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Terrabusi: pelear hasta derrotar el ataque patronal

Desde que el martes 18 llegaron los 160 telegramas de despido, la lucha de los trabajadores y las trabajadoras de Terrabusi avanza sorteando obstáculos. Cuando se dicta la conciliación obligatoria, donde expresamente se ordena que todos los trabajadores vuelvan a sus puestos de trabajo, la empresa no la acata y no permite el ingreso de los despedidos.

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27 de agosto 2009

Desde que el martes 18 llegaron los 160 telegramas de despido, la lucha de los trabajadores y las trabajadoras de Terrabusi avanza sorteando obstáculos. Cuando se dicta la conciliación obligatoria, donde expresamente se ordena que todos los trabajadores vuelvan a sus puestos de trabajo, la empresa no la acata y no permite el ingreso de los despedidos. Ellos entran igualmente. El miércoles en asamblea, los trabajadores del turno noche deciden paralizar la planta y cuando salen marchan hacia la Panamericana. Un corte de ambas manos, ese jueves a la mañana, logró que el conflicto saliera a luz y se comience a conocer la verdad de lo que sucedía: la empresa quiere castigar a los trabajadores por haber luchado en julio por medidas sanitarias que la empresa negaba durante la pandemia de la gripe A.

La patronal yanqui quiere derrotar a los trabajadores y destruir su organización sindical, a la Comisión Interna y al Cuerpo de Delegados por sector.

La respuesta

A partir de ese momento los demás turnos comenzaron a parar. La amplísima mayoría de los trabajadores apoyó con firmeza a sus compañeros despedidos. Como la patronal se negaba a permitir que éstos ingresaran al comedor, los demás compañeros separaban parte de su comida y bebida para dárselos. Cuando esto sucedía un aplauso generalizado se hacía oír, y también la reprobación cuando alguno se negaba a colaborar. Las cadenas de mensajes de apoyo circulaban intensamente. Trabajadores creyentes organizaron cadenas de oración por sus compañeros despedidos. Los “líderes” (un tipo especial de trabajador que cumple tareas similares al capataz o supervisor) apretaban, pero no lograban quebrar la unidad.

La patronal perdió una gran pelea: intentó convencer de que los compañeros despedidos eran “delincuentes peligrosos” y el tiro le salió por la culata. Para todos, son compañeros injustamente despedidos. El viernes al mediodía una nueva marcha fue hacia la Panamericana con 2.000 compañeros y se hizo un importante acto sobre la ruta, que volvió a salir en todos los medios. Los trabajadores recibían el apoyo de la Comisión Interna de Pepsico, de Stani, de Donelley, de Cat, de Praxair, del Garrahan, un compañero de Zanon trajo la solidaridad de los ceramistas neuquinos. Vinieron una Madre de Plaza de Mayo, agrupaciones sindicales, y partidos políticos.

El fin de semana se sabía que iba a ser difícil. Desde las 5 de la tarde del sábado la planta queda vacía y los despedidos habían resuelto quedarse para garantizar que iban a seguir entrando y que no vaciaran la planta ni sacaran el stock. Para ello se organizó un festival donde participaron más de 1.000 personas, la mayoría trabajadores y sus familias. El festival contó con varios cantantes y duró hasta la madrugada, cuando se proyectaron videos hechos por TVPTS sobre el conflicto. El domingo al mediodía nuevamente fueron cientos de compañeros con sus familias. Los hijos de los trabajadores pintaron una bandera y unos pequeños muñecos donde escribieron mensajes de aliento a sus padres, muchos de los cuales estaban dentro de la planta, del otro lado de ese enorme portón, hasta donde fueron los chicos.

Una semana movida

Esa jornada terminó con fuerza. El domingo a las 22 hs. llegaron los trabajadores del turno noche e ingresaron otra vez. La planta se mantuvo parada. El lunes había audiencia en el Ministerio de Trabajo. Era importante porque la empresa seguía sin acatar la conciliación y se negaba a que los trabajadores entren a trabajar normalmente. Por eso fue correcta la decisión de marchar hasta el Ministerio en Capital y cortar la Avenida Callao. Apoyados nuevamente por organizaciones y comisiones internas se mantuvo un corte al que llegaron los combativos obreros de Zanon. Raúl Godoy y el nuevo Secretario General del Sindicato Ceramista Omar Villablanca viajaron especialmente desde Neuquén y saludaron a los compañeros frente al Ministerio (y al día siguiente se acercaron hasta la puerta de la fábrica).

