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X CONGRESO NACIONAL DEL PTS

Una nueva práctica militante para un gran proyecto político

La sesión del X Congreso dedicada a la orientación de la actividad del PTS fue una de las más debatidas.

PTS

12 de julio 2007

La sesión del X Congreso dedicada a la orientación de la actividad del PTS fue una de las más debatidas.

Partimos de un balance de lo realizado desde el IX Congreso (abril del 2006), en el cual habíamos definido como desafío central transformar la influencia sindical que estábamos conquistando en la clase trabajadora (a la vez que multiplicábamos nuestra inserción) en creciente influencia política, para lo cual adoptamos una serie de medidas tendientes a promover el desarrollo de los dirigentes y militantes obreros (y estudiantiles) no sólo como referentes sindicales sino también políticos de los sectores más combativos de la clase trabajadora y de la juventud. El instrumento central para esto fue la transformación de La Verdad Obrera en un semanario a partir de mayo del 2006, multiplicando su tirada y sosteniéndolo financieramente con la suscripción de trabajadores y estudiantes.

En este X Congreso pudimos constatar que estas resoluciones se llevaron adelante permitiendo importantes avances, tanto en la experiencia de intervención de la lucha de clases (asumiendo un rol dirigente en conflictos industriales, de sectores de servicios y estudiantiles), en la calidad de los instrumentos de acción política y lucha ideológica (La Verdad Obrera semanal, programas de radio de 2 horas semanales y con prestigio creciente, página web actualizada diariamente con notas, audios y videos – única en la izquierda de estas características, los cursos, seminarios, publicaciones de libros y folletos del Instituto del Pensamiento Socialista y del CEIP León Trotsky), como en la extensión de nuestra red de simpatizantes y en el crecimiento de nuestras fuerzas militantes: cerca de un 20% de nuevos compañeros y compañeras se incorporaron a nuestras filas en el último año (y participaron en la elección de los delegados plenos), y otra nueva camada, equivalente al 30% de nuestra actual fuerza militante, está organizada en círculos marxistas en fábricas, empresas, facultades y colegios (los cuales eligieron delegados observadores). Esta fuerza militante está organizada en las 30 Casas Socialistas del PTS, en 9 provincias que concentran cerca del 80% de la población del país.
Lo más notorio que se pudo observar en el Congreso fue la integración y desarrollo como dirigentes partidarios de compañeros y compañeras provenientes de otras tradiciones políticas, así como dirigentes sindicales de importante peso en sus lugares de trabajo, sin experiencia política previa, que ingresan a nuestra organización a partir de una experiencia política común.

Sin embargo, nos planteamos con toda crudeza que estos avances eran absolutamente insuficientes en relación a las tareas que afrontamos los revolucionarios en esta situación política, donde si bien no hay grandes sectores de las masas que giren hacia la izquierda (como expresan distorsionadamente las elecciones), si hay franjas de miles de trabajadores y jóvenes que avanzan en su experiencia con el doble discurso kirchnerista y del resto de la centroizquierda, y se abren al diálogo con la izquierda. Mientras el MST se aleja cada vez más de la clase trabajadora (política y organizativamente), el PCR busca insertarse en el movimiento obrero pero su política conciliadora y burocrática lo alejan del activismo. Si bien nuestra apuesta estratégica a concentrar esfuerzos en aportar al resurgir de los batallones centrales de la clase obrera ocupada (desde el comienzo del fin de la convertibilidad) nos han permitido lograr una mejor inserción relativa que las demás corrientes de izquierda en las provincias donde actuamos, a diferencia de aquellos que, como el Partido Obrero, dedicaron todos sus esfuerzos a construir colaterales piqueteras basadas en la administración de los planes sociales del Estado, en este X Congreso nos propusimos revolucionar nuestros métodos de acción política.

