Hace unos diez días los trabajadores de Terrabusi cortaron la Panamericana en reclamo de aumento salarial (rechazando el acuerdo firmado por el sindicato) y por la efectivización de los compañeros contratados y de agencia.

Rodolfo Daer, secretario general del Sindicato de la Alimentación, salió diciendo en la TV que esos no eran los métodos de la clase obrera, que en la fábrica estaban trabajando normalmente y ese era un grupo minoritario. Además agregó que el paro “es la medida como se expresa el movimiento obrero”. Y tuvo su respuesta.
El jueves 31/5 la empresa despidió a 60 trabajadores de agencia, argumentando que la falta de gas la obligaba a parar varias líneas. O sea que somos los trabajadores los que, al final, terminamos pagando la crisis energética.

Pero nadie se creyó el verso. Es verdad que hay menos gas, pero la empresa ya lo tenía previsto: los despidos era un claro ataque a los trabajadores por su rechazo a aceptar pasivamente el acuerdo salarial alcanzado con el sindicato y el gobierno.

Los compañeros de agencia del turno noche que no dejaban entrar decidieron no aceptar los despidos y, violando a la seguridad, saltaron los molinetes y se dirigieron a la entrada de los vestuarios. Allí estaban algunos delegados de la interna y realizaron una asamblea, donde decidieron llamar a un paro a todo el turno.

Y sucedió un hecho histórico. Poco a poco, todos los sectores de la fábrica empezaron a parar. A las 23 hs. toda la planta estaba completamente paralizada. A la entrada del turno mañana se realizó una asamblea de los dos turnos y resolvieron seguir con el paro. A la entrada del turno tarde pasó lo mismo.

El Ministerio de Trabajo llamó por teléfono a los delegados y los citó a una audiencia urgente con la empresa y el sindicato. A las 19 hs volvieron los delegados con el dictamen de conciliación obligatoria del Ministerio. Todos los compañeros adentro. Hubo un festejo impresionante de toda la planta. Saltos, gritos y llantos. Los compañeros de agencia se paraban en las tarimas y gritaban: ¡Gracias, gracias a todos ustedes! ¡Viva la unidad de los trabajadores! ¡Unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode!

Las condiciones de explotación de la década menemista, la crisis energética provocada por las privatizadas, el miserable aumento salarial dictado por el gobierno, se conjugaron y dieron como resultado una importante y categórica respuesta de los trabajadores de Terrabusi-Kraft.

Al reclamo de efectivización se agregó el de aumento salarial y el reclamo de que, si falta gas, la empresa se haga cargo de las pérdidas. Este fue el programa de lucha que se levantó implícitamente en toda la jornada.

Para tener una idea, cuando se le preguntó a uno de los obreros más viejos de la fábrica (30 años de laburo) si había vivido algo así en su vida, dijo: “si muchachos, en 1974-75 acá hubo varios paros como este, ahora hay que demostrar que estamos muy unidos”.
En Terrabusi, la recomposición del movimiento obrero, tanto social como en su conciencia, salió a la luz. Los obreros mas escépticos dicen que aunque despidan a toda la planta, cuando tomen más gente va a volver a pasar lo mismo. Y rematan “es que la juventud de ahora no se aguanta que le hagan cualquier cosa, y los viejos ya estamos muy cansados para frenarlos. Además, quedamos en minoría”.

Sencilla explicación de la dialéctica interna del proceso de recomposición en el proletariado industrial.

Ahora, esa enorme conquista que significaron las asambleas fuera de fábrica, deben seguir dirigiendo nuestros nuevos pasos. Ya hay varios jóvenes trabajadores que dirigen las discusiones en los sectores. Aún la Comisión Interna debe profundizar este camino. Todos esperan al Turno noche, que marcó hasta aquí, los primeros pasos.

Gerardo Campos, corresponsal de Terrabusi