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LUCHA DE LOS AUTOCONVOCADOS

Tucumán: ¿Fin del conflicto de salud?

Luego de 7 meses de lucha la mayoría de los delegados votó a favor de aceptar la propuesta del gobierno que incluye 50 puntos a la base de cálculo (en dos partes), el pase a planta transitoria de los monotributistas, a planta permanente de 1500 transitorios y “promete” la gestión de la insalubridad previsional y el 82% móvil. Los trabajadores proponen, entre otras cosas, agregar el pedido de restitución de los descuentos por las medidas de fuerza. De aceptar el gobierno estas modificaciones, se pondría fin al conflicto. Ninguno de estos puntos hubieran sido posibles sin la persistencia en la lucha y la organización democrática de los autoconvocados de la Salud.

PTS

26 de noviembre 2009

por PTS Tucuman

Luego de 7 meses de lucha la mayoría de los delegados votó a favor de aceptar la propuesta del gobierno que incluye 50 puntos a la base de cálculo (en dos partes), el pase a planta transitoria de los monotributistas, a planta permanente de 1500 transitorios y “promete” la gestión de la insalubridad previsional y el 82% móvil. Los trabajadores proponen, entre otras cosas, agregar el pedido de restitución de los descuentos por las medidas de fuerza. De aceptar el gobierno estas modificaciones, se pondría fin al conflicto. Ninguno de estos puntos hubieran sido posibles sin la persistencia en la lucha y la organización democrática de los autoconvocados de la Salud.

Dos tendencias

Las demandas de los autoconvocados cuestionan directamente las políticas del gobernador José Alperovich, de subsidios para empresarios y bajos salarios y flexibilización. Obtener todas las demandas (250 a la base de cálculo, 7500 precarizados a planta permanente, etc.) iba a ser, sin lugar a dudas, muy difícil. Con el correr del conflicto se fueron gestando dos tendencias: una, encabezada por delegados referenciados en el Colegio Médico, el PCR y en la Iglesia, que se oponía a endurecer las medidas de fuerza y apostó a la mediación del Arzobispo Villalba (quien actuó como apéndice del gobierno solicitando constantemente que se levante el paro e intentó que el conflicto gire hacia la constitución de un nuevo sindicato). Y otra con base en los no profesionales, quienes al ser los más precarizados y necesitados del cumplimiento de los reclamos, le dieron masividad, fuerza y vitalidad al conflicto.

Sin embargo hubo tres aspectos centrales que impidieron doblarle el brazo al gobierno. El primero fue la dificultad por sumar al conjunto del personal a las medidas de lucha y por lo tanto darle mayor contundencia a las mismas, cuestión que sólo en algunos hospitales pudo llevarse adelante. Esto impidió que se pudieran garantizar algunos de los puntos que se votaban, como la renuncia de los directores de los distintos hospitales. El segundo aspecto, fue la no extensión del conflicto al conjunto de los trabajadores de la provincia, a los que el gobierno dirigió sus discursos, denunciando a los autoconvocados como “jóvenes médicos que quieren ganar más plata que el resto sin importarles la salud de los tucumanos”.

Una lucha antiburocrática

Los autoconvocados quedaron así relativamente aislados, contando sólo con el apoyo de sectores de clases medias que están en oposición política al gobierno. Por último tampoco se pudo constituir un polo combativo y clasista que actúe como alternativa de dirección en forma consecuente. El PO que llamó a constituir una coordinadora, se limitó a garantizar acciones de lucha, y se negó a avanzar en un polo que dé respuesta a los problemas políticos que el conflicto planteaba. De esta forma se adaptó “tal cual era” sin intentar desarrollar saltos en la conciencia y organización. Tan es así que confió en derrotar al gobierno sólo con la sucesión de marchas, a las que denominó increíblemente “puebladas”, y no se diferenció de la dirección mayoritaria. Incluso uno de sus delegados calificó como triunfo de los autoconvocados el pase a planta permanente de 500 efectivos de la policía, apenas unos días después del brutal desalojo de los hospitales. También estuvo ausente de la organización y presentación de las listas antiburocráticas para la elección de comisiones internas, planteando que era “legitimar a ATSA”, confluyendo con los conciliadores y con la misma burocracia.

Extender la organización de base alcanzada

Desde el PTS apoyamos todas las medidas de lucha que organizaron los autoconvocados, participando de las marchas, acciones en hospitales, organizando el fondo de huelga en universidades y difundiendo el conflicto. Denunciamos las políticas del gobierno que tiene plata para los empresarios pero no para los trabajadores y planteamos la necesidad de conformar un bloque clasista y combativo que pudiera ser una alternativa de dirección. Ahora creemos que es necesario mantener la conquista que significa la organización desde las bases, para poder seguir luchando, para conseguir todas las reivindicaciones y echar a la burocracia de ATSA empezando por organizar elecciones democráticas de delegados por hospital y luchar por su reconocimiento por el Ministerio de Trabajo contra las elecciones truchas de la burocracia.

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