La audiencia terminó y se informó lo que había sucedido: el Ministerio intimaba nuevamente a la empresa a acatar la conciliación desde las 6 de la mañana del martes, planteando la necesidad expresa de que se les otorguen tareas “normales y habituales” a los despedidos. Estalló una alegría contenida que fue frustrada nuevamente por otra trampa de la empresa. Cuando el martes llegan los compañeros a trabajar, la empresa les permite el ingreso, pero no pueden fichar y los mandan a un quincho alejado del resto. Ahí, dice la empresa, va a darles un curso de capacitación. Los trabajadores despedidos van y al poco tiempo se hace notoria la maniobra de encerrarlos para separarlos del resto. Los trabajadores del turno noche denuncian en un comunicado: “Terrabusi ya tiene su Guantánamo”, un lugar para aislarlos. Se empiezan a escuchar las primeras voces de protesta. Los mensajes circulan denunciando esta nueva trampa. Algunos conocían la historia del “Chevy Club”, un lugar parecido donde los despedidos de General Motors de Rosario al ser reincorporados eran “recluídos” para aislarlos, también dándoles cursos. Luego fueron echados.

Algo quedaba claro: la empresa va a querer despedir a la enorme mayoría de los compañeros cuando termine la conciliación. Otros conocen la historia de FP y de Fargo, donde la patronal acata la conciliación pero cuando ésta termina vuelven a quedar todos en la calle. Por eso este tiempo es necesario usarlo, movilizarse, juntar un gran fondo de lucha, denunciar, seguir con los cortes. Y hasta que no estén todos en sus puestos de trabajo, no largar las líneas. Basándose en el apoyo popular que se expresa notoriamente la Comisión Interna debería impulsar un fondo de lucha porque se trata de una pelea que va a ser larga y difícil. También es necesario que las asambleas y la Comisión Interna exijan contundentemente al sindicato que reconozca de forma inmediata al Cuerpo de Delegados por sector, que es indispensable para organizar la lucha. Hacía minutos se estaba festejando y había que apretar los dientes para enfrentar nuevamente a la patronal y sus maniobras. El martes, los trabajadores del turno noche discuten que esta situación es inaceptable y proponen al conjunto de los trabajadores no trabajar hasta que estén todos en sus puestos de trabajo. Una asamblea del turno mañana vota a favor de esta propuesta y lo mismo sucederá por la tarde. Los trabajadores de Terrabusi se deciden a enfrentar esta nueva trampa.

Enfrentar las trampas de la patronal

El miércoles 26 el sindicato había llamado a una marcha. Lo hace sin paro para que no puedan ir muchos trabajadores, pese al reclamo de los obreros de Terrabusi, de Stani y de PepsiCo, que reclaman cese de actividades. El mismo miércoles en el turno mañana los dirigentes del sindicato generan confusión, dicen que es necesario que los despedidos vayan al quincho, convocan a una asamblea cuando ya está por terminar el turno pero no para organizar la marcha. Un grupo de unos 150 compañeros se moviliza. Los esperan más de 100 obreros de Stani que los apoyan fuertemente. La dirección del sindicato no quiere que se expresen los miles de trabajadores de la alimentación pero los de Terra y los de Stani se juntan con un grupo de PepsiCo y exigen a viva voz, un paro general de la alimentación. El Ministerio los recibe a Daer (Sec. Gral del STIA y al compañero Bogado (Comisión Interna). Se informa después que el Ministerio vuelve a exigir que se cumpla con la conciliación y que a las 22 hs. tiene que estar la planta totalmente normalizada. Sin embargo, al llegar la empresa se sigue negando a dar tareas a los compañeros. Frente a esto los compañeros del turno noche deciden seguir con la planta paralizada.
La lucha sigue, enfrenta a una patronal brutal y necesita del apoyo de todos los trabajadores. El jueves se realizará un plenario de delegados que debería votar un paro y un verdadero plan de lucha y por la tarde se hará una nueva audiencia. Redoblemos nuestro apoyo, sigamos esta pelea hasta el triunfo de la lucha de los obreros y obreras de Terrabusi.

Prensa

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