El 28 de septiembre falleció nuestro compañero Sergio Reyes, trabajador del taller Rancagua. En uno de los tantos mal señalizados y precarios cruces de vías, lo atropelló una formación. Sergio tenía 40 años, cuatro hijos y menos de una semana de trabajo.

La empresa Metrovías, que debería garantizar la seguridad y la integridad de los trabajadores y usuarios, salió a responsabilizar a Sergio de su propia muerte, una actitud igual a la que mostro después del fallecimiento de los compañeros en los talleres de Constitución, Congreso de Tucumán y en estación Los Incas.

Metrovías y el gobierno de Macri, que nos acusan de “vagos” cuando denunciamos las falencias de seguridad, la ausencia de mecanismos de protección, la desinversión y la falta de mantenimiento, hoy se lavan las manos acusando a un trabajador recién ingresado un “descuido”. Son los mismos que nos presionan a trabajar de cualquier manera, en condiciones muchas veces precarias y riesgosas para nosotros y los usuarios, demostrando una vez más su cinismo atroz y criminal.

La muerte de Sergio es responsabilidad de empresarios inescrupulosos a los que no les importa la vida de los trabajadores. Son amparados por el gobierno de la Ciudad que también aplica políticas de tercerización y precariedad en el subte. Los compañeros nuevos como Sergio no reciben la menor capacitación y paralelamente se incorporan trabajadores tercerizados, sin conocimientos ni medidas de seguridad alguna. También realizan aprietes, como el despido encubierto de dos compañeros recientemente ingresados por acercarse a los delegados de nuestro sindicato.

Con una campaña mediática enorme contra los trabajadores pretenden estigmatizarnos y responsabilizarnos del mal servicio para esconder las verdaderas razones de la crisis del transporte. Años de negociados y robo por parte de Metrovías (apañada por todos los gobiernos desde el ‘94) no se pueden resolver restando trenes y servicios, inaugurando estaciones inseguras y colgando globos de colores.

Hace falta una respuesta contundente
En el plenario de delegados del 2 de octubre planteamos la necesidad de lanzar en forma inmediata una campaña contra estos ataques y sus consecuencias. Propusimos sacar un afiche repudiando las muertes obreras en el subte, organizar aperturas de molinetes y una conferencia de prensa, denunciando las mentiras y ataques en nuestra contra. Una campaña que repudie la encuesta que encargó el gobierno donde busca apoyo para medidas disciplinarias contra las huelgas, pretendiendo barrer con derechos elementales (ver recuadro). Lamentablemente, si bien todos vemos el problema, la respuesta de la Comisión Directiva del sindicato todavía es tibia. Seguiremos insistiendo en la necesidad de poner en pie esta gran campaña para revertir los ataques y soldar los lazos solidarios con los usuarios.

Los trabajadores del subte hemos sido siempre objeto de la “desinformación” y manipulación de los medios contra nuestra lucha por mejores condiciones de trabajo y contra la precarización e inseguridad, y el Gobierno de la Ciudad hoy profundizó este accionar. La campaña para desprestigiar nuestra lucha y organización se multiplicó y llegó el momento de multiplicar la respuesta para detenerla. Debemos frenar las graves consecuencias que ésta nos trae en términos de salud y vidas de compañeros.