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Cultura

Un pogrom en Buenos Aires

En enero de 1919, durante el gobierno radical de Hipólito Yrigoyen, estalla en Buenos Aires la gran gesta insurreccional de la clase trabajadora conocida como La Semana Trágica. La misma despierta el miedo de las clases dominantes y es aplastada en forma sangrienta por la policía, el ejército y el accionar de los grupos parapoliciales integrados por los “niños bien”, como fue la Liga Patriótica. En este marco de criminal represión que deja cientos de muertos y miles de heridos y detenidos, las fuerzas represivas dirigen particularmente su furia contra los judíos, en especial contra los judíos obreros y militantes.

7 de febrero 2008

En enero de 1919, durante el gobierno radical de Hipólito Yrigoyen, estalla en Buenos Aires la gran gesta insurreccional de la clase trabajadora conocida como La Semana Trágica. La misma despierta el miedo de las clases dominantes y es aplastada en forma sangrienta por la policía, el ejército y el accionar de los grupos parapoliciales integrados por los “niños bien”, como fue la Liga Patriótica. En este marco de criminal represión que deja cientos de muertos y miles de heridos y detenidos, las fuerzas represivas dirigen particularmente su furia contra los judíos, en especial contra los judíos obreros y militantes. A 89 años de aquellos acontecimientos, dialogamos con Herman Szwarcbart, director de la película-documental “Un pogrom en Buenos Aires” que fuera presentada en abril de 2007 en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires.

¿Qué fue lo que te llevo a tomar este tema en particular?

Yo había empezado a trabajar un guión de ficción sobre algunas historias que me había contado mi abuelo que llegó a Buenos Aires en los años 20. Cada tanto me iba contando historias, anécdotas sobre su llegada al país. Y gran parte de las anécdotas que me contó, cómo se fue encontrando con gente de su pueblo, me resultaron muy interesantes. Entonces, a partir de eso, empecé a escribir un guión de ficción. Me empezaron a interesar otras historias de inmigrantes y ahí fui buscando otros relatos y encontré el de Pinie Wald quien llegó a Buenos Aires bastante antes. Le pregunto a mi abuelo si conoce lo que había pasado y me dice que no. Lo cual me llamó más la atención, porque un tipo que siempre estuvo ligado a la comunidad judía desconocía los hechos. Poco a poco me fui dando cuenta de que en general era un tema muy poco conocido, muy poco contado por la historiografía general u oficial, pero además, por gran parte de la historiografía judía. Me pareció entonces que esta historia tenía bastante mas fuerza que aquella. Y a partir de allí, empecé a investigar, a buscar personas que hayan estudiado el tema. Y a todos lados fui sólo con la cámara, de lo cual deriva parte de la estructura narrativa de la película como una especie de película de investigación.

¿Quien era Pinie Wald?

Era un militante del Bund, que era como el órgano socialdemócrata judío. En Europa ya militaba. Había nacido en Polonia y había sido detenido en algún momento. Cuando llega acá sigue militando en el Bund, que tenía una relación muy directa con el Partido Socialista Argentino. Había trabajado en una época en alguna fábrica y después se dedicó a ser periodista. Era redactor del diario Di Presse, que era un diario en idisch que se escribía acá en Argentina con cierto rasgo ideológico más de izquierda. El en ese momento, en el ‘19, sale a la calle porque se entera que incendian la sede de Der Avangard, la sede del partido donde él militaba. Y cuando se dirige hacia allá lo detiene la policía. Ven el carnet de Di Presse y el de Der Avangar y se lo llevan. Necesitaban como una especie de figura para mostrar que aquí habían intenciones de tomar el poder y lo sindican como futuro dictador. Aparece en el diario La Nación su foto y ponen que se detuvo al futuro dictador de la República de Soviets Argentinos. Después se demostró que era todo totalmente falso. Pero bueno… él era militante, pero era un militante más, digamos. No era ni siquiera dirigente, era un redactor, un periodista, no mucho más. En el libro que él escribe, ‘Koschmar’ en idisch, que en castellano significa ‘Pesadilla’, cuenta todos los pormenores que sufrió durante esa semana.

¿En que momento ocurre el pogrom?

Eso es lo curioso. La Semana Trágica arranca el 7 de enero con unos disparos en la puerta de la metalúrgica de Pedro Vassena e hijos, en el barrio de Pompeya. Cuando los obreros toman la fábrica, hay unos rompehuelgas que intentan entrar, se produce un tiroteo de parte de la policía y mueren cinco obreros. Se hace un cortejo fúnebre para enterrar a los muertos, entonces nuevamente hay un tiroteo con la policía hasta que el 12 de enero llegan a un acuerdo con el gobierno. La Semana Trágica dura del 7 al 12 de enero. Pero la persecución a los judíos arranca el día 10, cuando los acuerdos con el gobierno de Yrigoyen están empezando a tomar curso y la Semana Trágica como tal, y la represión como tal, está terminando. La represión a los judíos se da especialmente en el barrio de Once, donde ellos vivían, que era bastante lejos de Pompeya. El escritor de derecha Federico Rivanera Carlés escribió un libro a partir del acceso que tuvo a los archivos de la policía durante la época de la dictadura. Ahí sacó a luz los reportes de cada una de las comisarías de la ciudad de Buenos Aires, donde constan los nombres de cada uno de los judíos detenidos en la Semana Trágica. En ese libro también figuran gran parte de los deportados por la aplicación de la Ley de Residencia, entre los cuales hay numerosos judíos anarquistas que fueron obligados a volver a los lugares de los que se habían escapado.

¿Por qué crees que hay una saña particular contra los judíos?

