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Una nueva oportunidad

4 de octubre 2007

Las elecciones de CTERA marcaron en general, a pesar de la escasa concurrencia a votar, un crecimiento de los votos a las listas de la oposición. Según los datos truchos de la propia burocracia, la oposición de conjunto rondaría el 30%. Esto indica que seguramente el porcentaje de votos contra la Celeste fue mayor, expresando el creciente descontento con el cada vez más evidente alineamiento de la burocracia, ayer de Yasky y hoy de Stella Maldonado, con el gobierno de Kirchner.

Es que nadie puede negar que los trabajadores de la educación en todo el país lucharon todo el año contra los acuerdos salariales miserables que acordaron Yasky, Filmus y Kirchner, aunque la CTERA insista en esconder las luchas y la represión que sufren.

Pero lo lamentable es que este crecimiento de la oposición podía haberse transformado en una derrota contundente de la burocracia. Desde la Corriente Nacional 9 de abril tuvimos una propuesta simple: Asambleas de base de los sindicatos que se reclaman opositores a la burocracia y al gobierno, que discutan el programa y los mejores candidatos para derrotar a la Celeste, y poner en pie una CTERA democrática y para la lucha. Creemos que de haberse concretado le hubiéramos mostrado a los docentes de todo el país que hay una verdadera alternativa democrática a la burocracia, con un método distinto, que empezaba a reflejar lo que los trabajadores de la educación venían reclamando, unidad en las calles y organización democrática para la lucha. Los sectores nucleados en la Lila prefirieron una negociación con la Azul y Blanca, aliados de la Celeste en la Provincia de Buenos Aires, conformando así una lista sólo semi-opositora. Mientras, la Rosa-Gris-Roja tuvo un perfil claramente opositor (por lo que llamamos a votarlos) pero sin impulsar un método democrático.

Hoy estamos ante una nueva responsabilidad. La CTERA intenta mostrar a su “nueva dirigencia” con un paro que no habla de los motivos por los que mataron a Carlos Fuentealba: la lucha por un salario igual a la canasta familiar, la defensa de la escuela pública, entre otros reclamos, ni de la responsabilidad del gobierno nacional.

Ante esto, las seccionales opositoras de todo el país deben poner en pie una alternativa unitaria y democrática para el conjunto de los docentes que quieren pelear. Es posible llamar a un encuentro o plenario de delegados que muestre una alternativa real a la burocracia, y que pueda discutir cómo imponerle un plan de lucha nacional.

César Gómez, delegado docente de Lomas de Zamora, Corriente Nacional 9 de abril.

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