Luego de la última patoteada a los trabajadores de ATE del INDEC, comenzó a sonar con más fuerza la destitución de Guillermo Moreno, Secretario de Comercio y mentor de la intervención del INDEC a fines del 2006 mediante la manipulación de los índices estadísticos, en tanto sostiene con puño de hierro las patotas que circulan por el Instituto.

Junto a esto se vienen barajando posibles reemplazos de Moreno, entre ellos Ricardo Echegaray, titular de la ONCCA (Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario) y funcionario del riñón del mismo Moreno, por lo que seguramente sería una continuidad política. También se contemplan otros dos nombre: el senador kirchnerista Eric Calcagno y la presidenta del Banco Nación Mercedes Marcó del Pont, ambos revistan como el ala “blanda” de los kirchneristas y por ende “la mejor solución de fondo para el conflicto”, como dijo ante los medios de comunicación el diputado de la CTA Claudio Lozano.

En ultima instancia, de seguir o no Moreno, la que tome las decisiones será la presidenta de la Nación, es decir que el instituto seguirá al servicio de este gobierno. No podemos olvidar que todos los gobiernos de turno intentaron echar mano del INDEC en aras de intereses patronales: Martínez de Hoz impulsó el índice “descarnado” para ocultar los incrementos del precio de la carne, Alfonsín expresó su voluntad de planchar los precios, Menem y Cavallo se quejaban constantemente por los números de desocupación y el ex ministro Lavagna desistió cientos de veces de los datos arrojados en pobreza.

Por eso no habrá salida de fondo favorable para los trabajadores y el pueblo pobre si no se pelea por un directorio de trabajadores y técnicos elegidos por todos los trabajadores del Instituto con carácter revocable y controlado por las organizaciones obreras y populares, que no vacile en rechazar la integración de profesionales comprometidos con políticas anti populares. Y que dirija el INDEC en forma democrática en todo lo atinente al organismo, programas, contrataciones, sueldos, etc.

Esta es la única forma de garantizar la autonomía del instituto ante los gobiernos de turno y estadísticas públicas verdaderas y al servicio de las mayorías trabajadoras y populares.