¿Contame un poco cómo es la situación actual?
Christian Castillo: Después de lanzar todo tipo de amenazas y de horrorizarse por el precedente democrático que significa la elección directa y el criterio de un persona = un voto, los sectores reaccionarios de la universidad han lanzado finalmente su ataque contra Sociología. Primero el Consejo Superior de la UBA votó una resolución que "encomendando" a la facultad que regularice la situación de la Dirección de la Carrera de Sociología, lo cual es una intervención lisa y llana sobre asuntos como el ordenamiento interno de las carreras sobre los que hasta el momento la competencia estaba en el Consejo Directivo de Sociales. Esto se hizo bajo el influjo de el ex – decano de la facultad, Fortunato Mallimacci, cuya gestión es recordada por el autoritarismo y la corrupción. Esto se expresó tanto en el intento de jubilación compulsivas de docentes como en el escándalo por robos a beneficiarios de Planes Nuevos Roles Laborales por parte de funcionarios de su gestión. Hoy Mallimacci es la mano derecha de Etcheverry y empuja la intervención contra nosotros. Ahora, lo más grave es que el decano Federico Shuster, supuestamente progresista, ha cedido a la presión del Consejo Superior obedeciendo el mandato de este sector reaccionario y nos exige que renunciemos. Esto es grave no sólo porque está volviendo atrás sobre una resolución que su propia gestión tomó, sino porque prepara una intervención contra la carrera en una alianza objetiva con los sectores más derechistas de la facultad.

¿Por qué este ataque que puede llegar a intervenir una carrera?
CC: Primero hay que ver este ataque como parte de la acción del régimen contra los procesos que, de una u otra forma, expresan el espíritu de la rebelión del 19 y 20 de diciembre, como lo fue el desalojo frustrado a los obreros de Brukman o el también derrotado operativo represivo contra la marcha piquetera a cinco meses de la muerte de Maxi Kosteki y Darío Santillán, o como ahora que tratan amedrentar ante la marcha del 20/12. En este caso hay un mensaje claro: nada que altere el "statu quo" conservador de la universidad será tolerado, y menos que menos un director de Carrera que cometa a la vez el doble pecado de ser "auxiliar" docente y encima marxista. Nos halaga que nos consideren "culpables" de oponernos al actual Estatuto universitario, completamente elitista y oligárquico. En "su" democracia una pequeña elite de profesores titulares y adjuntos concursados, tiene el monopolio de las decisiones. El 1% de los miembros de la comunidad universitaria tienen el 50% de los representantes en los consejos directivos, mientras los 10.202 trabajadores no docentes no tienen representación alguna y los 253.260 estudiantes sólo un 25%. Está claro que cuando 3000 profesores concentran la capacidad de decisión de una comunidad universitaria de más de 300.000, es decir, cuando decide el 1%, eso no es democracia, es aristocracia y eso es lo que dejamos al descubierto. Por eso nos atacan.

¿Que hay detrás de esa supuesta democracia universitaria?
C.C.: Mira, para nosotros el movimiento por las "elecciones directas" bajo el principio "una persona/un voto" es hijo del "que se vayan todos" surgido el 19 y 20 de diciembre y de la crisis en que entró la corrupta burocracia estudiantil expresada por la Franja Morada, que durante años sirvió para mantener domesticado al movimiento estudiantil y para sostener el esquema de poder shuberoffista. Con el reemplazo de Shuberoff por Jaim Etcheverry la elite profesoral ha intentado responder a esta crisis con un mero cambio "gatopardista". Toda esta elite fue cómplice de las políticas antipopulares implementadas por los sucesivos gobiernos "democráticos". Se callaron frente a la "obediencia debida", el "punto final" y la "economía de guerra" de Alfonsín, las privatizaciones y la entrega de Menem o los sucesivos ajustes antipopulares de De la Rúa. En el caso de las Ciencias Sociales, muchos fueron los "ideólogos" de sucesivas estafas políticas contra los trabajadores y el pueblo. Recordemos al hoy ofuscado Portantiero como uno los mentores del "tercer movimiento histórico" de Alfonsín o pintando de "progresista" a De la Rúa. Ahora presentan como "prócer de la universidad pública" a un liberal aristocrático como Jaim Etcheverry, que gustaba visitar los programa televisivos de Neustadt en plena euforia menemista.
La elite universitaria está comprometida con un régimen "que no termina de morir". Nosotros pretendemos democratizar la universidad para que esta responda a los intereses de las mayorías obreras y populares y sea un actor de primer orden en el proceso de transformación social reclamado en las calles el 19 y 20 de diciembre. Estamos con "lo nuevo que está naciendo". Sabemos que conquistar aquello por lo que peleamos no será fácil. Pero tampoco lo era terminar con la "universidad clerical" contra la que se levantaron los estudiantes cordobeses que protagonizaron la Reforma Universitaria de 1918. Seguramente poner la universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo será una lucha más ardua aún, pero estamos dispuestos a darla.

¿Cómo van responder ahora?
C.C.: La junta de la carrera ya ha rechazado el pedido de que nos auto – destituyamos. Los co – directores también hemos respondido este increíble requerimiento del decano Schuster que no tiene otro objetivo que dejar conforme a los reaccionarios de Mallimacci y Etcheverry. Quieren aprovechar este momento del año donde no hay clases para atacar a esta dirección que ha sido votada por más de 1200 compañeros. Pero el Decano y el Consejo Superior tienen que saber que si piensan avanzar con la intervención van a tener que pagar un alto costo político y enfrentar una fuerte resistencia sobre todo de los estudiantes. Ahora ante nuestro rechazo llamó a una reunión de Consejo Directivo el 17 para intentar intervenir la carrera. Nosotros hemos exigido que respetando el mandato de los estudiantes el claustro estudiantil no dé quórum. Ese día nos vamos a movilizar, a pesar de las vacaciones, con todos los compañeros que bancaron este proceso, porque este no es un ataque a mí como persona, es un ataque a un movimiento que se construyó democráticamente entre mucha gente. Los que lamentablemente no están haciendo lo necesario para enfrentar la intervención de la carrera son los compañeros del Movimiento por la Refundación de Sociales, y en particular la presidencia del Centro de Estudiantes. Por el contrario, la defensa de Sociología tenemos que convertirla en la bandera de lucha de todo el movimiento estudiantil, porque si se gana acá avanza la democratización en todas las universidades. El martes 17 vamos a movilizar y estamos coordinando con la FUBA y los centros de estudiantes para que pongan todas sus fuerzas a disposición de esta pelea. Tenemos que tomar el slogan de las fábricas ocupadas. "si nos tocan a uno, nos tocan a todos".