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Terrabusi: los jóvenes precarizados muestran el camino

La lucha de las obreras y obreros de Terrabusi es un ejemplo de unidad entre efectivos y contratados. Como en casi todas las fábricas de la alimentación, la mayoría de los puestos de trabajo están precarizados; bajo agencia y/o tercerizados.

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29 de mayo 2008

La lucha de las obreras y obreros de Terrabusi es un ejemplo de unidad entre efectivos y contratados. Como en casi todas las fábricas de la alimentación, la mayoría de los puestos de trabajo están precarizados; bajo agencia y/o tercerizados. Rodolfo Daer, secretario del sindicato, realizó el trabajo en los ’90 y entregó derechos y conquistas. A partir de la devaluación, crecieron las exportaciones y el trabajo. En Terrabusi, esto se multiplicó. Una de las claves entonces fue combinar los reclamos salariales con la efectivización de los compañeros contratados y de agencia. En Terrabusi, tras los pasos dados, somos unos 3.000 trabajadores (500 contratados).

“La juventud no aguanta que le hagan cualquier cosa”

Con todo, en el 2005, la empresa norteamericana (Kraft) respondía echando gente; aunque eso le daba a los nuevos mayor predisposición para luchar para no ser despedidos y pelear por ser efectivos. Por esos días además la pelea de los telefónicos y subte mostró un ejemplo destacado de unidad y lucha de efectivos y contratados. La patronal también tomó nota, y volvió a echar a decenas. Los obreros viejos (escépticos algunos de ellos) decían: “aunque despidan a toda la planta, va a volver a pasar lo mismo; la juventud de ahora no se aguanta que le hagan cualquier cosa, y nosotros ya estamos muy cansados para frenarlos. Además, somos minoría”.

Saltando molinetes

Después de un tiempo, en el 2007, hará cosa de un año (en mayo también), la empresa despidió a 60 trabajadores de agencia, argumentando que la falta de gas obligaba a parar varias líneas, pero nadie le creyó el verso. Los compañeros de agencia bloquearon la entrada, no aceptaron los despidos, saltaron los molinetes y se dirigieron a los vestuarios. Allí estaban algunos miembros de la Comisión Interna y realizaron una asamblea, y decidieron llamar a un paro. La mayoría eran jóvenes de entre 22 / 25 años; el 50% de la fábrica.

Las asambleas, adentro y afuera

Hubo idas y vueltas, y (como suele pasar), golpes y derrotas. Pero los compañeros saltaron los molinetes y comenzaron a organizarse; afuera (y en silencio por dentro). También en el 2007, ante otro ataque, cortamos la Panamericana. Más del 60% eran jóvenes contratados. Se paró la planta. Casi todos los obreros viejos reconocen que la juventud le cambió la cara a la fábrica y les dio actitud ante la empresa. Las asambleas se extendieron dentro y fuera de la fábrica. Las asambleas (son) se vuelven clave. La democracia obrera junta obreros efectivos y contratados; jóvenes y viejos; la fuerza y la experiencia se complementan, y la cosa se potencia.

Cuerpo de delegados por sección

Semanas atrás los obreros de Terrabusi eligieron un Cuerpo de Delegados por sección, recuperando una de las más sólidas tradiciones de organización de la clase obrera argentina. “Con el Cuerpo de Delegados por sección vamos a poder avanzar en tiempo y forma con los reclamos -relata uno de los jóvenes elegidos-; y enfrentar mejor la velocidad de las máquinas, las enfermedades laborales (que sufren mucho las chicas), el maltrato”. Más del 40% de los delegados son aquellos jóvenes que saltaron los molinetes. Y, como corresponde a las luchas obreras, los trabajadores de Terrabusi están en plena pelea por su reconocimiento, que tanto el Estado como la burocracia sindical se niegan a darle. La tarea que aun no lleva adelante el Cuerpo de Delegados, y debemos avanzar, es unificar los reclamos y llevar mandatos por sector. La mayoría de los de agencia, un 20% del personal, están en las líneas, y se suman hoy al quite de colaboración de extras. Y así como pedimos el 50% de aumento salarial, debemos pedir el 50% de reducción de los ritmos de trabajo, que se lleva la vida de las mujeres con tendinitis y problemas de caderas y extremidades. Para volver a superar la cosa, tenemos la idea de unir las luchas junto a las internas antiburocráticas de la alimentación y otras fábricas de la zona. Extender la lucha, las asambleas y seguir saltando molinetes; al fin de cuenta –lo sabemos- de eso se trata la vida obrera: de ir superando obstáculos y volteando burócratas.

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