Mientras Zapatero suspendía sus vacaciones tras la jornada más negra en la historia de la prima de riesgo española, el movimiento 15M se mostraba vivo en pleno agosto. Las jornadas de movilizaciones en Madrid para recuperar la Puerta del Sol después del martes pasado tras el desalojo de la acampada, mantuvieron en vilo al gobierno que quiso evitar, con la fuerza y la represión, que volvieran a la Puerta del Sol: sitio que se ha convertido en los últimos dos meses y medio en el origen y destino de los indignados y escenario de concentraciones masivas, campamentos, asambleas y cargas policiales. Desafiaron así al fuerte operativo de las fuerzas de seguridad que rodeaban la zona, cortando las calles aledañas y cerrando tres días los accesos a la plaza y la estación de Metro y Cercanías, reprimiendo, persiguiendo a aquellos que intentaban ingresar, con un saldo de 9 detenidos.

Al grito de “La lucha sigue cueste lo que cueste” y “no nos representan”, los indignados convocaron día tras día movilizaciones con el objetivo de llegar hasta la Puerta del Sol. Y así lo hicieron, el sol volvió a ser de los indignados después de que miles de personas marcharan en la noche del viernes desde la estación de Atocha, a lo largo del paseo del Prado y de Recoletos hasta el Ministerio del Interior, donde un día antes se había producido la brutal represión de la policía. Se trataba del cuarto día consecutivo en el que trataban de entrar a la plaza. Y lo consiguieron. Lo hicieron por la calle Alcalá por la noche, al grito de: “esta es nuestra plaza”, “esta es una victoria”.

A última hora de la noche del viernes tuvo lugar una asamblea multitudinaria en el centro de la plaza para decidir nuevas movilizaciones. El acta de la asamblea comienza diciendo: “Compañeras, compañeros. Esto que hemos vivido hoy es una gran victoria. Hemos recuperado el símbolo de Sol y acabado con un estado de excepción totalmente ilegal y anticonstitucional. La plaza es del pueblo, y siempre lo será. Ésta, y todas las plazas. (..) la presión popular ha sido más fuerte que la violencia de un Estado que ha demostrado en los últimos días ser claramente represor. Hoy tenemos mucho que celebrar, esta batalla la hemos ganado. (…) no podemos olvidar a nuestr@s compañer@s detenid@s. Esto es sólo el principio. detenidos, absolución.” También el sábado en Madrid se organizaba el segundo foro social Intercalles, en las calles aledañas a la Puerta del Sol, a través de diferentes asambleas convocadas por varios puntos de Madrid. La mayoría acabaron celebrándose en mitad de la plaza, donde de nuevo se instaló un centro de información: símbolo del 15-M. Por otro lado, la decisión más urgente que han tomado ha sido concentrarse a las 12.30 en los juzgados de plaza Castilla, para recibir y mostrar su apoyo a los detenidos tras las cargas policiales.

A su vez, están elaborando un calendario de acciones de protesta por la llegada del Papa, con puestos informativos y una manifestación en Neptuno paralela a la misa del martes en la plaza de Cibeles, con la que se inaugura la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Mientras, en otras ciudades como en Barcelona miles de manifestantes se concentraron en la Plaza Catalunya para mostrar su rechazo al desalojo del martes y en apoyo a Madrid, al grito de ¡Madrid no estás sola!

Los indignados y su experiencia con el régimen del 78’ y sus partidos

No estamos hablando de simples movilizaciones momentáneas, sino de un movimiento que se mantiene vivo y que supo reaccionar ante la respuesta represiva del gobierno, y en el que la juventud y miles de trabajadores están haciendo una gran experiencia con el Régimen del 78 y con sus partidos. Esto en el marco de una profunda crisis del capitalismo que ha abierto una etapa no sólo de un próximo “otoño caliente” sino de todo un curso caliente.

Semanas atrás Rubalcaba dialogaba con los indignados, con la intención de cooptar o contener a los sectores con ilusiones mas reformistas del movimiento, y a la vez producto del miedo del PSOE ante la crisis de los partidos del Régimen. Es así que fue anunciando propuestas “contra” la banca y algunas de las “propuestas de mínimos” del 15M (transparencia, anti-corrupción, reforma de la ley electoral...). Pero este “encanto” se rompió en estos días, y la careta se vuelve a caer una vez más en sus declaraciones defendiendo la actuación policial con el argumento de: “200 personas no pueden poner patas arriba una ciudad”. También el PP, a través de su vicesecretario general, Esteban González Pons, ha respaldado a la policía y ha acusado al Ministerio del Interior de “obligarla a actuar cuando no debe y a no hacerlo cuando debe”. Es decir, PSOE y PP a penas se diferencian sobre qué ritmos reprimir a los indignados.

Este movimiento no se ha tomado vacaciones en verano y ha seguido activo contra los recortes, apoyando a las y los trabajadores de Sanidad en Catalunya a pesar de la dura represión de Artur Mas, apoyando a las familias desahuciadas desde los barrios en todo el Estado, manifestaciones de solidaridad entre ciudades, la Marcha Popular Indignada del 23-24 en Madrid, las del 20-21 en Catalunya contra los presupuestos del Parlament, las acciones de jóvenes apoyando los piquetes de trabajadores en huelga como en Barcelona Tour City, e incontables acciones más. El gobierno tampoco se ha tomado vacaciones en pasar los recortes, y lo seguirá haciendo como ya ha anunciado Zapatero

Mientras se desata aceleradamente la crisis económica, lejos quedaron los planes de Zapatero tras el adelanto electoral que según él podría “dar estabilidad con la certidumbre del calendario político”. Así salió del consejo de ministros el viernes 29 de julio con el futuro resuelto y los últimos deberes supuestamente encarrilados con las últimas reformas para reducir el déficit en los Consejos de Ministros del 19 y el 26 de agosto.
Pero esta semana negra en la economía mundial que afecta gravemente a la española, junto a los problemas de las comunidades autónomas -Artur Mas salió a anunciar nuevos recortes- llevarán al Gobierno a hacer nuevos ajustes si quiere alcanzar el objetivo de déficit (6% del PIB) comprometido ante Bruselas y los mercados. En este contexto, no ha sido en vano la represión a los indignados de Madrid: el régimen debe prepararse para un curso caliente donde los mayores y nuevos ajustes no se harán en un contexto de pasividad.

Es por esto que, el triunfo de los indignados de Madrid al recuperar la Puerta del Sol, es una muestra de fuerzas ganada en las primeras batallas, pequeñas aún, que tendremos que dar los jóvenes, los trabajadores y el pueblo para los próximos ataques. Y una muestra también, de la experiencia de todo un sector del movimiento en las calles con un régimen político que lejos está de dar concesiones o incluso alguna reforma como las prometidas por el Rubalcaba. Siendo su respuesta los palos, la represión y blindando las ciudades.

Domingo 7 de agosto de 2011