En estos días, en la línea B tuvimos que salir a plantearle a la empresa que sus diagramas no van más, que tienen que reforzar sí o sí el plantel de trabajadores y la frecuencia de los servicios. Porque la empresa cada día invierte menos y se despreocupa de los padecimientos de los trabajadores y los usuarios, que cada día son más, y viajan en peores condiciones.

Arrancamos el lunes un quite de colaboración y la amenaza de parar la línea. Para el martes habíamos conseguido el compromiso de la empresa de incorporar un nuevo servicio, cuatro puestos nuevos (dos guardas y dos conductores) y continuar discutiendo mejoras.

Esto se suma al paro de la H de la semana pasada, a la apertura de molinetes de los compañeros de la C del mismo día, y al quite de colaboración que vienen llevando adelante los compañeros de los talleres Rancagua y San José.

También nos movilizamos hoy a la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, donde un centenar de compañeros cortamos durante unas horas la calle Viamonte. Allí fuimos a rechazar un nuevo intento de criminalizar las acciones sindicales.

El acta de la coima millonaria para una escuela de carneros

Mientras estamos llevando estas peleas adelante, llegó a nuestras manos un acta escandalosa. La misma Metrovías que nos niega los ascensos, que no arregla los coches ni las instalaciones, que no cubre los faltantes de personal aduciendo falta de recursos, firmó con la UTA un programa de formación cuyo costo “deberá ser el equivalente, como mínimo, al valor de cinco millones de pasajes del sistema subterráneo y estará a cargo de Metrovias” .

Increíble. Los trabajadores necesitaríamos unos 20 millones por año para garantizarnos una jubilación con el 82% móvil. O con ese dinero pueden pagarse los sueldos de más de 300 nuevos trabajadores. Con menos que eso se pueden reparar las instalaciones defectuosas o renovar y ampliar los trenes de todas las líneas.

Pero no, Metrovías y el gobierno han decidido premiar a la patota de los que nunca trabajan con una millonada para que den cursos de “formación y desarrollo profesional”. Los que sólo han servido para formar carneros y patoteros, ahora van a contar con millones con los que buscarán ampliar su plantilla.

Un plan de lucha que concluya lo que dejamos sin terminar el año pasado.
Se acerca el momento de retomar el plan de lucha. Cada vez está más claro para todos los compañeros que la política de Tomada y Metrovías, con el acta del año pasado y de allí en adelante, es dejarnos el lugar de los representantes de los pequeños problemas de los compañeros y garantizarle a la UTA el dominio eterno como sindicato.

Como forma de hacerlo mantienen la proscripción de nuestro sindicato, el aporte obligatorio que le dieron del 1% de todos los no afiliados y ahora los millones de la coima para “formación”.

Los enfrentamientos parciales con los que venimos enfrentando las provocaciones, tienen que dar lugar a un plan de lucha que retome los problemas de fondo y no pare hasta imponer el reconocimiento de nuestro sindicato y la apertura de las paritarias, con los verdaderos representantes de los trabajadores, discutiendo con la patronal. Este es el primer paso para encaminarnos a sacar para siempre del subte a la pandilla de la UTA.
El mismo miércoles 31, después de la concentración frente a la Cámara, un grupo importante de delegados nos reunimos en el taller de la estación Florida. De allí salió la convocatoria a un nuevo Plenario de Delegados, previa discusión con la base, para elaborar ya los primeros pasos del plan de lucha.

Nuevo intento de judicializar la lucha de los trabajadores del subte

Hoy, miércoles 31 de marzo, un grupo de delegados y activistas tuvimos que concurrir a la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional para presentar una apelación contra un nuevo intento de procesarnos por acciones sindicales que realizamos en el 2007. Como ya hemos dicho, es un proceso que en su momento estuvo parado porque el juez consideró que no había mérito para procesarnos. Pero hoy “cambia de idea” y, sin que medie novedad, pretende dar lugar a un nuevo juicio contra nosotros. Con un centenar de compañeros fuimos a demostrar que no nos vamos a quedar de brazos cruzados frente a las persecuciones de parte del Estado y los intentos de criminalizar nuestras acciones de lucha. El próximo lunes 5 de abril sabremos si la Cámara ha decidido procesarnos o no, pero ya hemos discutido que no nos van a amedrentar con procesos judiciales y vamos a luchar contra ésta y cualquier otra amenaza.