Después de casi un año de pulseada entre el gobierno nacional y el de la Ciudad, intentando lavarse las manos de las responsabilidades compartidas por el pésimo servicio y mientras ambos fueron cómplices de la patronal parásita de los Roggio, Macri anunció que se hará cargo del Subte.

El gobierno nacional, responsable de la concesión y amigo de la patronal de Metrovías, a quien premió con la concesión del Sarmiento y del Mitre, el mismo que nos negó la inscripción gremial durante años, se salió con la suya como parte del ajuste conocido como ‘sintonía fina’.

El cálculo electoral y la presión del gobierno nacional y aliados, dio sus frutos. Macri concretaría el traspaso el 1° de enero, previa votación en la Legislatura, donde definirán quién pagará los millonarios subsidios de Metrovías, lo que podría llevar a otro aumento de tarifas y/o hasta la creación de nuevos impuestos para que sea el pueblo de la Ciudad el que pague los beneficios de la empresa concesionaria.

Aunque seguirán los tironeos por los fondos, es un secreto a voces, que el Subte fue parte de la negociación entre el PRO y los K en la Legislatura. Más allá de los enfrentamientos por TV, las leyes votadas en común por las bancadas kichneristas y el PRO (donde se repartieron un paquete de negocios multimillonarios en beneficio de los pulpos inmobiliarios) y el quórum del macrismo en Diputados para votar la menemista ley de ART demuestran una profunda “solidaridad de clase” entre ambas administraciones.

Los trabajadores del Subte, a diferencia de la mayoría de la Comisión Directiva que festeja el traspaso, sabemos que nada bueno podemos esperar del derechista de Macri, responsable junto al gobierno nacional de mantenerle los negocios a la patronal, en detrimento de la calidad del servicio que afecta a los trabajadores y millones de usuarios. Cada vez que pudo, atacó a nuestro sindicato y elogió a la UTA, nos dictó una multa millonaria y exigió nuestro procesamiento cuando salimos a defender nuestras demandas. Recordemos que su “estreno” después del Acta-acuerdo con el gobierno fue un tarifazo del 127%.

Ante esta situación, es necesario fortalecer la organización democrática de los trabajadores. Realizar asambleas en las líneas para retomar la iniciativa por nuestros reclamos salariales y condiciones laborales, así como la personería gremial de nuestro sindicato. El paro del 20 de noviembre, pese a los límites que le impone su dirección, es una oportunidad para hacer sentir nuestros reclamos y los de la mayoría de los trabajadores. Rechazamos todo ataque a nuestra organización gremial, todo aumento de tarifas contra los usuarios o impuestos al pueblo. Las inversiones para un buen servicio no deben salir del bolsillo del pueblo trabajador, sino de los grandes empresarios, banqueros y terratenientes.

Retomar una posición independiente de todo bando patronal

Desde nuestra agrupación, siempre sostuvimos que en esta disputa entre capitalistas, el gobierno K y el macrismo, es necesario tener una política independiente como condición para alcanzar nuestras demandas y mantener las conquistas. A ninguno de ellos le interesa el estado del Subte en el que trabajamos y viajamos millones de usuarios de los cuales el 73% son trabajadores y otro 10% estudiantes. Por eso hay que fortalecer nuestra organización y hacer una gran campaña, además de medidas de fuerza, por nuestras reivindicaciones, pero también por las de los usuarios, buscando el apoyo de organizaciones obreras, estudiantiles y populares para convertir la causa del Subte, y el “Fuera Roggio!” en una causa de todo el pueblo. Nuestra perspectiva es la reestatización bajo gestión de los trabajadores y el control de comités de usuarios como la única solución racional, con impuestos extraordinarios a los banqueros y las grandes patronales, recursos imprescindibles para garantizarle al pueblo trabajador una red de transportes eficiente, cómoda y segura.
Lamentablemente, el alineamiento de la mayoría de la Comisión Directiva de nuestro sindicato en el bando kirchnerista, los lleva a festejar en nombre de los trabajadores del Subte, el traspaso a la órbita de Macri, como si éste fuera garantía de la mejora del servicio y de nuestras condiciones laborales. ¿Qué ganamos los trabajadores en esta disputa? ¿Vamos a estar mejor con la misma patronal y con un derechista como Macri que quiere poner “orden” y ataca a nuestra organización? Ser funcionales al gobierno nacional lleva a la disparatada idea de que los trabajadores conseguimos lo que queríamos… Es necesario cambiar el curso antes de seguir perdiendo nuestras conquistas.