Por Hugo Echeverre

El Cuerpo de Delegados por Sector es una de las formas clásicas de organización de la clase obrera argentina; una de las representaciones más democráticas y potentes; capaz de enfrentar las maniobras de la burocracia sindical y poner límites al despotismo del capital.

Uno de sus delegados, expresa ante LVO subiendo al micro: “somos la expresión de un profundo malestar de los trabajadores; el despertar de una rebeldía”. 44 trabajadores componen el cuerpo de delegados por sección, el día de su elección se presentaron mas de 150. La patronal y el sindicato no los reconocen, los obreros sí, cada día más -comenta otro delegado-.

En el último reclamo salarial, el sindicato planteó un 18% de aumento. Nos juntamos con la C.I. y conseguimos un 40%. Esto sin el Cuerpo de Delegados no lo hubiésemos logrado”.

“Se creen los dueños de la Argentina”

Por eso (y es cada vez más sentido), los trabajadores tienen en claro que la patronal yanqui viene por el Cuerpo de Delegados por Sector (C.D.S.); destruirlo es una de las prioridades de esta “gente que se creen los dueños de la Argentina”, como comentan en el viaje al Ministerio de Trabajo, tras sufrir una vez más las violaciones judiciales de la empresa y la represión a la madrugada.

“Somos concientes de esta lucha y cuál es la gravedad -expresa, otro de los delegados en pleno viaje-: si la patronal triunfa, adentro va a ser un desastre. La situación es una cagada tanto para los despedidos, como para los que no... Imaginate: ¿en qué condiciones se va a trabajar?”.

“Si perdemos van a poder echar a 500 o 600 como si nada”

Al oír el comentario, otro de los delegados despedidos, se acerca y comenta que los aprietes empezaron hace “unos 8 meses, cuando cambiaron la comisión directiva y trajeron nuevos jefes. Algunos vienen del Grupo Clarin, donde echaron a toda la C.I., y de otras fábricas, como Unilever, donde no hay comedor y dan 15 minutos para tomar un mate cocido. Ellos quieren implantar eso; sacarnos el comedor (donde acaban de poner una campana). Lo mismo con la guardería de las compañeras; algo que viene junto con la imposición de dos turnos de 12 hs. Nos quieren pasar por arriba; y poder echar a 500 ó 600 compañeros como si nada”.

“Trabajamos junto a los compañeros y sabemos lo que ocurre en cada sector”

“Este Cuerpo de Delegados -retoma-, se votó en Asamblea y surgió como una necesidad para organizarnos frente a las formas esclavistas de Terrabusi. Acá éramos una C.I. de 11 compañeros, y más de 2700 trabajadores en un predio de 30 hectáreas. Es imposible cubrir los tres turnos. Ante esto surgió la necesidad de tener delegados por sector, trabajando y que conozcan lo que ocurre en cada lugar de trabajo. Lo votamos en el 2008 e hicimos las presentaciones pero no lo reconocen. Igual empezamos a funcionar como delegados de hecho; juntando los reclamos, controlando los ritmos y parando junto a la C.I. los atropellos de los lideres”.

“No es posible que la patronal haga lo que quiera con la formas de trabajo”

“Nuestra función –vuelve-, es elevar todos los reclamos de los compañeros; para trabajar normalmente, como corresponde. Le avisamos a los líderes y hablamos con los supervisores. No dan mucha bolilla, lo cual nos obligaba a tener que mover al sindicato. Otros nos provocaban y se burlaban. Esto movía a los compañeros que, al darse cuenta, respondían parando la línea. No es posible que la patronal pretenda hacer lo que quiera con las formas de trabajo”.

“En la mayoría de las líneas -toma la palabra, otro de los despedidos- hay entre cuatro y cinco delegados. Acá funcionamos por turno (que son tres), en 8 y 10 líneas de producción. Y tenemos que convivir con 10 congresales de Daer por turno, pagados por el sindicato que se la pasan dividiendo todo el tiempo. Por eso, si no peleamos por organizarnos, nos matan a todos. Lo único que hacen es mentir; metiendo miedo y apretando a los compañeros”.

“Si pierden (dicen los jefes) olvídense de todo lo que lograron”

Atrás, en los asientos dobles, uno de los delegados de la Comisión Interna, a poco de llegar a Capital y que acompaña con entusiasmo el reconocimiento del C.D.S., comenta: “los delegados por sector cambiaron la situación que se vive en las líneas y tienen la fuerza de la base. Algo difícil de aceptar para una patronal acostumbrada a avasallar los derechos de los obreros”. Lo mismo también de digerir para un gobierno que sostiene su “modelo productivo, nacional y popular” en base a la continuidad de la flexibilización laboral de los ’90, el trabajo precarizado y millones de trabajadores en negro.

Buenos Aires nos recibe. En Terrabusi, recuerda, “unos 150 obreros y obreras se rompieron trabajando, y están obligados a realizar tareas livianas; mientras que en diciembre, despidieron a 300 contratados, y los ritmos y niveles de producción siguieron creciendo”. La presión crece y las cámaras se multiplican junto a vigilantes y cuerpos de policías. Está bastante dura la cosa. Pero -intervine y cierra otro trabajador, del Cuerpo de Delegados: “vamos a seguir luchando para que se trabaje como corresponde, y proteger nuestros puestos de trabajo. Algunos de los jefes lo dicen clarito: ‘si ustedes pierden, olvídense de todo; del horario para comer y demás derechos; olvídense de todo lo que hasta ahora lograron”.