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Subte: si tocan a uno, tocan a todos

En La Verdad Obrera venimos denunciando la confabulación existente entre Metrovías-UTA-Ministerio de Trabajo para liquidar al Cuerpo de Delegados del Subterráneo. Desde la semana pasada al día de hoy, este plan siniestro ha recrudecido.

13 de septiembre 2007

En La Verdad Obrera venimos denunciando la confabulación existente entre Metrovías-UTA-Ministerio de Trabajo para liquidar al Cuerpo de Delegados del Subterráneo. Desde la semana pasada al día de hoy, este plan siniestro ha recrudecido.

“Las líneas de subterráneo funcionan con demoras a causa de un conflicto gremial. Disculpe las molestias ocasionadas”. Anuncian cínicamente los altoparlantes.

Metrovías llama “conflicto gremial” a las reiteradas denuncias que los trabajadores venimos realizando ante los organismos de control sobre la falta de inversión, el mal servicio y el estado calamitoso de trenes, vías y túneles. “Conflicto gremial” significa también nuestro pecado de negarnos a ser cómplices de un nuevo Cromañón bajo tierra, y en consecuencia no poner a funcionar aquellos trenes que no cuentan con el mantenimiento adecuado.

En este país hecho al molde de los grandes empresarios y las privatizadas, resulta que las víctimas de la desidia patronal se convierten en victimarios.

Cuando el miércoles 5 cerrábamos la edición anterior de este semanario, nos enterábamos por las agencias de noticias que Metrovías presentaba denuncias penales contra 5 delegados (Néstor Segovia, Claudio Dellecarbonara, Carlos Pérez, Carlos Taborda y Ariel Rocchetti) bajo la falsa acusación de sabotaje y vandalismo. De aquí en más, los ataques contra el cuerpo de delegados y los trabajadores del subte fueron de una magnitud inusitada.

El jueves 6 la empresa montaba una provocación acusándome de agredir físicamente a una “colaboradora” de la empresa. Una maniobra infame, porque el hecho fue el contrario y realizado ante la presencia de testigos que pueden probar la veracidad de esta afirmación.

El viernes 7 Metrovías publicaba en el diario La Razón (repartido gratuitamente en el subte) una solicitada de toda una página bajo el título “Los pasajeros vuelven a ser rehenes del vandalismo gremial”.
El sábado 8 la UTA enviaba telegramas a los delegados avisando que somos pasibles de sanciones.

El domingo 9 fue día de descanso. Sin embargo, la próxima jugada ya está digitada.

Ahora la empresa está dispuesta a invertir... pero no en mantenimiento de trenes, sino en una costosa campaña publicitaria para seguir calumniando al cuerpo de delegados.

El lunes 10 los andenes y pasillos de todas las estaciones fueron empapelados con una prolija gigantografía reproduciendo la solicitada del viernes 7. Se insiste en culpar de sabotaje a “un reducido grupo de delegados”. El objetivo está clarísimo: apostar a la división de la organización obrera, intentando aislar al sector de delegados más directamente atacado, sacárselos de encima para luego avanzar sobre el resto.

El martes 11, el texto de la misma gigantografia aparece, a modo de solicitada, en todos los principales matutinos de la Capital. La escalada ha llegado a su punto máximo. El delegado Segovia recibe un telegrama de la empresa donde se le avisa que una vez desaforado, será despedido. Esa misma tarde, Noemí Rial, Viceministra de Trabajo (cartera dirigida por el muy amigo de la UTA, Carlos Tomada), sumándose a la campaña de Metrovías salió a desmentir a los delegados asegurando “que las formaciones están en perfectas condiciones técnicas y que el mantenimiento se está realizando según las normas”. En misma sintonía anunció que Trabajo unirá acciones con los Ministerios de Justicia e Interior “en pos de lograr el fin de los sabotajes y garantizar seguridad de los pasajeros”.

Una ministra desmemoriada y un gobierno cómplice

El gobierno no sólo almuerza con empresarios sino que además habla su mismo idioma. Para ellos los trabajadores no son otra cosa que vándalos y saboteadores... ¿Se ha olvidado la viceministra de las innumerables denuncias que los trabajadores del subte realizaron en la CNRT o las que fueron llevadas adelante por los medios de prensa?
Cabe preguntarse también, si bajo el mismo mote de saboteadores serán sindicados todos aquellos que en algún momento elevaron demandas similares. Este fue el caso del abogado Ricardo Monner Sans, que denunció que la Secretaría de Transporte “ha alentado la ‘cartelización’ de la actividad ferroviaria y la existencia de ‘sobreprecios’, consentidos por el organismo a cargo de Jaime y la CNRT”. O las denuncias hechas por el legislador porteño del ARI, Facundo Di Filippo cuando destacó “las graves irregularidades en las condiciones de mantenimiento que ponen en serio riesgo la seguridad de los pasajeros y de los trabajadores del subterráneo, además de un grave perjuicio económico a la Ciudad por el deterioro del material rodante que es de su propiedad”.

El gobierno de Kirchner sigue llenando de favores al grupo Roggio y nada le importa la vida y seguridad de usuarios y trabajadores. Él será cómplice y responsable si alguna tragedia sucede.

Si tocan a uno, tocan a todos

El plan de Metrovías-UTA-Ministerio de Trabajo tiene un fin preciso: se propone descabezar al cuerpo de delegados para luego avanzar sobre las conquistas que los trabajadores del subte conseguimos con la lucha. Las 6 horas para todo el personal, los aumentos salariales, el convenio, deben ser suprimidos. Esta es la perspectiva estratégica de la empresa para mantener su alta cuota de ganancia. Por otra parte, buscan liquidar todo vestigio de las nuevas expresiones de lucha y organización surgidas después de 2001, cortar su experiencia y asegurarse que ésta no se profundice ante una eventual situación de ataques generalizados. Para ello, apuestan a que la dirigencia de la UTA recupere el espacio perdido, llenándola de favores y avalando a sus matones y rentados que recorren las líneas para intimidar a los trabajadores y sembrar intrigas y confusión.

La ofensiva se ha puesto a rodar y ya no queda tiempo que perder.
Es necesario profundizar una gran campaña política, pública, denunciando las condiciones laborales y la falta de mantenimiento en el servicio. Buscar el apoyo de los usuarios y hacerles ver que Metrovías ataca a los trabajadores por decir la verdad.

Organizar comités de usuarios en facultades, lugares de trabajo y barrios para contrarrestar la campaña mediática a favor de la patronal. Asimismo, buscar el apoyo de personalidades de los Derechos Humanos, políticas, culturales, partidos políticos, etc., para organizar festivales, conferencias de prensas y otras acciones de solidaridad con a los trabajadores.

Propagandizar que no hay forma de contar con un servicio eficiente y seguro si no se le saca la concesión a los Roggio y si no se estatiza el subte bajo control de los trabajadores y comités de usuarios.
Metrovías quiere un conflicto abierto y está haciendo todo lo posible para forzarlo. Cobra urgencia trabajar con la más amplia democracia interna para soldar la mayor unidad posible en pos de preparar la mejor respuesta. La información debe ser patrimonio del conjunto para clarificar la situación, discutir la campaña de apoyo externa, impulsar petitorios en defensa del cuerpo de delegados y los trabajadores, planificar una lucha a la altura de las circunstancias. Asambleas por sector, y si es necesario, una asamblea general para decidir y votar las medidas a seguir.

No puede permitirse ni un solo despido de ningún compañero. Si tocan a uno, tocan a todos.

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