Una de las explicaciones tiene que ver con que gran parte de la inmigración judía urbana que llega a partir del Siglo XX era esencialmente de trabajadores manuales urbanos. Había muchos sastres, cuentapropistas, carpinteros, albañiles. Muchos de ellos eran de Rusia. Entonces había, ya desde esa época, una asociación entre judío y ruso. Entonces es como una primera cuestión. A Buenos Aires habían llegado muchas noticias acerca de la Revolución Rusa. Estamos hablando del año 1919. También habían llegado muchas noticias de los movimientos espartaquistas y de gran parte de los movimientos obreros europeos. Y la población conservadora de Buenos Aires tenia mucho temor de que acá pueda pasar lo que había pasado con la Revolución Rusa. Entonces esa asociación entre judío y ruso hacía vincular a que si la Revolución Rusa se iba a dar era por los judíos. Judío y ruso son una sola cosa. También es cierto que los judíos que habían llegado en esa época eran proletarios y militantes en el anarquismo, en el socialismo, en el incipiente comunismo, que en esa época se lo conocía como maximalismo. Y los perseguidos son esencialmente militantes de izquierda, la mayor parte de los judíos perseguidos eran los que vivían en el Once proletario. Y también como explicación secundaria, se puede decir que se buscaba un chivo expiatorio para salir a reprimir. También algunos dicen que todavía estaba en la memoria de las clases conservadoras la acción de Simón Radowitsky. Este joven anarquista es el que en el año 1909 atenta contra la vida de Ramón Falcón que era el jefe de policía. Y Radowitsky era anarquista pero también era judío. Y entre otras de las reivindicaciones que pedían los anarquistas en 1919, además de las reivindicaciones obreras, eran la liberación de Radowitsky que todavía estaba preso en Ushuaia.

¿Cuáles fueron las olas inmigratorias de judíos más importantes?

Los primeros judíos que llegan a Argentina son del año 1880 que vienen de Rusia escapando de las persecuciones zaristas, pero se instalan esencialmente en la zona de Entre Ríos y de Santa Fe y forman las famosas colonias agrícolas judías que eran como cooperativas que también tuvieron sus conflictos por las tierras. Y luego una muy pequeña inmigración, que se instala a finales del Siglo XIX en la zona de Callao hacia el centro y funda la Congregación Israelita y el Templo de la calle Libertad. Pero luego a partir de 1904-1905 los inmigrantes que llegan son esencialmente militantes obreros urbanos, ya no agrícolas. Y se instalan en Buenos Aires para trabajar en los oficios que ya traen desde Rusia, desde Polonia, desde Lituania, desde Europa Oriental. Y ellos ya vienen con una formación ideológica y militante que no tenían los judíos agrícolas que habían llegado a partir de 1880. Y luego está la tercer inmigración sobreviviente, los que logran escapar de la persecución nazi.

¿Cuáles crees que son las cuestiones más reveladoras de tu investigación que se muestran en la película?

Un historiador escribió que las persecuciones judías se vieron inmersas en una lucha de clases que fue la represión en la Semana Trágica. Pero justamente las distintas reacciones que hubo hacia el interior de la comunidad judía denotan claramente una diferencia de clase. La comunidad judía en esa época estaba completamente dividida, atomizada. Pero tampoco hoy podemos decir que toda la comunidad judía piensa igual. En la represión de la dictadura se notó una división muy importante. Pero en esa época las diferencias eran más fuertes. Cada agrupación estaba en su vida y Pinie Wald que militaba en ‘Der Avangard’ era completamente laico. En la cárcel le preguntan cuál es su religión y contesta: ‘Socialismo’. Esa era su ‘religión’. El hablaba idisch y creía en una identidad judía a través de la lengua y de ciertas tradiciones, pero no a través de la cuestión religiosa. Entonces él no quería ir a hablar con Yrigoyen, cuando sí fue el rabino del Templo de la calle Libertad que tenía ideas más conservadoras, con lo cual las reacciones fueron distintas. Y cuando Wald sale de la cárcel emite un comunicado, después de haber sido torturado, de haber sido perseguido, después de haber sido el local de su partido incendiado. Aún así, los tipos emiten un comunicado que dice que la persecución dirigida por el gobierno radical es peor que la política pogromista zarista y que ellos van a seguir en la lucha socialista. Que es completamente distinta a las reacciones de otra parte de la comunidad. Es un reflejo de cómo en la comunidad judía en la Argentina se daban distintos pensamientos ideológicos. Entonces a mi me interesaba contar, además de la persecución que habían sufrido los judíos en general, también la persecución hacia las instituciones judías obreras como tales. Me interesaba mostrar esa diferencia. Porque los grupos que reprimieron a los judíos tenían claro a quién tenían que perseguir. Por eso no fue incendiada la sinagoga del Templo de la calle Libertad. Los judíos de buena posición vinculados a esa sinagoga tuvieron la posibilidad de hablar con Yrigoyen porque querían despegarse de los judíos que tenían ideas de izquierda que ellos no compartían. Pero encima Yrigoyen les dice: “¿Por qué me vienen a hablar como comunidad judía y no como argentinos?”. Me parece que esta persecución a los judíos era muy poco conocida, y aún menos conocida las distintas posiciones que se expusieron en el interior de la comunidad.

En la película vos contás acerca de un levantamiento similar al de la Semana Trágica que se da en Villaguay, en la provincia de Entre Ríos, pero al interior de la comunidad judía ...

Si, un conflicto entre los colonos judíos que eran patrones y los obreros cerealeros que inician una huelga. También hay represión como en la Semana Trágica, aunque no tuvo las mismas dimensiones. Incluso es detenido el dirigente del sindicato cerealero que era judío y se llamaba Axentoff. Esto ocurre en febrero de 1921. En esa época los colonos judíos de Villaguay envían una carta a la Liga Patriótica pidiendo ser aceptados como miembros.

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