Los asesinatos de Salgueiro y Puqueña volvieron a mostrar que con este “modelo nacional y popular” los únicos que se benefician son los capitalistas, entre ellos los pulpos inmobiliarios. En la Argentina hay 2 millones y medio de familias que no puede acceder a una vivienda. En la Capital de Macri, cerca del 20% de la población sufre el déficit habitacional. Por eso luchamos por soluciones de fondo:
– Plan de viviendas bajo control de los trabajadores, financiado con impuestos progresivos a los grandes empresarios y terratenientes y el no pago de la deuda externa
– Urbanización inmediata de todas las villas y asentamientos de acuerdo a un plan elaborado con los pobladores
– Salario mínimo equivalente al costo de la canasta familiar, indexado de acuerdo a la inflación. Los alquileres no deben representar más del 20% del salario mínimo
– No a los desalojos
– Reforma urbana sobre la base de la expropiación de las grandes propiedades en manos de la Iglesia, los grandes grupos inmobiliarios y la banca para asegurar techo a quien no lo tiene.