Agitación propagandística y organización de miles

El cambio central que discutimos y votamos es lanzar una fuerte agitación propagandística1 de la necesidad de construir un gran partido de la clase trabajadora, a la vez que luchamos por echar a la burocracia sindical de las comisiones internas, cuerpos de delegados y sindicatos, haciendo todos los esfuerzos para impulsar este proyecto en común con otras organizaciones políticas y sindicales, y organizando en forma amplia, de diferentes maneras, a miles de trabajadores y jóvenes que quieran impulsarlo junto al PTS. La necesidad de un partido que permita que la clase trabajadora pese en la vida política nacional, relacionándola con las respuestas programáticas obreras y socialistas a los grandes problemas (la crisis energética, de los transportes, de la educación, el trabajo en negro, los bajos salarios, las condiciones de trabajo, etc.), puede ser fácilmente comprendida por miles de trabajadores y estudiantes (que son sólo una minoría con respecto a los millones que aún confían en el gobierno o, peor aún, se inclinan por la derecha). A ellos les propondremos impulsar pronunciamientos con cientos de firmas, organizar actividades políticas y sociales, construir agrupaciones, mientras seguimos interviniendo en las luchas con la seriedad y la energía que caracterizan al PTS, y organizando la recuperación de las internas y cuerpos de delegados, en la perspectiva de echar a la burocracia de los sindicatos. A las organizaciones y dirigentes políticos y sindicales que acuerden con este proyecto, les propondremos hacer juntos este tipo de actividades, o las que ellos consideren adecuadas, para ayudar a que miles y miles de trabajadores y jóvenes asuman esta batalla por poner en pie nuestra propia herramienta política, y la vanguardia de la clase obrera llegue así mucho mejor preparada para las futuras e inevitables crisis.

Los programas de radio, volantes masivos y la campaña del PTS para las elecciones presidenciales de octubre estarán inscriptos en esta perspectiva.

Sólo como subproducto de esta actividad política amplia, subordinada por supuesto a la intervención en la lucha de clases, podremos multiplicar la extensión de nuestra red de simpatizantes, la inserción en nuevas fábricas, empresas y gremios (además de colegios y facultades), la organización de nuevas camadas de militantes.

Sin proponernos esta batalla política, afrontamos el peligro de no combatir las presiones conservadoras y sindicalistas de la actual situación. Como alertó un joven delegado de una importante fábrica del Gran Buenos Aires, podemos terminar siendo una “secta trotskista con influencia sindical”. Cada vez más compañeros y compañeras logran que muchos trabajadores los apoyen como delegados honestos y combativos, pero no hemos podido establecer un puente adecuado para que un sector amplio comience a comprender nuestro programa político. El trabajo con La Verdad Obrera, persona a persona, ha sido importante pero muy limitado a los individuos más cercanos. Esto nos ha permitido formar círculos y ganar nuevos compañeros militantes, pero en una escala limitada comparada con el peso sindical. Buscamos así achicar la brecha entre la influencia sindical que conquistamos (expresada en la presencia en el Congreso, como delegados o invitados, de referentes de las últimas luchas) y la influencia política, que es expresión de una realidad donde los trabajadores han avanzado mucho más en sus luchas y organización sindicales que en su conciencia política. Esta contradicción fue graficada en el Congreso por numerosas intervenciones de delegados obreros, que mostraron un importante nivel de maduración de este sector clave del partido.

Este cambio en la práctica requerirá un giro más pronunciado sobre todo en los dirigentes y cuadros de más años en nuestra organización, acostumbrados a una actividad que combinaba la intervención en las luchas y la propaganda prácticamente individual, y está planteado fundamentalmente en las regionales del PTS que tienen mayor acumulación militante, más particularmente en los lugares donde hemos logrado una importante acumulación de dirigentes, cuadros y militantes, ya que en las zonas de apertura seguirá siendo central la actividad de propaganda persona a persona.

Definimos que el “retorno” de la agitación política se medirá fundamentalmente en la organización amplia, flexible, de centenares de trabajadores no en forma dispersa sino tendiente a organizar corrientes al interior de las fábricas, empresas y gremios para recuperar (y organizar allí donde no existan) las internas y cuerpos de delegados, y en perspectiva, barrer a la burocracia de los sindicatos, y construir desde las organizaciones obreras un gran partido de la clase trabajadora.

Las agrupaciones sindicales (así como las juveniles y estudiantiles) impulsarán actividades sociales y políticas (firmas, pronunciamientos, charlas, etc.) adecuadas a la actual situación, contemplando la disposición de los compañeros y compañeras. Además de las agrupaciones sindicales que ya existen, resolvimos impulsar una forma especial de organización de los jóvenes precarizados, a partir de sus iniciativas culturales, que será impulsada por dirigentes y militantes de la juventud trabajadora del No Pasarán con el apoyo de compañeros obreros de más experiencia y tradición. También las compañeras que impulsan la agrupación Pan y Rosas, señalaron su intención de abrir el debate en dicha agrupación sobre este proyecto político y la necesidad de impulsar más audazmente su organización entre las mujeres trabajadoras, además de las estudiantes. Las agrupaciones estudiantiles como En Clave Roja, no sólo discutirán este proyecto político sino también cómo establecer un amplio trabajo con las y los jóvenes trabajadores precarizados, en especial de los call centers de Buenos Aires, Córdoba y Rosario, donde muchos de ellos estudian en las universidades.

