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Mundo Obrero

LOS DICHOS DE RODRIGUEZ, SECRETARIO GENERAL CGT- NEUQUEN

Un hombre derecho

En estos tiempos de “diálogo”, el compañero Sergio Rodríguez –dirigente de UPCN y Secretario General de la CGT Neuquén– no quiere quedar afuera.
Custodio de los principios que su gremio profesa, el hombre recto está preocupado por que en su provincia reine la paz y la cordura.

Hernán Aragón

30 de julio 2009

En estos tiempos de “diálogo”, el compañero Sergio Rodríguez –dirigente de UPCN y Secretario General de la CGT Neuquén– no quiere quedar afuera.

Custodio de los principios que su gremio profesa, el hombre recto está preocupado por que en su provincia reine la paz y la cordura.

La salud de la economía regional lo inquieta en demasía. Y una queja de resignación sale de su boca hacia quienes atentan contra ella: “cuando en el conflicto docente antes de Semana Santa, un dirigente de ATEN anunció que se iban a cortar las rutas, inmediatamente a los 30 minutos se nos habían caído el 40% de las reservas en la cordillera. Finalmente el corte no se hizo pero el daño ya estaba hecho”.

Realmente el daño ya estaba hecho, porque en aquel corte perdió la vida Fuentealba. Pero bueh!, un daño insignificante si se lo compara con todo lo perdido en la cordillera...

“Matar un maestro, para fomentar el turismo” podría ser su slogan de campaña, si Rodríguez decidiera abandonar la “actividad gremial” para dedicarse a la política. Lo cierto es que condiciones no le faltan.

Su manejo del derecho es sorprendente, tanto que parece catedrático. Nos aclara que “el monopolio de la fuerza la debe tener el Estado. Cuando un sector no adhiere a los canales institucionales y normales(...) obviamente que la represión tiene que existir. No se puede permitir que un grupo se considere que está por encima del resto de la comunidad(...) En este supuesto de alterar el orden público, el Estado tiene que actuar”.

Rodríguez sabe que esto conlleva sus riesgos (tal vez esté pensando en la mala fortuna del pobre Sobich). Pero así y todo, remarca que “estos son los deberes de quién asume la responsabilidad de conducción del Estado”. ¿Qué otro remedio queda?

A Rodríguez lo aterra la “extrema virulencia que hay en Neuquén”, donde “cualquier reclamo, por mínimo que sea, es inmediatamente exaltado, promovido y fogoneado por diversos sectores”.

¡Dé nombres, señor Rodríguez! Y Rodríguez da nombres: “los gremios enrolados en la CTA y los trabajadores de FASINPAT también han sido protagonistas de jornadas violentísimas, fogoneando la conflictividad, inventándolas en algunos casos y llevándose por adelante a todo el mundo”.
Para quienes tuvieron el gusto de conocerlo y para quienes no lo conocíamos, las palabras de Rodríguez quedarán grabadas en la conciencia. Como quedan grabadas las traiciones y entregadas a las que los dirigentes de su talla nos tienen acostumbrados.

Hace unos pocos días la televisión mostraba imágenes de los trabajadores de la UOM Córdoba un tanto molestos con sus dirigentes. Puede suponerse que al verlas, Rodríguez se haya puesto intranquilo pensando que en algún momento al él también le llegará su turno.

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