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Tucumán: un debate tras el conflicto de la Salud

Todos coincidimos en que los puntos logrados implicaron en mayor o menor medida una derrota del gobierno de Alperovich, el que desde un comienzo se negó a realizar cualquier tipo de concesión al movimiento autoconvocado. La burocracia que intentó en todo momento se desconozca la representación de los delegados de hospital para negociar, también fue derrotada, porque fueron finalmente los autoconvocados los que lograron el aumento salarial y el pase a planta permanente de 1500 transitorios, y a la planta transitoria de los contratados. Hasta la CGT “Tucumán” (ligada la gobierno) salió a declarar que fue un error del gobierno negociar con los autoconvocados.

PTS

10 de diciembre 2009

por PTS TUCUMAN

El fin a una primera etapa en la lucha de los trabajadores de la salud llevó a los diferentes partidos de izquierda a hacer sus balances. Queremos abrir un debate franco sobre las lecciones y las perspectivas de esta enorme lucha.

Todos coincidimos en que los puntos logrados implicaron en mayor o menor medida una derrota del gobierno de Alperovich, el que desde un comienzo se negó a realizar cualquier tipo de concesión al movimiento autoconvocado. La burocracia que intentó en todo momento se desconozca la representación de los delegados de hospital para negociar, también fue derrotada, porque fueron finalmente los autoconvocados los que lograron el aumento salarial y el pase a planta permanente de 1500 transitorios, y a la planta transitoria de los contratados. Hasta la CGT “Tucumán” (ligada la gobierno) salió a declarar que fue un error del gobierno negociar con los autoconvocados.

El MST y el PCR sin balance

En las notas publicadas en sus respectivas prensas, ambas corrientes admiten que no se pudo obtener todo lo solicitado. Incluso el MST se pregunta si era posible obtener más de lo conseguido. Sin embargo, estas corrientes omiten decir por qué no se consiguió todo lo que se exigía. En el caso del PCR es entendible que ni siquiera se pregunten al respecto, ya que fue la corriente que desde el comienzo del conflicto venía planteando levantar las medidas de fuerza. Su referente en la Maternidad, denunció y difamó a los sectores combativos, con la misma virulencia con que lo hacía la burocracia de Ramírez, y apeló al fraude para mantenerse como delegado. Tanto el MST como el PCR, fueron los más entusiastas partidarios de sumar a las patronales agrarias (de las más negreras del país), intentando mostrar que trabajadores y patrones tenían un interés común.

El mundo PO

El balance del Partido Obrero parte de identificar correctamente los obstáculos que tuvo que enfrentar la lucha, desde Alperovich y la burocracia sindical, hasta el sector conciliador. Pero este análisis se abstiene de explicar por qué no se pudo derrotar a la línea conciliadora, ya que de hacerlo debería realizar una crítica a su propia línea durante el conflicto. El PO, que tenía delegados en varios hospitales, en ningún momento intentó seriamente conquistar la dirección de la lucha, limitándose a criticar tibiamente a los conciliadores pero sin plantear una política para superarla. Desde el PTS les planteamos impulsar un plenario o asamblea de trabajadores que permita forjar un polo de referencia combativo, tanto hacia adentro del conflicto como hacia fuera. En un primer momento se negaron, pero luego impulsaron desde el Hospital Avellaneda la Coordinadora de Lucha. Pero en vez se intentar que este espacio se convierta en un punto de referencia y reagrupamiento de los sectores combativos, lo limitó exclusivamente a organizar las marchas, negándose a que se realice cualquier tipo de debate acerca de hacia dónde debía ir el conflicto, para luego directamente disolver este espacio. Al adaptarse al conflicto “tal cual es”, sin intentar que haya sectores que avancen en su conciencia, el PO fue impotente para enfrentar al bloque conciliador. A tal punto se adaptó que llamó puebladas a las grandes movilizaciones, e inventó hospitales bajo control de los trabajadores. Si había tal fuerza y radicalización no se explica entonces por qué se impuso el bloque conciliador y no el “combativo” que decía encabezar el PO. Pero lo que resulta increíble es su balance sobre las elecciones de ATSA, intentando excusar su abstencionismo en “las circunstancias que llevaron a la firma del acta”. Lo cierto es que mientras activistas de más de siete hospitales intentaron organizarse para presentar listas opositoras, el PO se borró de escena (al igual que los conciliadores), y ahora considera que hay que “vaciar una organización ya vaciada”. Si bien no se puede descartar la posibilidad de organizar un nuevo gremio, el PO subestima la influencia que aún mantiene la burocracia y por lo tanto se abstiene de luchar porque este sector haga su experiencia política.

Desde el PTS apostamos a que a partir del debate sobre el balance de esta enorme lucha, pueda surgir un agrupamiento que se pueda plantear como una dirección combativa y consecuente en las futuras luchas.

Prensa

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