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EDITORIAL

Un “modelo” contra los que luchan

“Preferiría que en lugar de apoyarme tanto pidiéndome para que sea Presidenta, me apoyen de una manera más contundente tratando de que las cosas puedan solucionarse sin necesidad de presiones, sin amenazas, o de hechos que crean demasiada conflictividad” (CFK, 10-05-2011).

Christian Castillo

12 de mayo 2011

Un “modelo” contra los que luchan

por Christian Castillo

“Preferiría que en lugar de apoyarme tanto pidiéndome para que sea Presidenta, me apoyen de una manera más contundente tratando de que las cosas puedan solucionarse sin necesidad de presiones, sin amenazas, o de hechos que crean demasiada conflictividad” (CFK, 10-05-2011).

Bajo la atenta mirada, entre otros, de Enrique Eskenazi (YPF), el titular de la UIA, Ignacio de Mendiguren y Juan Carlos Lascurain (Adimra), Cristina Fernández lanzaba un mensaje a su aliado Hugo Moyano y, más en general, volvía a cargar contra las huelgas, piquetes, corte de ruta o cualquier tipo de acción obrera, como lo había hecho pocos días antes en Santa Cruz durante el gran paro petrolero y en prácticamente todos sus discursos de los últimos meses. Y lo hacía celebrando en teleconferencia con el gobernador del MPN neuquino Jorge Sapag el descubrimiento de reservas de Shale Oil en Loma de la Lata que irán a engrosar las arcas de los accionistas de Repsol y sus socios locales. Estas palabras resultaron música para los oidos de los representantes de las seis grandes cámaras patronales, que segun el diario Ambito Financiero brindaron con champagne. A su vez CFK fustigó el proyecto de Héctor Recalde de participación de los trabajadores en las ganancias empresarias contraponiendo el convenio colectivo del gremio del neumático que le había acercado el burócrata del SUTNA Pedro Wasiejko de la CTA yaskista, diciendo que ése era el camino a seguir y no un proyecto de ley, que fue justamente el único planteo reivindicativo que hizo Moyano en su acto del 29 de abril. Desde estas páginas criticamos el proyecto de Recalde como una forma de colaboración de clases que ata los ingresos de los trabajadores a la rentabilidad capitalista y los empuja a aumentar la productividad y, por esa vía, la tasa de explotación. Debieron avisarle antes a CFK que lo mejor hubiera sido no avivar mucho el avispero con Firestone, ya que allí el bono incluso no se pagó por varios años (2006, 2007 y 2008) debido a balances fraguados por la empresa (ya que sólo se paga cuando las utilidades son superiores al 6% de los balances empresarios) y se avanzó en imponer mayores ritmos de producción y la jornada semanal de “6 x 1” (seis días de trabajo y uno de descanso). Los salarios pasaron de ser equivalentes a los de una empresa automotriz a apenas la mitad de éstos (Ver “El modelo de Wasiejko y Firestone”, LVO N° 392, 16-09-2010). Por el 2010 cada trabajador cobraría apenas $3.924.
Por eso es claro que la crítica de CFK al planteo de la CGT no es por izquierda sino por derecha, buscando congraciarse con las grandes patronales, luego que el nuevo titular de la UIA dijese que si las elecciones fuesen hoy votaría por Cristina y que la Ministra de Industria Débora Giorgi señalase en un reportaje que en cinco años se duplicó la rentabilidad empresaria (Miradas al Sur, 8-05-2011). Distintas fuentes plantearon además que habría una operación en marcha donde confluirían el gobierno con los “gordos” y empresarios para limitar el poder de Moyano y preparar su desplazamiento al frente de la CGT. Aunque es improbable que esto ocurra antes de las elecciones, lo cierto es que el gobierno quiere quedar como el que es capaz de disciplinar al moyanismo y, en perspectiva, preparar un recambio al frente de la CGT por un burócrata con menos juego propio como podría ser Gerardo Martínez de la UOCRA, rival de Moyano y muchas veces señalado como el “preferido” de CFK. El moyanismo, por su parte, anunció que apoyaría a Sergio Massa en la interna contra Daniel Scioli en la Provincia de Buenos Aires, una jugada de la que se venía hablando en las últimas semanas. En este caso la jugada contaría cierta venia de la Casa Rosada, que tendría el doble objetivo de condicionar a Scioli y de sumar votos al FPV en las primarias de agosto, tratando de quitarle votos a De Narváez.

Mientras esto sucede en las cumbres del oficialismo, este lunes la mañana comenzaba con la TV transmitiendo en simultáneo el corte en Panamericana de los trabajadores de Donelley contra 19 despidos lanzados por esa multinacional gráfica y una acción en apoyo a la gran huelga docente de Santa Cruz realizada por las agrupaciones clasistas de los sindicatos docentes. En ambas acciones estuvimos presentes los militantes del PTS y del Frente de Izquierda.

Cuando se aceleran los tiempos de la campaña electoral con el cierre de la presentación de alianzas en la Ciudad de Buenos Aires, una elección que se ha nacionalizado a partir de la “bajada” de la presidencial de Macri y de Pino Solanas, el Frente de Izquierda tiene planteado redoblar su agitación política en todo el país para enfrentar a los partidos y candidatos del régimen, tanto sean del oficialismo, de la oposición sojera o de la centroizquierda. Sobre esta última es de destacar que los sabbatellistas en la Capital van a terminar votando al Jefe de Gobierno del Frente Para la Victoria, a definirse entre el ex Ucedé Amado Boudou, el amigo de Pedraza, Carlos Tomada, y el ex funcionario en educación de Grosso y uno de los autores de las nefastas leyes educativas del menemismo, Daniel Filmus. Y que Pino Solanas no para de dar señales de que es completamente inofensivo para los grandes empresarios, rogando no sólo a un sirviente de las multinacionales cerealeras y las patronales sojeras como Binner que sea su candidato presidencial, sino especulando hasta con llevar como vicejefe a Jorge Telerman, un hombre al cual la SIDE le pagaba el sueldo cuando en el menemismo cumplía funciones en la Embajada argentina en EE.UU.

La simpatía que ha despertado en amplios sectores la conformación del Frente de Izquierda debe ser utilizada para realizar una gran campaña que permita romper en agosto la proscripción de la izquierda buscada con la “reforma electoral” y pelear por conseguir parlamentarios obreros y socialistas en las elecciones locales, a la vez que la campaña se transforma también en un vehículo para impulsar la movilización obrera y popular.

Al contrario de lo que hace la burocracia sindical, el Frente levanta con claridad la lucha no sólo por las demandas inmediatas de los trabajadores, como el salario mínimo equivalente a la canasta familiar, el fin de las tercerizaciones y el 82% móvil a los jubilados, sino por medidas de fondo como la nacionalización sin pago y bajo administración obrera de todos los recursos estratégicos de la economía, como el petróleo y el gas, la minería, la tierra, el acero, los bancos o el comercio exterior. Nuestra pelea no es por contentarnos con arrebatarle alguna conquista a las patronales y su Estado sino por terminar con este sistema de explotación y opresión e imponer un gobierno de los trabajadores.

Cuando la nueva huelga general en Grecia vuelve a mostrar que los capitalistas no conocen otra forma de enfrentar las crisis que descargarlas sobre los hombros de los trabajadores, la disputa política que tiene planteada el Frente de Izquierda en estos meses debe ser puesta en la perspectiva de clarificar a la clase obrera y al conjunto de los explotados que sus intereses son antagónicos a los que defienden los partidos y candidatos del régimen. Demos esta lucha con toda nuestra energía y audacia militante.

Prensa

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