El sabado12 Ariel Bogado, de tan solo 21 años, fue asesinado adentro de un patrullero en Barrio Parque Bernal cuando era trasladado por averiguación de antecedentes. El muchacho fue detenido cuando intentaba subirse a un scooter. La policía dice que como no tenía los papeles lo llevaron detenido, que lo palparon “así nomás” por lo que no se dieron cuenta “que tenía un arma calibre 38 en los genitales” y que, siempre según la policía, la sacó y gatilló tres veces, sin éxito, dentro del móvil, razón por la cual lo mataron. Una mentira burda: cualquiera que conozca las calles de la provincia sabe muy bien que la Bonaerense te palpa puntillosamente para humillarte. Peor es la versión de algunos testigos que tienen miedo de declarar y que dicen que el chico subió esposado al patrullero, que ahí lo mataron y le sacaron las esposas al bajarlo. El nombre del efectivo que lo mató y que presta servicio en la comisaría 8° de Bernal no trascendió. Sólo se sabe que tras quedar detenido el sábado fue liberado el mismo día alegando que actuó “en legítima defensa”. Toda la cúpula de la DDI local está tratando de justificar este hecho aberrante instalando estas versiones ridículas.

Por ahora lo que queda más que claro a simple vista es que, como denuncia el abuelo del chico, este es un caso de gatillo fácil. Y se suma a los más de 100 pibes asesinados por las distintas fuerzas represivas en los primeros meses de este año (datos de CORREPI) y a la desaparición de Luciano Arruga.