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Un presupuesto al servicio de los empresarios y el pago de la deuda

El gobierno envió el Presupuesto Nacional del año 2008 al Congreso para su aprobación. Lo primero que hay que decir es que el mismo es una fantochada, ya que puede ser modificado “a piacere” del ejecutivo gracias a los superpoderes, que este mismo Congreso le concedió.

Armando Mouzo

27 de septiembre 2007

El gobierno envió el Presupuesto Nacional del año 2008 al Congreso para su aprobación. Lo primero que hay que decir es que el mismo es una fantochada, ya que puede ser modificado “a piacere” del ejecutivo gracias a los superpoderes, que este mismo Congreso le concedió. Por lo tanto este va a ser un trámite formal donde el kirchnerismo, merced a su mayoría, votará el mismo sin mayores consecuencias. Esto revelará el carácter formal de esta institución de la democracia burguesa, que algunos medios definen como una escribanía del gobierno.

También es un circo la presentación del Presupuesto porque si bien en el mismo afirma que los “funcionarios del PODER EJECUTIVO NACIONAL se encuentran a disposición de los señores legisladores para responder las consultas y para debatir los temas que se planteen en relación al Proyecto que se propone”, la realidad es que el ministro de Economía realizó su presentación y el gobierno impidió las preguntas de los diputados. Todo esto sin ponerse colorado.

La tramoya no termina con esto, el presupuesto subestima el crecimiento, dice que la economía va a crecer un 4% anual, cuando lo más probable es que lo haga en el orden del 8%, una fórmula inaugurada por Lavagna, que permite administrar arbitrariamente el excedente de los ingresos. También subestima la inflación, dice que la misma será del orden del 7,7%, se debe referir al índice K, ya que la actual oscila en el 20% anual, según diversas previsiones. En este sentido hay que tomar nota del escándalo por la denuncia de los funcionarios de Estadísticas e Investigaciones Económicas y del Ministerio de Economía de Mendoza, que denunciaron que les “retokaron” el índice reduciéndolo del 3,1% al 1,5%. Como si fuera poco para relevar la mentira de los índices oficiales, hay que destacar que el presupuesto afirma que “Para el año 2008 se prevé desarrollar acciones orientadas a producir, difundir y promover la utilización de información estadística veraz, pertinente y oportuna”. No define que es ésto, pero lo que si se desprende es que los índices actuales no son “veraces”.

Una ayudita para los amigos

En el presupuesto también se nota el doble discurso, mientras que se afirma que se incrementaron los gastos en jubilación, salud y educación, otro informe del Ministerio de Economía afirma que el gasto público total es inferior al del 2001, tomando en consideración la relación entre gasto y PBI. Tomando en cuenta esta relación, se desprende que desciende el gasto público total en un 1,4%. Pero por otra parte sube el rubro “Servicios económicos”, que comprende los subsidios a los empresarios, que según el presupuesto estaría en el orden de $ 8.720 millones, un 17% más que en el 2007, que suben mucho más si se tiene en cuenta los beneficios impositivos. La contrapartida es que el presupuesto no contempla incremento en las jubilaciones y los sueldos estatales.

Lejos del supuesto “desendeudamiento”, la deuda sigue teniendo un gran peso, la amortización (vencimiento) de la misma es de $ 66.839,5 millones, según el presupuesto, de los cuales se prevé pagar los intereses, que son $ 19.069,3 millones.

Los ingresos presupuestarios

Por su parte hay que afirmar que la mayor parte de los recursos provienen del IVA, que recae sobre los sectores medios y bajos de la sociedad, y los correspondientes a la previsión social, los aportes y contribuciones jubilatorias.

Hay que destacar que éste último recurso es dinero de los actuales y futuros jubilados y que excede los pagos por jubilaciones y pensiones. El gobierno, al incluir los aportes y contribuciones previsionales en el presupuesto como un recurso, demuestra que se apropia del mismo para los gastos nacionales, entre ellos el pago de la deuda y los subsidios a los empresarios.

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