todo su tradicional control de su principal fuente de riqueza, la petrolera PDVSA, y no tanto a los Decretos-Leyes dictados por el gobierno que contemplaban, entre otras cosas, una tímida redistribución de la tierra, la fijación de algunos derechos para los pescadores ante las grandes industrias, así como un control estatal más serio del negocio de los hidrocarburos.
Durante el año 2001 la burguesía opositora, junto a los partidos de oposición, los medios de comunicación privados y la iglesia católica, comienzan lentamente un proceso de acumulación de fuerzas, atreviéndose ya a convocar algunas movilizaciones. Pero estas marchas chocaban con las contramarchas organizadas por los sectores que apoyaban al gobierno.
Para el 9 de abril de 2002, hay un llamado a "paro activo" nacional, encabezado por la CTV, Fedecámaras, y los partidos de oposición, luego de la decisión del gobierno de cambiar la gerencia mayor de PDVSA. El "paro" patronal se basó en la paralización de los gerentes de PDVSA, junto al cierre de empresas por parte de los empresarios. Sin embargo, la política del gobierno no era la movilización combativa, ni un llamado a todos los trabajadores y trabajadoras, en especial a la clase obrera de PDVSA, para que tomen en sus manos las fábricas y empresas. Al contrario, el gobierno decide retroceder en un gesto de negociación.
El 11 de abril de 2002, la reacción, luego de tres días de concentraciones y marchas, se dirige a Miraflores para sacar a Chávez. A las pocas horas se pronuncian varios generales del alto mando militar desconociendo al gobierno. La nueva "directriz" del gobierno fue abandonar Miraflores, porque "la situación está muy difícil". En medio de la ofensiva final de la reacción, el gobierno no se propuso más que usar a componentes de las FF.AA. para frenar a la policía golpista, pero no se apoyó para nada en la movilización de las masas para detener el golpe. Chávez, según sus propias afirmaciones, se entrega a los golpistas, aún cuando no firma la renuncia que le era exigida.
Sin embargo, a pesar de la ausencia total de las direcciones oficiales, y del duro golpe que significó ver caer al gobierno sin dar pelea, comienza desde los barrios y los cerros a organizarse una generalizada resistencia al intento de dictadura empresarial que se gestaba, disposición a la lucha y al combate de las masas laboriosas que no estaban dispuestas a dejarse vencer sin librar batalla.
El 13 de abril la burguesía tembló: decenas de miles salieron a las calles en las principales ciudades con el objetivo claro de sacar a Chávez de la cárcel. Así, la derrota del golpe de la reacción burguesa y proimperialista fue producto de la acción contundente y masiva del pueblo pobre y de la clase trabajadora.
El 14 de abril por la madrugada Chávez regresa pidiendo perdón con un crucifijo en la mano. No le pedía perdón a las masas por haberlas puesto al borde de una dictadura sangrienta al no haber preparado nada para contrarrestarla. Llamaba a la conciliación, a "rectificarse", llamando a un "diálogo nacional".
Para frenar los planes proimperialistas era necesario alertar y preparar al movimiento de masas para la batalla por venir, no llamar a la calma. Como medida fundamental, expropiar a los golpistas y sectores de la burguesía que los apoyaban, y confiscar los intereses del imperialismo en el país. Junto a esto, alertar e instruir a las masas a organizarse para derrotar la conspiración reaccionaria. Desde el primer día de "paro" se debió hacer un llamado a todos los trabajadores y trabajadoras a que asistieran a las fábricas y empresas, a la clase obrera petrolera a que se hiciera con el poder de todas las instalaciones. Era necesario entonces, organizar comités de autodefensa obreros, ante la segura confrontación con los patrones, sus policías y la clase media derechizada. Había que organizar inmediatamente las milicias del pueblo pobre. Ante la arremetida armada de la policía de la oposición, entregar armas a las milicias populares y comités de autodefensa obreros previamente organizados, a la par de un enérgico llamado a la baja oficialidad y los soldados de las Fuerzas Armadas que se mantuvieran con el pueblo.
Luego del "diálogo nacional", a finales de septiembre el Tribunal Supremo de Justicia decidió que no había suficientes razones para enjuiciar a los generales golpistas, que no hubo golpe de Estado sino un "vacío de poder". El gobierno de Chávez aceptó tal sentencia, en el mismo día que miles de personas protestaron cerca del Tribunal, enfrentando la represión de la Guardia Nacional.
¿Podría el gobierno actuar de otra manera? ¿Son "debilidades", "inconsecuencias", "errores" lo que producen estas actuaciones? Contundentemente no, las negociaciones de Chávez, su paralización ante los momentos de crisis, sus vacilaciones, son consecuencia del carácter burgués de su proyecto.
La única manera de derrotar definitivamente los intentos golpistas y reaccionarios es atacando el poder económico de la burguesía y el imperialismo. Las medidas que planteamos desde la JIR, necesarias para derrotar a la reacción y para satisfacer las más elementales necesidades obreras y populares, objetivamente trascienden los límites de la propiedad capitalista, por eso el gobierno se decidió, y se decide siempre, por no tomarlas.
Por eso, si hay dos lecciones centrales de las Jornadas de Abril, es que son irreconciliables los intereses de las masas explotadas y pobres con los de la burguesía nacional y el imperialismo, y que es urgente la lucha por la independencia política de los trabajadores y el pueblo frente al gobierno de Chávez. Es que sin independencia política, que conduzca a confiar sólo en la propias fuerzas y métodos de lucha de los trabajadores y explotados, levantando un verdadero programa de lucha anticapitalista y por tanto, consecuentemente antiimperialista, la gran energía obrera y popular desatada en las calles y fábricas será conducida por Chávez por los cauces de la negociación y el mantenimiento de las propiedades y negocios capitalistas, como sucede hoy. Por eso es imprescindible más que nunca la construcción de un potente partido obrero revolucionario que luche por un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre y avanzar hacia una verdadera revolución obrera y socialista.

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