El debate en torno al proyecto de Manifiesto atravesó la Conferencia. Tanto en las comisiones como en el plenario de cierre un gran porcentaje de las intervenciones se pronunció sobre el contenido del proyecto de manifiesto presentado. Así, la Conferencia recogió las posiciones que ya se venían expresando previamente en los plenarios regionales, en las discusiones entre los compañeros y en un blog de debate abierto especialmente para esta discusión. Lejos de la rutina y la formalidad en la discusión, la Conferencia confirmó que la Juventud del PTS no sólo tiene un proyecto político ofensivo por delante, sino que todo el intercambio mostró la dinámica de una organización muy politizada, que discute, enmienda, argumenta y escribe sus ideas.

La importancia de un Manifiesto de la Juventud radica en que allí están expresadas las posiciones programáticas de la organización que estamos construyendo. Como planteó Leo Améndola en el informe de apertura: “El proyecto de Manifiesto y la versión final que tiene que salir como resultado de la discusión que vamos a hacer, tiene la importancia de ubicar los objetivos que tenemos por delante... Por eso nos parece importante definir el proyecto que estamos discutiendo como un Manifiesto Programático. Programático en el sentido que, en las definiciones que aborda, estamos planteando cuál es el objetivo, los fines dentro de los cuales se va a desarrollar nuestra intervención, nuestra práctica. No estamos discutiendo ahí minuciosamente de qué forma queremos conseguir lo que nos proponemos, si vamos a hacerlo con un periódico, con charlas, con acciones callejeras, sino más bien lo que nos proponemos.

Sin un programa que condense la experiencia histórica, que presente en términos generales la ubicación desde la cual pelea toda corriente que se reivindica revolucionaria, no puede haber práctica revolucionaria. Pero a su vez esto se tiene que expresar en un tipo de práctica […] Sin esa práctica, sin una tradición, sin la calidad revolucionaria de los militantes que componen una organización el programa no es nada. Puede quedar como un conjunto de recetas que no resuelve nada. Trotsky, que en su vida escribió y desarrolló páginas y páginas de programas, le escribe a un abogado francés en una carta que se titula “Cómo se forman los revolucionarios” y le dice: “¡Olvídese del programa, por favor! No se trata del programa. Se trata de la actividad revolucionaria en general.”

Luego del debate en las comisiones, a los puntos centrales que abordaba el proyecto de Manifiesto presentado, se le agregaron algunas importantes definiciones. Por un lado, el manifiesto contemplará un desarrollo de los objetivos estratégicos del proyecto de la Juventud del PTS, como está planteado más arriba en este suplemento. A su vez, en varias comisiones, así como en el debate previo, se discutió que el desarrollo del aspecto antiimperialista del programa debía tener mayor jerarquía, lo cual, desde ya, cobra una mayor importancia a la luz de la intervención imperialista directa en Libia.

En el plenario de cierre del día sábado los delegados votaron en primer lugar el contenido programático general del proyecto de manifiesto, mientras que las enmiendas puntuales sobre aspectos parciales se votaron una a una. Asimismo se puso a votación si las enmiendas podían ser contempladas sobre la base del proyecto presentado o si, en su defecto, había que reescribir el manifiesto de conjunto, ya que un grupo de compañeros acordaba con el contenido programático del proyecto pero difería en la forma en que el proyecto de Manifiesto estaba abordado. A excepción de uno de los compañeros delegados, el resto de los compañeros resolvió trabajar sobre el proyecto de Manifiesto presentado e incorporar las enmiendas que habían sido discutidas en las comisiones y votadas en el plenario de cierre.

Como quedó expresado, el Manifiesto de la Juventud del PTS no reemplaza las distintas iniciativas y campañas políticas mediante las cuales nos proponemos intervenir ofensivamente en los distintos escenarios políticos planteados, en la lucha contra los K, contra las patronales y la burocracia, sino que debe explicar profundamente los objetivos por los cuales pelea nuestra organización: la pelea por un gobierno de los trabajadores y el pueblo que resuelva los grandes problemas que afectan a millones como la desocupación; la lucha contra la opresión a las mujeres y a las minorías sexuales; la defensa de las libertades democráticas y en contra del gatillo fácil; la lucha contra el imperialismo; la construcción de un partido revolucionario para enfrentar al Estado capitalista y la construcción de una sociedad socialista, sin explotados ni explotadores.