La burocracia de Pedro Wasiejko, a escondidas, ya había firmado un acta en el Ministerio de Trabajo, con la propuesta patronal, que era un aumento de 28% desdoblado de acá a fin de año y discutir caso por caso los despedidos y la indemnización. En la última reunión de conciliación la patronal ofreció lo mismo y aceptaba reincorporar a sólo 35 compañeros de los más de 200 despedidos. Una burla total. Ante esto el SUTNA central convocó a una asamblea general de las 3 fábricas para el lunes 1° de setiembre a las 10 de la mañana en el Club Lanús.

La asamblea del lunes

La asamblea general para retomar la lucha se la habían exigido a los gritos los trabajadores frente al Ministerio el día que se dictó la conciliación (hace un mes). Y Wasiejko no la convocó. Dejó que pasara el tiempo, que los aprietes de las patronales siguieran, que tentase a algunos con retiros voluntarios, que los despedidos siguieran afuera. Sólo lo hizo ahora después de un mes de tregua (con algunas horas de paro en el medio, que en nada cambiaron el clima de pasividad) y cuando las fuerzas habían flaqueado en relación a la situación que había cuando comenzó la conciliación. Era una maniobra, disfrazada de “democrática”. Desde el PTS propusimos reclamar que se cambiara para horas de la tarde cuando la concurrencia podía ser mayor y a su vez evitar las apretadas de la patronal, ya que se convocaba 4 horas antes de finalizar la conciliación obligatoria. Los compañeros despedidos de Pirelli tomaron este reclamo pero la burocracia se negó y eso marcaba que la maniobra estaba en marcha. Sin embargo la base del gremio pese a la inactividad que impuso la tregua, que fue total en Firestone donde dirige la burocracia, se movilizó en número importante siendo unos 1.300 trabajadores (de los más de 3.000 de las 3 fábricas) los que concurrieron.

La primera votación ya marcaba la paridad de fuerzas, cuando se elegía el presidente. De un lado los delegados y directiva de San Fernando con la mayoría de los trabajadores de Fate y Pirelli y de los despedidos, del otro el aparato de la burocracia y la base de Firestone. Ante un empate virtual, Wasiejko propuso que ambos, “Popeye” de la Seccional San Fernando y de Fate y él presidieran la asamblea. Enseguida empezó el debate de que hacer. La burocracia propuso aceptar la oferta salarial (la misma que provocó el conflicto) y después ver lo de los despedidos. Los delegados y directivos de Fate y muchos despedidos de Pirelli y Fate salieron a contestar que eso era entregar a los despedidos, dividir la lucha, en síntesis una traición. Tensa, acalorada por momentos, la asamblea estaba polarizada. Finalmente ganó la propuesta de la burocracia por 660 votos a 618. Sólo 42 votos de diferencia. La burocracia había logrado su objetivo. Desinfló el conflicto durante todo el mes, metió miedo que si se volvía a los paros habría más despidos, entregó a los despedidos mucho antes de esa asamblea, al firmar el acta donde acepta las indemnizaciones. La política de desgaste y la traición de la burocracia son los factores determinantes de la derrota sufrida por el activismo y la vanguardia en dicha asamblea.

¿Se podía ganar?

La diferencia fue tan exigua que todo indica que sí, se podía ganar. Pero para esto faltaron 2 cosas. Primero y fundamental haber roto la pasividad que imponía Wasiejko, teniendo una política activa durante las largas 4 semanas de conciliación, con diversas acciones, asambleas, marchas, escraches, que involucraran a la mayoría de la fábrica, o por lo menos a los sectores más activos. Se hizo poco y así era difícil contrarrestar la ofensiva patronal, policial y burocrática y preparar el terreno para la contraofensiva. Desde el PTS insistimos una y otra vez en cambiar esta dinámica pero no fue la posición que tomó la mayoría de los delegados y la directiva del SUTNA San Fernando.
Convocada la asamblea general era necesario aprovechar todo el fin de semana que es laborable para realizar asambleas por turno explicando la importancia de la participación, de concurrir con un mandato de la seccional. Pero eso no se realizó. Más de la mitad de los laburantes de Fate no fue a la asamblea y una parte importante votó la propuesta de la burocracia. Faltaron sólo 42 votos y se perdió

¿Qué sigue?

La seccional San Fernando, tanto directivos como delegados, se comprometieron a seguir luchando por los despedidos. Incluso fue votado en una reunión de Directiva, delegados, despedidos y activistas antes de ir a la asamblea en Lanús: que si ahí no se tomaba ninguna medida para defender a los despedidos, la seccional San Fernando iniciaría un plan de lucha. Eso es lo que se debe implementar ahora, visto que la traición de Wasiejko no deja lugar a dudas. ¡Si hasta borró del acta de la asamblea de Lanús lo votado por mayoría de una nueva asamblea general para la semana que viene y medidas de lucha por la reincorporación, ambas propuestas por él mismo!

Terminó la conciliación tramposa de la cual Wasiejko fue cómplice. Militarizaron la fábrica, impusieron un lock out, no dejaron entrar a los despedidos, hay más de 50 compañeros que quieren volver a trabajar. Que perdieron su trabajo por pelear junto al resto de los trabajadores.

Una seccional y un cuerpo de delegados antiburocrático y combativo como el de Fate y Sutna San Fernando debe hacer todo lo necesario para reincorporar a los despedidos mientras queden fuerzas, como quedan todavía hoy. No se puede depender de lo que disponga o este dispuesto a hacer Wasiejko. Iniciar un plan de lucha, con medidas acorde al grado de desgaste que hay. Pero que sea progresivo, con marchas a contraturno, cortes de ruta y escraches, bloqueos como hicieron los despedidos de Pirelli (¡que ejemplo!) y asambleas por turno hasta comenzar con paros escalonados.

No hay otra salida. Hay que retomar la lucha.