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Venezuela

Superpoderes para Chávez

8 de febrero 2007

Chávez ha anunciado los “cinco motores constituyentes” para su nuevo mandato 2007-2013 entre los que se destacan: una nueva Ley Habilitante, la reforma de la Constitución y la llamada explosión del poder comunal. La nueva Ley Habilitante, que le otorga plenos poderes para legislar por decretos durante un año y medio en once áreas distintas, fue promulgada de inmediato por la Asamblea Nacional, y 50 ó 60 leyes serán decretadas solamente en la primera fase. Publicamos una síntesis de la editorial del último número de En Clave Obrera, periódico de la Juventud de Izquierda Revolucionaria de Venezuela, integrante de la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional.
Esta nueva ley concentra en Chávez todas las decisiones de Estado en sus diversos ámbitos, tanto para legislar como ejecutar. Esto nada tiene que ver con la llamada “explosión del poder comunal” que anuncia. Si ya antes existía una total exclusión de “los de abajo” en la marcha real de los asuntos del país, hoy esto se refuerza aún más, y peor aún cuando el llamado “poder comunal” estará sometido a una “comisión presidencial” bajo la orden del Vicepresidente del país.
Con estos nuevos mecanismos Chávez busca el control del movimiento de masas, a quienes se les niega cualquier poder de decisión en las cuestiones políticas centrales del gobierno. Con la nueva Ley Habilitante se refuerza y confirma, estando esto ligado a la creación del PSUV1, el objetivo de controlar cualquier atisbo de independencia de clase. Lo que busca Chávez es lo que los marxistas llamamos una mayor bonapartización del régimen y del gobierno, intentando “elevarse” por encima de las clases y arbitrar las disputas entre ellas, para atenuar y prevenir las profundas contradicciones entre los explotados y la clase económicamente dominante. Y como ya sabemos, en esto siempre pierden los trabajadores y el pueblo pobre.
Acompaña esta movida política la reforma de la Constitución y la tan mentada “reelección indefinida” del presidente de la República. Chávez nos habla del “poder constituyente” pero no está dispuesto a abrir un “proceso constituyente” revolucionario, y lanza una reforma constitucional por “arriba”, alegando un cierto “poder originario” que le dieron las elecciones. ¿Dónde está entonces el llamado “poder popular” y la “explosión del poder comunal”? En las manos de Chávez y de los que lo rodean pero no realmente en los explotados y pobres del país, que son los que producen todo.
Como todos estos años lo han demostrado, la clave es que los trabajadores solamente debemos confiar en nuestras propias fuerzas y las formas de organización y lucha que vayamos construyendo. La verdadera “explosión del poder comunal” sólo puede venir del surgimiento de organismos de autodeterminación de los trabajadores. En esta perspectiva, es necesaria la acción de un partido revolucionario que pelee por una estrategia política y un programa claramente revolucionario que tenga como objetivo estratégico la lucha por un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre, tarea planteada hoy más que nunca en Venezuela.

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1 Partido Socialista Unido de Venezuela, organización política impulsada por Chávez en la que pretende unir a los sectores obreros, campesinos y populares que lo apoyan, así como los militares, profesionales y empresarios “nacionalistas”. Ver “PSUV, un partido de conciliación de clases” por Mario López, disponible en www.jir.org.ve

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“Nacionalizaciones” a la medida de los empresarios

La amplia mayoría de los trabajadores y trabajadoras y el pueblo ha visto con gran simpatía el anuncio de las “nacionalizaciones”. No es para menos si durante años han visto que una buena parte de las riquezas del país fueron entregadas a las corporaciones privadas extranjeras y nacionales. Pero no nos llamemos a engaño: Chávez deja afuera empresas claves; les pagará a aquellos que recibieron estas empresas de regalo de los gobiernos entreguistas y que durante más de una década saquearon la nación; y llamará “socias” a las trasnacionales en el negocio del Estado como el petrolero. La primera medida hubiera sido la confiscación lisa y llana sin pago y bajo control de los trabajadores y los usuarios de todas las empresas privatizadas, en el camino de expropiar sin indemnización a todas las grandes empresas, la banca y las industrias estratégicas como el petróleo y el gas. Los discursos sobre “la nueva etapa hacia el socialismo del siglo XXI”, que el pueblo ha visto con simpatía, significan que en Venezuela se respetará el “derecho” de los empresarios a continuar viviendo del trabajo, sudor y sangre de los trabajadores y el pueblo pobre. Extraña revolución es esta donde los explotadores de siempre continúan con sus negocios e incluso han prosperado en sus ganancias.

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