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Mariano Ferreyra ¡Presente!

Un crimen de Estado

Se levantó el secreto de sumario. Los elementos que surgen de la causa judicial por el asesinato Mariano Ferreyra (y la tentativa de matar a la compañera Elsa Rodríguez) deberían sorprender como una realidad que supera la más loca ficción hollywoodense, si no se conociera la naturaleza criminal de la burocracia sindical amparada por el Estado y las patronales.

Guillo Pistonesi

18 de noviembre 2010

por Guillo Pistonesi

Se levantó el secreto de sumario. Los elementos que surgen de la causa judicial por el asesinato Mariano Ferreyra (y la tentativa de matar a la compañera Elsa Rodríguez) deberían sorprender como una realidad que supera la más loca ficción hollywoodense, si no se conociera la naturaleza criminal de la burocracia sindical amparada por el Estado y las patronales.

Un verdadero arsenal. Quinientas balas se encontraron en las dependencias de la UGOFE, la empresa que gestiona el Ferrocarril Roca. Muchas de ellas de “punta hueca”, condenadas y prohibidas por la Convención de Ginebra y la Declaración de la Haya por ser generadoras de “un daño innecesario, cruel e inhumano” (sic).

En la masacre de Barracas se utilizaron al menos tres armas, dos calibre 38 y una calibre 22.

Está certificado que la UGOFE y la Unión Ferroviaria se asociaron para que unos 120 trabajadores de los talleres de Remedios Escalada salieran con “permiso gremial” el 20 de octubre para integrar la patota. En los últimos tres años este tándem de la burocracia y la gerencia hizo entrar a ese taller más de 150 ferroviarios. El barrabrava Cristian Favale era uno de los que estaba en una nueva lista para entrar a la planta del Roca (¡y durante años impidieron a 1.500 tercerizados pasar a planta!).

Testigos presenciales escucharon durante la cacería de Avellaneda a Barracas cómo el delegado de la UF Pablo Díaz le reporteaba todas las novedades vía handy al “Gallego” Fernández, el capo-mafia de la Verde que dirige con el aval de la UGOFE todo lo que acontece en el Roca, y el segundo de Pedraza en el Secretariado de la UF.

Un crimen de Estado

UGOFE es la denominación que recibe la “Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia” creada por Néstor Kirchner con un decreto en el 2004 “con el objetivo de operar a cuenta y orden del Estado, a partir de enero de 2005, los servicios ferroviarios urbanos de la Línea San Martín”.
A la empresa, que se encuentra conformada por Ferrovías, Metrovías (Subte y FFCC Urquiza) y Trenes de Buenos Aires, el Poder Ejecutivo le dio el manejo, desde julio de 2007, de las Líneas General Roca y Belgrano Sur. A través de ese sistema “mixto” el gobierno financia los gastos operativos, el pago de sueldos y hasta las eventuales inversiones para arreglos o mejoras. Qué hacen los privados: cobran millonarios subsidios para “gerenciar” el servicio. O sea, el Estado es el patrón y la UGOFE es el gerente contratado y pagado por el mismo Estado. Mediante la Resolución 254 del 28/06/2007, la Secretaría de Transporte le depositó a la UGOFE en una “cuenta abierta a tal fin” la friolera de 105 millones de pesos en concepto de “anticipo de los gastos iniciales” y “gastos mensuales de operación” para los primeros noventa días de gerenciamiento del Roca.

¿Cuántas balas compraron con los aportes estatales? ¿Cuánto de ese dinero surgido de las arcas públicas se gastó para pagarle a lúmpenes para disolver manifestaciones de los compañeros tercerizados?

Los vínculos de la UGOFE con la conducción de la UF en manos de los asesinos de la Verde son tales que parecen indivisibles. Ambos son socios en el millonario curro de las tercerizadas. La UGOFE es creada y financiada por el Estado. La masacre de Barracas no se podría haber cometido sin el concurso de la UGOFE.

Todas las pruebas e indicios indican que los destacamentos de la Federal y la Bonaerense destinados al efecto encubrieron y protegieron el accionar criminal de la patota de la UF.

Estamos ante un nuevo crimen de Estado.

Pedraza y el resto de los autores intelectuales: protegidos por el gobierno

Cinco días antes del asesinato, la CGT de Moyano realizó un importante acto en River, con la presencia de Cristina Fernández y Néstor Kirchner. Pedraza estaba de viaje en Europa, pero participó del mismo una importante columna de la UF. En el medio de las inculpaciones entre ellos, los matones presos lo certifican: “Pérez dice que oyó estruendos detrás suyo, y que al darse vuelta se topó con Harry Favale, a quien tenía visto del acto de Hugo Moyano en River…” (Página/12 17/11/10).

El “Gallego” Fernández, José Pedraza, los jefes policiales que actuaron en la zona, los responsables de la UGOFE, el Secretario de Transporte de la Nación, ninguno está siquiera imputado en este crimen político contra la clase obrera y la izquierda clasista.

El gobierno no puede deshacerse de este entramado de corrupción, sangre y muerte, ya que es parte de su propia naturaleza: la necesidad de preservar a la burocracia sindical y el seguir promoviendo el llamado “capitalismo de amigos” siendo la UGOFE un caso paradigmático de subsidios y “retornos” K. Hechos como los de Barracas seguramente son un lastre para buena parte del elenco gubernamental. Pero tienen que terminar bancando al impresentable Pedraza para salvar al conjunto de la burocracia sindical aliada y sus lazos y negociados con sectores de la burguesía, uno de las patas-sostenes del “modelo” K.

No puede quedar impune

La movilización obrera y popular logró que los autores materiales de los asesinatos de Maxi Kosteki y Darío Santillán fueran presos. Lo mismo sucedió con el caso de Carlos Fuentealba en Neuquén. Pero en ambos casos, al igual que en todos los crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad estatales, los “autores intelectuales”, los que dieron la orden, están impunes. La última novedad al respecto fue la absolución de De la Rúa por los asesinatos de la “batalla de Plaza de Mayo” del 20 de diciembre de 2001.

Hoy tenemos siete detenidos por la masacre de Barracas. Pero al igual que el resto de los casos, hay un manto de impunidad sobre los responsables políticos. De no mediar un importante movimiento obrero y popular por Mariano, Elsa y por acabar con la patota de pies a cabeza, la acción criminal de la burocracia dejará de estar en el centro de la vida política nacional, como sucedió con los casos nombrados.

Fuerza no falta. A las pocas horas del asesinato de Mariano, decenas de miles nos movilizamos en todo el país, paros, cortes de rutas.

El PTS viene proponiendo en distintas reuniones la puesta en pie de una Multisectorial por el juicio y castigo a los asesinos de Mariano Ferreyra. Un ámbito donde puedan confluir el sindicalismo de base y los sectores de la CTA que se pronunciaron y movilizaron, el estudiantado combativo, las distintas fuerzas de izquierda y progresistas, los movimientos sociales que están por castigar a los criminales. Para lograr poner en pie un movimiento que crezca semana tras semana, que incluso tenga una publicación donde se expresen todos sus miembros y se divulguen las actividades que se hacen en la Argentina y en el resto del mundo.

Lamentablemente los compañeros de la dirección del Partido Obrero optaron hasta ahora por otro camino, mezquino y estrecho. El PTS insiste con su propuesta porque es una necesidad objetiva, necesaria.

Entretanto seguimos impulsando distintas acciones y actividades de frente único como las que se reflejan en estas páginas. Convocamos a multiplicarlas haciendo comités unitarios en todos los lugares de trabajo y estudio.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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