Las compañeras y compañeros dirigentes estudiantiles secundarios que participaron del Congreso (muchos de ellos/as por primera vez), integrantes del movimiento juvenil revolucionario No Pasarán, plantearon que sus experiencias de lucha en común con los docentes y por la unidad obrera-estudiantil, así como el programa general de lucha por la revolución obrera y socialista que votaron el año pasado, facilitan que las decenas de estudiantes secundarios independientes organizados en el NP comprendan la importancia de difundir ampliamente la necesidad de un partido de la clase trabajadora.
Por su parte, compañeras que integran el CeProDH destacaron la importancia de este organismo que ya no sólo ha “hecho historia” en la defensa legal de las luchas obreras y su organización (Zanon, Pepsico, ferroviarios, etc.) sino que ahora está jugando un rol destacado como parte de las querellas a Etchecolatz y Von Wernich, planteando la condena por genocidio, junto con los demás organismos que integran Justicia Ya de La Plata.

Marxismo revolucionario y construcción del PTS

El Congreso discutió que el cambio propuesto debe ir acompañado de dos niveles de actividad estrictamente partidarios.

En primer lugar, discutimos profundizar el trabajo con La Verdad Obrera semanal, que actuará de nexo entre lo planteado en el punto anterior y el programa de conjunto del PTS. Por un lado, resolvimos, a propuesta de un dirigente obrero, editar hojas masivas de La Verdad Obrera difundiendo la idea de un partido de la clase trabajadora. Por otro lado, el semanario seguirá reflejando la intervención del PTS y nuestras posiciones políticas y teóricas explicadas en términos sencillos. Se resolvió extender y jerarquizar la red de corresponsales (en especial obreros) para nuestro sistema de publicaciones (radio, periódico, página web con notas, audios y videos) votando un responsable por regional, que a su vez recoja las opiniones.

A su vez, resolvimos establecer una base mínima de suscripciones que deben garantizar todo equipo.

En segundo lugar, ampliaremos la lucha ideológica tendiente a que nuevas camadas de dirigentes y militantes profundicen su formación en el marxismo revolucionario, y elaborar respuestas creativas frente a los nuevos problemas de la realidad internacional y nacional, apostando al desarrollo de nuevas camadas de intelectuales marxistas como los que hoy elaboran la revista Lucha de Clases. En particular, resolvimos impulsar la campaña junto a la FT-CI, en el 90 aniversario de la Revolución Rusa (ver aparte), las charlas debate sobre el libro “Insurgencia obrera en la Argentina 1969-1976. Clasismo, Coordinadoras interfabriles y estrategias de la izquierda” de Ruth Werner y Facundo Aguirre, los cursos del IPS y el nuevo número de la revista Lucha de Clases.

Nuevo método interno para potenciar el desarrollo de cuadros y dirigentes

A lo largo del Congreso, por las intervenciones, pudo observarse una mayor fusión entre dirigentes y cuadros discutiendo categorías teórico-políticas y dirigentes obreros y estudiantiles con alto grado de madurez y creciente nivel de politización. Para potenciar este proceso y ayudar a que se amplíe el equipo de dirigentes nacionales del PTS, votamos que las circulares internas que actualmente editamos, donde pueden expresarse los dirigentes, cuadros y militantes, se transformen (una vez al mes) en un periódico interno donde debatamos las conclusiones que vayan sacando los militantes y los equipos sobre este cambio en la práctica política del PTS, además de las que se publiquen en La Verdad Obrera, así como las opiniones y posiciones sobre todos los aspectos de las actividad partidaria. Con esto queremos apuntar a funcionar como "intelectual colectivo" que permita aprovechar al máximo todas nuestras capacidades revolucionarias, promoviendo la indispensable crítica fraternal entre los que luchamos por el triunfo de la causa de los explotados.

Prensa

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