Los trabajadores encuentran nuevamente a sus organizaciones sindicales de espaldas a la necesidad de presentar una alternativa independiente frente a los ataques del gobierno y los empresarios. Lamentablemente, si las conducciones sindicales “combativas” (Ate, Judiciales y Fadiunc) no intervienen directamente en estas elecciones a favor de alguno de los partidos patronales (como vergonzosamente lo hace el maurismo al frente del Sute y la Cta, favoreciendo al gobierno de Jaque) es porque preparan desde abajo del escenario nuevos proyectos centroizquierdistas como Proyecto Sur y la Constituyente Social que no llegaron a obtener su personería electoral para presentarse. De esta forma, la izquierda enfrenta un escenario muy adverso en estas elecciones, donde diversas variantes de la centroizquierda intentan capitalizar el espacio perdido por el kirchnerismo, que hasta hace poco concentraba las expectativas de los trabajadores.

En los últimos años, partidos de la izquierda como el MST han sufrido un profundo descalabro como consecuencia de su seguidismo político de la centroizquierda y los esclavistas del campo como las patronales sojeras.
Habiendo perdido gran parte de su militancia y presencia a nivel nacional, intenta dar un viraje en su ubicación volviendo a tomar algunas consignas de izquierda como el “no pago de la deuda” para ver si puede recuperar algo de su viejo ropaje y frenar su caída. El PO ha guardado para otro momento lo que hasta las elecciones pasadas consideraban su mejor idea política para las elecciones: la reforma policial para terminar con la inseguridad; y levanta un programa municipal para que los trabajadores lleguen al Concejo. Aunque esto pareciera acercar posiciones hacia una política independiente de los trabajadores, no logra unirlas. Su programa se transforma en una impotente plataforma parlamentaria, al reemplazar la idea de la organización política independiente y la lucha de calles para defenderse de los ataques de los empresarios y el gobierno, por la apelación impotente de “pongan a prueba al PO”. ¿Cómo? Con su voto. El estancamiento de esta organización que en los últimos años no ha crecido en militancia, ni participado de las más importantes luchas obreras del país, se condice con esta política conservadora e impotente.

El PTS se ha desarrollado en los últimos cinco años al calor de las luchas más emblemáticas de los trabajadores en el país y la región, donde colaboramos con la lucha y la organización independiente de los trabajadores del campo (Ajeros), la industria (Tersuave) y los estatales.

Nuestras pequeñas fuerzas se han potenciado ligándonos en la práctica a las experiencias más importantes del movimiento obrero y estudiantil; impulsando audaces acciones y campañas como el escrache a la embajadora yanqui que pidió la represión de los obreros de Terrabusi.
Nuestro partido lleva adelante una audaz campaña contra los partidos del régimen, denunciando su política de esclavitud laboral y mano dura. Los medios provinciales han dado cuenta de ésta, publicando nuestras denuncias a los candidatos patronales y la política represiva de Fayad y el gobierno provincial. Los Andes, destacó que en el primer debate de candidatos “El caso más llamativo fue el de Del Caño, quien propuso expulsar de la ciudad a los efectivos de Gendarmería y la policía, porque sólo están para reprimir la pobreza y ‘asesinar trabajadores, como Teresa Rodríguez y Aníbal Verón´” (Los Andes, 3 de marzo de 2010). En las próximas semanas pegaremos miles de afiches y stickers llamando a los trabajadores y la juventud a desafiar a los capitalistas y sus partidos siguiendo el ejemplo de Kraft, para terminar con la ciudad de los Vila y los Terranova, sus contratos basura, el trabajo en negro y la persecución policial.