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10 de noviembre 2005

Este fue el año del resurgir de la clase trabajadora

Incluso en medio de las campañas electorales persistieron los conflictos obreros por el salario y las condiciones de trabajo, y siguió extendiéndose el surgimiento de nuevos activistas y delegados antiburocráticos que ya existen en, prácticamente, todos los sindicatos. Una reciente encuesta a los gerentes de los principales 200 grupos capitalistas señala que ellos esperan para el año próximo “conflictos que alterarán la vida normal de sus empresas”. Ellos se preparan para enfrentarnos. La Verdad Obrera quiere llegar a los luchadores de esas empresas para llevarles los ejemplos de lucha y organización más avanzados del país, con las enseñanzas que dejan tanto los triunfos como las derrotas, para luchar mejor, para ganar. Ya contamos con compañeros dirigentes y protagonistas de las principales luchas de los últimos años contra la patronal y la burocracia sindical, en Zanon y en Brukman, en los Astilleros y las multinacionales automotrices, en las telefónicas y en los hospitales, en las grandes siderúrgicas, en la industria de la alimentación, en los ferroviarios, los docentes y estatales, en fábricas donde la juventud trabajadora empieza a rebelarse contra la explotación. Para que los actuales conflictos se coordinen, se generalicen y se transformen en lucha política masiva contra este gobierno garante de los intereses capitalistas; y para ayudar a que los nuevos delegados y activistas que están haciendo sus primeras experiencias en el terreno sindical sean constructores de la dirección política revolucionaria que necesitamos para triunfar contra el capitalismo. La rebelión de los jóvenes e inmigrantes de los suburbios de Francia viene a desenmascarar que el imperialismo que posaba de “democrático” en relación a la guerra de Irak es tan colonialista como los EE.UU. de Bush, ambos expresiones del decadente capitalismo.

Desde La Verdad Obrera le declaramos la guerra a las ideas con que la clase dominante maniata ideológicamente a los trabajadores

Una de ellas es el sindicalismo: “los trabajadores no deben hacer política”, dicen, salvo votar cada cuatro años. Ni bien una lucha desafía “cuestiones de Estado” (como la lucha del Garrahan cuestiona el límite salarial a los estatales impuesto en base a las necesidades del FMI), ministros y periodistas del capital atacan a los trabajadores de “terroristas”. Pretenden limitar a la única clase productora, creativa de riquezas, a la puja por la distribución de las migajas del festín de ganancias de los capitalistas. Esta idea de la clase dominante, el sindicalismo, es complementaria con la de que la política no es una cuestión a ser tomada por las masas en acción sino por los líderes infalibles, llámese Kirchner o (si este es visto como muy subordinado a los mandos imperialistas) Chávez, que tiene un discurso anti-norteamericano. En las páginas de La Verdad Obrera divulgaremos incansablemente que la única clase portadora de nuevas relaciones sociales, libres de explotación y opresión, es la clase trabajadora si se independiza de la clase dominante; y por ello impulsamos la autoorganización de masas (cuerpos de delegados, comités de empresas, interfacultades, coordinadoras, consejos obreros), para desatar las energías revolucionarias de las masas, destruir el Estado de los capitalistas, expropiar a los expropiadores y poner en pie un Estado de los trabajadores basado en esos organismos de autodeterminación hacia una sociedad socialista, sin explotadores ni explotados.

La izquierda no es toda igual

En este número, el PTS difunde públicamente nuestro objetivo de la construcción de un partido marxista revolucionario y ponemos ese documento a discusión de nuestros lectores, como lo hicimos con nuestro Manifiesto Programático. Llamamos a nuestros lectores a hacer críticas y enviar cartas a nuestra redacción. Queremos abrir especialmente un debate en el seno de la militancia y los simpatizantes de la izquierda que, si tomamos como parámetro los votos en las últimas elecciones a las distintas fórmulas de la izquierda partidaria, superan el medio millón de compañeros. La Verdad Obrera será, también, una tribuna de polémica entre los militantes de la izquierda que quieran aunar esfuerzos por construir un partido revolucionario abriendo una sección especial para que se expresen compañeros que provengan de otras corrientes y quieran debatir fraternalmente

Por todo esto le pedimos el aporte y la suscripción a La Verdad Obrera.


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