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DISOLUCION DE LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA

Todos espian

El procesamiento de Mauricio Macri por escuchas ilegales y asociación ilícita con el fin de construir una central de inteligencia paralela revela la putrefacción de un gobierno de espías y represores que atenta contra los derechos democráticos más elementales de los trabajadores y el pueblo. Gracias a los oficios del ex comisario Jorge “Fino” Palacios, el espía Ciro James y más de 100 metropolitanos que provienen de la Federal, el macrismo espiaba no sólo a Sergio Burstein, dirigente de la agrupación de Familiares de Víctimas de la AMIA, sino también a los sindicatos docentes, como denunciaron los dirigentes de UTE-CTA y a los activistas estudiantiles que luchaban por sus demandas.

Miguel Raider

22 de julio 2010

El procesamiento de Mauricio Macri por escuchas ilegales y asociación ilícita con el fin de construir una central de inteligencia paralela revela la putrefacción de un gobierno de espías y represores que atenta contra los derechos democráticos más elementales de los trabajadores y el pueblo. Gracias a los oficios del ex comisario Jorge “Fino” Palacios, el espía Ciro James y más de 100 metropolitanos que provienen de la Federal, el macrismo espiaba no sólo a Sergio Burstein, dirigente de la agrupación de Familiares de Víctimas de la AMIA, sino también a los sindicatos docentes, como denunciaron los dirigentes de UTE-CTA y a los activistas estudiantiles que luchaban por sus demandas.

El derechista Eduardo Duhalde salió a respaldar a Macri advirtiendo que las escuchas ilegales que investiga la Justicia “son una obra maestra de la SIDE”, mientras toda la oposición del Grupo A promueve la formación de una comisión bicameral para investigar los trapos sucios de los servicios de inteligencia. Más allá de que seguramente los Kirchner metieron la cola, a su modo, tanto Duhalde como la oposición revelan que todos los gobiernos utilizan a los servicios de inteligencia para espiar, así cada una de las FF.AA. y las Fuerzas de Seguridad tienen sus propios grupos de inteligencia para infiltrar a las organizaciones populares. Como deschaba el propio curriculum de Ciro James, que trabajó como espía en 10 provincias, de distintos signos políticos y que fuera enlace de la inteligencia de la Armada, del Ejército, de la Federal y de la Side.

Dicho sea de paso, el “gobierno K de los Derechos Humanos” mantiene la impunidad de estos servicios de inteligencia que actuaron impunemente como entregadores, infiltrados y hasta torturadores durante la última dictadura genocida en la SIDE, DINA y el Batallón 601. Es más, el actual número 2 de la SIDE y agente mimado de los K, Antonio “Jaime” Stiusso, fue parte de la inteligencia del Estado en esa nefasta época, más precisamente desde 1979. Luego pasó por todos los gobiernos llegando a ser, quien desde las sombras, manejara el dinero de la campaña electoral de Néstor K, como denunció su propio ex ministro de Seguridad Gustavo Béliz.

Ya nadie puede ocultar que todos espían. Hasta el defensor de la dictadura Mariano Grondona en su tradicional programa dominical reconoció públicamente, desde ya que para aminorar las culpas de Macri, que todos los gobiernos espían, tanto el gobierno nacional como los provinciales y municipales, como lo hacían los gobiernos dictatoriales.

Si no veamos ahora un poco de historia. En 1946, el general Perón puso en pie la Secretaría de Coordinación de Informaciones del Estado, la génesis de la SIDE, esencialmente para delatar a los activistas políticos opositores al régimen. Tras la Revolución Libertadora, en 1956, ese servicio fue transformado poniéndolo bajo el dominio de la CIA y el Mosad para lanzar una feroz cacería contra la resistencia de los militantes peronistas. El régimen libertador promovió las primeras escuchas ilegales en 1967, cuando el general Onganía construyó las oficinas de escuchas ilegales con la finalidad de encarcelar a cientos de activistas de izquierda.

Después del Cordobazo, cientos de militares ingresaron en la SIDE, más tarde se fusionaron con militantes peronistas de derecha que vinieron con Héctor Cámpora, los que probaron su experiencia lanzando la masacre de Ezeiza contra la izquierda peronista. De ahí, Peron y López Rega extrajeron a los cuadros que conformarían la Triple A, al tiempo que la otra parte comenzaba la planificación de campos de concentración, que adquirieron pleno desarrollo con la dictadura militar. Cuando volvió la democracia, la SIDE fue apropiada por los militantes de Alfonsín para infiltrar provocadores en las acciones sindicales y lanzar una campaña antiperonista mediante el soborno en revistas, programas de televisión y radio. El menemismo se valió particularmente de la SIDE para mantener el encubrimiento del atentado a la AMIA, y el gobierno de la Alianza lo utilizó tanto para pagar los favores a los legisladores que votaron a favor de la Reforma Laboral como para infiltrar las asambleas populares y las movilizaciones de diciembre de 2001. Los Kirchner jamás osaron poner la lupa sobre esa cueva de asesinos, que encima entre 2003 y 2009 incrementaron astronómicamente su presupuesto en 250%.

La única medida genuina para preservar los intereses de los trabajadores y el pueblo es disolver todos los servicios de inteligencia, así como la policía y las instituciones represivas, que tanto derechistas como “progresistas” como “nacionales y populares” suponen como el “orden natural”.

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