La nominación de Alejandro Barrios y Ana María Edwin como director y subdirectora del INDEC se propone garantizar la permanencia de la interventora del Indice de Precios al Consumidor (IPC), Beatriz Paglieri, para seguir dibujando el indicador a su antojo. No es para menos. Mientras se desarrollan las negociaciones paritarias y corre el año electoral, el gobierno se vale de todo tipo de maniobras para favorecer a los empresarios y engañar al pueblo trabajador, evitando que se conozca el verdadero número de la inflación.
Según los últimos datos publicados por el organismo, la canasta básica alimentaria y la canasta básica total arrojan una deflación (¡!) de -0,2% y –0,8%, respectivamente. Semejante dibujo resulta tan escandaloso que, entre los alimentos que supuestamente bajaron, figura la carne. Según los datos oficiales el precio del hueso con carne cayó con respecto al mes pasado el 10,2%, el asado bajó el 3,9%. De conjunto, el rubro alimentos y bebidas apenas habría aumentado un 1,1%. Cualquier trabajador sabe que es una absoluta mentira. La verdad es que durante los últimos meses, por nombrar sólo algunos productos masivos como la zanahoria, el aumento alcanzó al 50,5%, el limón 49,6% y la lechuga, como mínimo un 40%. Particularmente quieren ocultar los aumentos más vertiginosos, tal como se observa en el rubro alquileres. Mientras las asociaciones de inquilinos denuncian subas de entre el 25 y el 30%, el INDEC sólo registra un 1,9%.
Para que estas mentiras resulten convincentes –y desde ya legitimar la intervención del IPC– el gobierno recurrió a un elemento novedoso, apelando a la designación de Barrios, quien hasta ese momento era delegado de la Junta Interna de ATE-INDEC que dirigía el conflicto desatado a partir de los índices truchos. Si bien la experiencia de Barrios como delegado poco tuvo que ver con la defensa genuina de los intereses de los trabajadores (además de integrar la gestión de Hallú, el fraudulento rector de la UBA), este salto cualitativo marca su plena integración a la esfera patronal. En este sentido, la CTA registra numerosos antecedentes aportando cuadros sindicales al gobierno, tales como Carlos Custer, Angel Cadelli, Lito Borello, Luis D’Elía, etc.

Chantaje

Tras su designación, Barrios resolvió emprender su primera acción recorriendo los pisos del Instituto. Sin vueltas admitió que Beatriz Paglieri de ningún modo se iría del IPC, pues sino sería "una derrota política para el presidente en un año electoral", en tanto reivindicó públicamente su condición de "soldado kirchnerista". Paso seguido, intentó chantajear a los trabajadores manifestando su voluntad de abrir la billetera y contemplar el pase a planta permanente para los contratados a cambio de que retiremos nuestra demanda principal: que se vaya la intervención del IPC. La prepotencia de Barrios se expresó desacreditando las preguntas de muchos compañeros, llegando al extremo de amenazar con sanciones a la compañera Lía Pesaresi, de la lista Marrón. Cabe destacar que Barrios fue acompañado en su recorrida por dos delegados de la Interna. A esa altura, quedaba claro para muchos compañeros que Barrios venía junto a la menemista, aliancista, duhaldista y amiga de todos los gobiernos, Ana María Edwin, con la finalidad de generar divisiones y quebrar el conflicto. Las ilusiones generadas en el nuevo director como "uno de los nuestros" se desvanecieron rápidamente. Los trabajadores seguimos firmes con nuestros reclamos y rechazamos el chantaje del nuevo director. El día anterior en asamblea habíamos resuelto mantener las medidas de fuerza y seguir luchando hasta echar a Paglieri, pese a que la Junta Interna pedía darle tiempo al nuevo director hasta que demostrara hacia dónde apuntaba su gestión.

La lucha sigue

Los "exabruptos" de Barrios generaron una crisis en la Junta Interna, donde un sector de delegados se alineó con el nuevo director, en tanto el sector restante solicitó apoyo a ATE Capital y ATE Nacional y amenazó con renunciar, cuestión que de concretarse dejaba el camino libre para que el sector de la junta interna aliado a Barrios levantara el "amparo gremial" a los trabajadores reunidos en asamblea. Sin embargo, durante la última asamblea del martes 24, los delegados de la junta interna de ATE, junto a dos miembros de ATE Capital, Sánchez Toranzo y Opromoya, volvieron a aparecer todos juntos aparentando unidad.
Ante las exigencias de la asamblea de que el sindicato desafilie a Barrios, los dirigentes de ATE se encargaron de aclarar que no tienen por qué pedirle que se desafilie. Vale decir que para ATE cualquier funcionario puede ser parte de una organización de trabajadores. En el mismo sentido, tampoco quisieron enfrentar a los delegados que se alinearon con Barrios y que siguen siendo parte de la Junta Interna, los que recibieron todo tipo de insultos por parte de la asamblea. Por último, se negaron a pronunciarse contra la gestión de Barrios, diciendo –en palabras de Sánchez Toranzo– que todavía está por verse "si la misma es a favor de los trabajadores". A pesar de todos estos obstáculos, los trabajadores votamos masivamente la continuidad de las medidas de lucha hasta echar a la intervención. El próximo jueves 26 realizaremos el paso siguiente en un abrazo al INDEC con la presencia de todos los medios de prensa. La pelea para echar a la intervención es una tarea muy dura porque se trata de enfrentar directamente al gobierno para torcer su decisión. En ese sentido, es prioritario sumar fuerzas y fortalecer la unidad de todos los trabajadores y la asamblea. Los compañeros de la lista Marrón llamamos a reagruparnos de forma independiente de la burocracia de ATE y sus distintas variantes verdes en función de orientarnos hacia una perspectiva real de lucha para hacer efectivas nuestras demandas, entre ellas la de imponer un directorio de trabajadores y técnicos para el Indec elegido y controlado por la asamblea de base.