El pasado viernes 20 se desarrolló en la Universidad Nacional de La Matanza el II Congreso Ordinario y el IV Extraordinario de la CTA de la Provincia de Buenos Aires.

A eso de las 12 horas, con menos de la mitad de los congresales electos (726 sobre 1.959), la Comisión de Poderes se apuró a decir que “hay Quórum”.

Los discursos de apertura estuvieron cruzados por anunciar los “logros” conseguidos por la CTA y por dejar al descubierto las diferencias que existen en el seno de la Directiva.

Hugo “Cachorro” Godoy abrió los informes políticos bajo el lema “Refundar la Nación con el protagonismo de los trabajadores”. Se refirió a la Constitución del ’49 como el camino que debíamos recorrer desde la Central y dijo luego que en la actual crisis económica es fundamental crear “poder popular” y que por esto para la Central es imprescindible el impulsar el Movimiento Político y Social. Al referirse al conflicto entre las patronales del campo y el gobierno, sostuvo que en la directiva “hay matices”, pero que estos no son elementos de división.

Luego Hugo Yasky tomó la palabra para remarcar esas diferencias y continuar reivindicando la autonomía de la CTA, pero aclarando que la Central no es neutral y que eso es lo que los lleva a apoyar al gobierno en lo que ellos consideran que son avances. También las diferencias se vieron cuando Cachorro Godoy llamó a “construir un Paro Nacional” y al que Yasky se refirió solo como a una “gran jornada de lucha”.

Democracia participativa… para pocos

En las comisiones, único espacio abierto a los congresales para que debatan, la democracia de la cual se jactan los dirigentes de la CTA estuvo ausente una vez más: podían hablar sólo 2 Congresales por distrito y tres minutos cada uno. Pero el colmo fue que el documento político a discutir fue entregado en las propias comisiones y enseguida, sin posibilidad del leerlo, se abrió la lista de oradores. Usamos los tres minutos para denunciar que los docentes y los estatales de la provincia siguen reclamando pelear juntos, que un paro o jornada de lucha, pensado para el 16 de abril es muy tarde y que éste se debía enmarcar en un plan de lucha y no quedar en sólo un paro aislado.

También denunciamos a la directiva de la CTERA, que ante el conflicto salarial en 15 provincias, pero sobre todo ante la gran lucha de la docencia rionegrina, se sigue negando a llamar a un paro nacional.

Lamentamos que las diferencias existentes en la directiva sean en torno a dos bandos patronales. Nosotros reivindicamos que los trabajadores intervengan en política. Pero a la construcción del Movimiento Político y Social sin delimitación de clase – y en eso Yasky y Godoy no tienen diferencias – como el que se impulsa desde la Central, le opusimos que la Central debía pronunciarse por la independencia política de los trabajadores.

Culminamos planteando que ante esta crisis, no debemos ser los trabajadores los que la paguemos, y que para eso es necesario tener un programa claro: que se prohíban los despidos y las suspensiones, que se repartan las horas de trabajo sin rebaja salarial. Que la crisis la paguen los patrones.