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DEBATES

DEBATE CON LA IZQUIERDA INDEPENDIENTE

Teoría y práctica del “socialismo desde abajo”

La COMPA es un colectivo o alianza de agrupaciones que, hegemonizada por el Frente Popular Darío Santillán y La Mella, se autodenomina izquierda independiente o “nueva izquierda”.

Facundo Aguirre

17 de mayo 2012

La COMPA es un colectivo o alianza de agrupaciones que, hegemonizada por el Frente Popular Darío Santillán y La Mella, se autodenomina izquierda independiente o “nueva izquierda”. Aldo Casas intenta explicar la concepción político-ideológica del FPDS en Los desafíos de la transición. Socialismo desde abajo y poder popular (El Colectivo, 2011). Allí sostiene que “es preciso que una nueva izquierda independizada de moldes partidocráticos se atreva a desarrollar un pensamiento crítico” ya que, contra lo que él entiende como la concepción de la izquierda revolucionaria organizada en partido, “el socialismo solamente puede ser realizado a través de la autoemancipación de las masas activas en movimiento”. Por eso, dice, hay que construir una organización que en lugar de “sustituir o imponer directivas desde afuera del movimiento real, sea parte del mismo y como tal se construya”. Casas cita un documento interno para definir que “el FPDS se construye desde una definición movimientista en lo ideológico. Esto significa que se construye desde definiciones básicas como el anticapitalismo, el antiimperialismo y su apuesta al socialismo”.

Estado en disputa

Para Casas “el ‘socialismo desde abajo’ debe ser impulsado con plena autonomía de las llamadas políticas de Estado. Incluso si los gobiernos de algunos de estos Estados, como ocurre con el caso de los que conforman el ALBA, aportan a la conformación de una plataforma regional progresiva en la medida que pone barreras a las pretensiones imperiales del Norte”. Pero ya su definición de estos gobiernos -Chávez, Correa y Evo Morales- presenta una trampa argumental que liquida la pretendida autonomía de los movimientos sociales frente a las políticas de Estado. Apoyar a un gobierno burgués, por más progresivo que se lo considere, es apoyar la supervivencia de los Estados burgueses semicoloniales de Nuestra América.

La “izquierda independiente” rompe con la crítica marxista al carácter clasista del Estado, donde en la moderna sociedad burguesa el Estado es el órgano de dominación de la clase capitalista sobre los trabajadores y el pueblo pobre, y abona la idea de que “el Estado es un proceso relacional: un proceso activo, dinámico, fluido que se teje en interacciones recíprocas (…) y en cuya configuración participan también las clases subalternas”. Es la idea del Estado en disputa entre las fuerzas reaccionarias de la burguesía y gobiernos que expresarían a los movimientos sociales que los apoyan. Para esta pelea los compañeros proponen organizar “poder popular”.

Pero los gobiernos del ALBA se apoyan en el control de las FF.AA. burguesas y regimentando a las organizaciones obreras, campesinas y populares para mantener el dominio de la burguesía (aunque tengan que enfrentarla relativamente). Chávez dice impulsar el socialismo del siglo XXI, pero lo hace para recubrir la dominación burguesa-terrateniente, no para derrotar al capitalismo y el imperialismo.

Históricamente a estos gobiernos los encarnaron movimientos nacionalistas burgueses. Como el peronismo, que en 1955 fue incapaz de imponer una barrera al imperialismo y maniató a los trabajadores para enfrentarlo; o, peor aún, utilizó a las Tres A en los ‘70 para golpear a la vanguardia obrera y juvenil que se levantaba contra la burguesía y el imperialismo, y allanó el camino del golpe genocida y la imposición de las pretensiones imperialistas. Quienes creyeron posible condicionar a las direcciones burguesas de los movimientos nacionales a partir de la combatividad del elemento plebeyo (como J. W. Cooke y el peronismo revolucionario, tradición reivindicada por muchos compañeros del FPDS) terminaron reforzando las ilusiones de las masas en liderazgos burgueses. La “nueva izquierda” se niega a aprender de la historia.

¿Apoyar a gobiernos capitalistas?

Esto no es una argucia polémica. Tanto el FPDS como La Mella hacen gala de su apoyo a estos gobiernos. La COMPA reivindicó públicamente la expropiación del 51% de YPF, calificándola de “hecho positivo” e “imprescindible para comenzar a revertir la entrega de YPF”. En marzo de 2011 el FPDS fue al acto que el kirchnerismo le organizó a Chávez en la Facultad de Periodismo de La Plata. Según el mismo autor, Chávez apoyó a criminales como Gadhafi, disfraza de revolucionario al régimen iraní y entrega militantes de las FARC al gobierno colombiano, pero ello no cambia su caracterización de ese gobierno ni obliga a los compañeros a pelear políticamente contra él. En 2010 la FUBA, a propuesta de La Mella, premió a ˜álvaro García Linera, el vicepresidente de Bolivia, quien en diciembre de ese año aplicaría un brutal aumento de precios en los combustibles. La derrota del mismo por la movilización obrera, campesina y de pueblos originarios fue bautizada como el “gazolinerazo”, en referencia al vice premiado por La Mella, el mismo que en 2011 reprimió a los pueblos originarios movilizados en defensa del TIPNIS y recientemente enfrentó al movimiento obrero organizado en la COB.

Socialismo desde abajo

El “poder popular” propuesto por la “izquierda independiente” se reduce a la organización de los explotados para presionar a los gobiernos burgueses. En lugar de contrapoderes que sean embriones de un nuevo ordenamiento político y social, integración al Estado para estimular el empoderamiento del pueblo pobre. En lugar de revolución, reforma, empujando la radicalización de los gobiernos capitalistas. En lugar de delimitación política del socialismo, confusión con el nacionalismo burgués.
Se olvidan lo dicho por el gran comunista cubano Julio Antonio Mella, quien advertía: “el peligro está en que impongan una ideología reformista y oportunista. La equivocación está en querer hacer del socialismo algo diferente a una consecuencia, a una coronación final de la lucha del proletariado contra la burguesía y contra su sistema social” (Documentos y artículos; pág 426).

Para el marxismo revolucionario, el socialismo, como autodeterminación de las masas obreras y populares en movimiento, presupone la independencia política respecto de la burguesía. Es decir ,la organización en partido, la construcción de organismos de doble poder y democracia directa y la lucha contra el Estado capitalista para imponer el gobierno de las masas autodeterminadas.

Por eso el PTS impulsa al sindicalismo de base organizado y, dentro de él, una política clasista. Desde la COMPA, en cambio, apuestan a la alianza con sectores de la burocracia michelista de la CTA, como en Neumáticos, o al apoyo a los dirigentes filo-k del Subte.

Por eso en el movimiento estudiantil la Juventud del PTS impulsa la independencia política, rechazando las componendas con sectores propatronales, mientras La Mella se alía a fuerzas filo sojeras como el PCR o Libres del Sur.

Hablan de “socialismo desde abajo” y “autodeterminación” pero apoyan el estatismo burgués y la idea de radicalizar los movimientos políticos burgueses de base popular. Mientras, los trotskistas luchamos en la tradición de Mella y Mariátegui, por organizar un partido obrero revolucionario que impulse la independencia política de los trabajadores y la alianza de los explotados, por una revolución social que imponga el poder de los consejos obreros y el pueblo pobre.

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