logo PTS

Debates

Un debate importante

En el número anterior de La Verdad Obrera se abrió un debate entre compañeros docentes sobre la represión a ruralistas y la detención de Alfredo De Angeli y los fundamentos para repudiar o no dicha acción, que considero muy importante.

Andrea Robles

26 de junio 2008

En el número anterior de La Verdad Obrera se abrió un debate entre compañeros docentes sobre la represión a ruralistas y la detención de Alfredo De Angeli y los fundamentos para repudiar o no dicha acción, que considero muy importante.

En primer lugar creo que hay que despejar toda duda en torno al carácter de clase de las acciones de los trabajadores respecto de las de los ruralistas, más allá de que ambos utilicen la misma medida (corte de ruta). Mientras que la primera es una lucha de trabajadores regida por el método proletario, la segunda, es un lockout patronal dictado por su interés burgués, independientemente que hayan arrastrado tras de sí a productores medios e incluso pequeños. En el caso de un conflicto obrero de tal envergadura, los trabajadores no desabastecerían a las ciudades sino que desarrollarían coordinadoras, el control obrero y la gestión de las empresas como hicieron en Chile en los ’70, es decir, su acción estaría motivada por el interés de las grandes mayorías. En cambio, la burguesía opta por derramar leche y alimentos e imponer el desabastecimiento a las ciudades guiado por la sed de ganancias de un puñado de capitalistas, de ahí su carácter reaccionario. El problema de analizarlo por la medida (corte de ruta) puede traer aparejado precisamente dejar de lado el punto de vista proletario y el método de clase que subyace a la acción.

Desde esta óptica, el lockout patronal no es un derecho democrático. Sin embargo, qué queremos decir cuando afirmamos que “con la represión, aún hacia esos sectores, se fortalece, y esa fortaleza va a recaer, tarde o temprano, contra la clase trabajadora”. Sabemos que ambos bandos son burgueses, pero es preciso tener en cuenta que la burguesía ejerce su dominio a través del Estado y su accionar es una atribución del gobierno de turno. Una represión exitosa de sus fuerzas represivas hubiese fortalecido el poder por medio del cual la burguesía impone el sistema capitalista de dominación. La “mano suave” de la gendarmería hacia el patrón De Angeli se hubiese traducido en represión -pero con muchísima más saña que la que vimos hasta ahora- a las luchas de los trabajadores. Tales son las leyes del Estado burgués. Nadie puede dudar que, desde el punto de vista del desarrollo de la lucha de clases, sea preciso repudiar aquellas acciones que faciliten el fortalecimiento de las fuerzas represivas del Estado.

Finalmente, no le damos al gobierno y al Estado burgués (sus fuerzas represivas, su Justicia, su Parlamento) ninguna autoridad para reprimir. En este mismo conflicto, se devela su carácter de clase y los intereses que representa, opuestos al de los trabajadores y sectores pobres de la ciudad y el campo. Lejos de impedir el lockout, el gobierno aplicó también lockout con las patronales transportistas para “negociar” los enormes beneficios que goza la clase capitalista toda -mientras la población paga sus costos. Sólo los trabajadores –mediante la movilización independiente y con sus métodos de clase– estarían en condiciones de impedir el lockout y sus costos para las grandes mayorías, empezando por una posición de clase y una salida radical al problema del “campo” como plantea la Declaración “Ni con el gobierno ni con las entidades patronales del campo”.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: